Nuevas evidencias contradicen “ataques acústicos”

Embajada de los Estados Unidos en La Habana. Foto: Desmond Boylan / AP.

Embajada de los Estados Unidos en La Habana. Foto: Desmond Boylan / AP.

Nuevas evidencias relacionadas con los supuestos incidentes que afectaron a diplomáticos estadounidenses y sus familiares en La Habana, apuntan a desmantelar la hipótesis de los «ataques acústicos”, manejada hasta ahora por medios y fuentes del gobierno de ese país como la causa de las afectaciones.
Fuertes y misteriosos sonidos, seguidos de zumbidos y pérdida auditiva llevaron a los investigadores a sospechar de este tipo de “ataque”. Ahora, las autoridades estadounidenses evitan utilizar ese término. Afirman que no está claro que el sonido sea el responsable.
Los sonidos podrían ser un efecto secundario de otra cosa que causó el daño, señalaron tres funcionarios federales citados por la agencia AP, los que fueron informados sobre la investigación y exigieron el anonimato por no contar con autorización para hablar públicamente sobre el tema.
Sus declaraciones se producen luego de que los médicos que atienden a los afectados descubrieron que estos también presentaron anomalías neurológicas.

Ataque sónico… a la paz


Exámenes realizados revelaron que los diplomáticos desarrollaron cambios en los tramos de la materia blanca que permiten la comunicación entre varias partes del cerebro, dijeron los funcionarios estadounidenses citados por AP, quienes aseguraron que hay un creciente consenso entre doctores universitarios y gubernamentales que indagan los ataques.
La materia blanca actúa como enlace entre las neuronas.
Hasta el momento se trata del hallazgo más específico de daño físico, lo cual demuestra que lo que haya lastimado a las víctimas provocó cambios perceptibles en sus cerebros. El descubrimiento acentúa el creciente escepticismo sobre el posible uso de un arma sónica en los incidentes denunciados por el gobierno de Donald Trump.

El rompecabezas “sónico”

Médicos, investigadores del FBI y agencias de inteligencia de Estados Unidos han pasado meses intentando descubrir que sucedió en La Habana, en donde Washington asegura que el año pasado enfermaron 24 personas, incluidos funcionarios y sus cónyuges, en sus viviendas y, posteriormente, en algunos hoteles.
Algunos diplomáticos canadienses también se enfermaron.
Los estadounidenses afectados reportaron sonidos que solo se podían escuchar en ciertas partes de una habitación, pero no a algunos pasos de distancia, a diferencia de un sonido normal que se dispersa en todas direcciones.
El secretario de Estado Rex Tillerson dijo el miércoles que “está convencido de que estos fueron ataques dirigidos”, pero su gobierno no sabe quién está detrás de ellos.
Los médicos dicen desconocer cómo es que las víctimas terminaron con cambios en la materia blanca, ni cómo esos cambios podrían relacionarse con sus síntomas. Las autoridades federales no dijeron si las alteraciones se registraron en los 24 pacientes.

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“Nunca se ha demostrado que las ondas acústicas sean capaces de alterar los tramos de materia blanca en el cerebro”, comentó Elisa Konofagou, profesora de ingeniería biomédica en la Universidad de Columbia, quien no participa en la investigación del gobierno.
“Me sorprendería mucho”, dijo Konofagou, y añadió que la medicina moderna utiliza frecuentemente ultrasonidos en el cerebro. “Nunca vemos problemas en los tramos de materia blanca” a consecuencia de ese uso.
Estudios previos han encontrado conmociones y daños en la materia blanca en soldados que sobrevivieron a explosiones en las guerras de Irak y Afganistán, sin que tuvieran otros daños físicos. Pero esas lesiones eran atribuidas principalmente a las ondas de choque de las explosiones. Ninguno de los pacientes de La Habana reportó explosiones ni golpes en la cabeza.
Expertos médicos externos señalan que cuando se cuenta con una muestra de pacientes tan reducida, es complicado establecer una causa y un efecto.
“Lo que te tienes que preguntar cada que observas algo en un escaneo es: ¿se debe a un episodio de estímulo, o era algo preexistente y sin relación a lo sucedido?” dijo el doctor Gerard Gianoli, especialista en neurología de Luisiana.

Recuperaciones, incertidumbres, certezas

El caso de los supuestos ataques ha colocado a la comunidad médica estadounidense en un territorio desconocido. Los médicos atienden los síntomas como si se tratara de una enfermedad nunca antes vista.
La mayoría de los pacientes se han recuperado por completo, algunos después de rehabilitación y otros mediante tratamientos, afirman los funcionarios. Muchos ya volvieron a sus trabajos. Alrededor del 25 por ciento de las víctimas presentaron síntomas durante largos períodos o que persisten hasta la fecha.
Después de pruebas y terapias experimentales exhaustivas están desarrollando los primeros protocolos para examinar los casos e identificar los mejores tratamientos, incluso mientras la investigación del FBI pasa apuros para identificar a un responsable, un método o un motivo.
Según los funcionarios, no se han reportado nuevos incidentes desde finales de agosto y se prevé que los diplomáticos afectados sean monitoreados de por vida ante posibles consecuencias a largo plazo.
Cuba ha negado su responsabilidad en los “incidentes” y ha cuestionado la veracidad de las afirmaciones del gobierno de Trump, basada en una investigación propia que no ha hallado evidencia alguna de los supuestos ataques.
También ha denunciado la falta de colaboración estadounidense en el estudio y la no presentación de pruebas convincentes por parte de Washington, algo que podría cambiar de confirmarse las nuevas revelaciones.

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Tras un aumento de la tensión diplomática con la Isla, la administración Trump ordenó en septiembre el retiro de la mayor parte de sus funcionarios en La Habana y expulsó a diplomáticos cubanos de Estados Unidos.
Ben Rhodes, asesor, mano derecha del expresidente Obama y uno de los artífices del cambio de política de Estados Unidos hacia Cuba durante el último tramo de Obama en la Casa Blanca, ha afirmado que los “ataques acústicos” no han sido responsabilidad del gobierno cubano.
En una entrevista que brindara al unísono a El País, Le Monde y Der Spiegel, Rhodes afirmó que “no fue responsabilidad del gobierno cubano. Al tiempo que ocurrían los ataques, La Habana firmaba todo tipo de acuerdos con nosotros y trataba de mejorar el vínculo. Y han reaccionado con mucha moderación.”
Se espera que los médicos estadounidenses que atienden a las víctimas presenten sus hallazgos en un artículo del Journal of the American Medical Association.
Según los funcionarios, el artículo no especulará sobre el tipo de tecnología que pudo haber causado los daños ni sobre quién querría perjudicar a estadounidenses en Cuba. Sus autores son médicos de la Universidad de Miami y de la Universidad de Pensilvania, con aportes de la unidad médica del Departamento de Estado y otros doctores del gobierno.
AP / OnCuba

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