“La respuesta inmediata al título de la nota [¿Desaparece la Lenin?] es un NO rotundo”, publicó en su perfil de Facebook Margarita McPherson Sayú, Viceministra cubana de Educación.
“La casa azul por la que soñaron tantas generaciones de habaneros se MANTIENE y se MANTENDRÁ!!!” McPherson acude a calmar los ánimos en medio de la polémica levantada por una nota de la revista cubana Juventud Técnica sobre las visibles señales de desmantelamiento del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas “Vladimir Ilich Lenin”.
Por el contrario, dice la funcionaria, “lo que se hace es para fortalecerla, a partir de crear mejores condiciones para estudiantes y profesores.(…) no desaparece, sino se reajustan las áreas de dormitorios y docentes, teniendo en cuenta la matrícula actual y perspectiva”, explica.
De acuerdo con ella –y con la propia revista Juventud Técnica–, la reducción en el uso de las instalaciones de la escuela obedece a la apertura en La Habana de los llamados IPU (Institutos Preuniversitarios Urbanos), en 2012.
“La matrícula disminuyó entre 1200 y 1500 estudiantes, cifra que se mantiene hasta estos momentos, por lo que se utilizan solo dos unidades” del centro que hasta 2006 mantuvo las 6 originales con matrícula de unos 4,500 estudiantes.
La viceministra alude a una estrategia de su Ministerio que busca desde 2012 “el rescate de los objetivos y principios fundacionales de todos los Ipvce del país, en especial del Vladimir Ilich Lenin, por su connotación y resultados alcanzados en todos los tiempos”.
La Lenin se fundó como Escuela Vocacional en enero de 1974 por Fidel Castro y Leonid Bréshnev; y según McPherson “este centro sigue siendo de referencia”.
“Cuatro unidades tendrán otros usos, pues no tiene sentido reparar un centro tan grande para recibir solamente a un tercio de su matrícula original”, comentó. De esto se deduce que eventualmente ocurrirá una reparación, si bien McPherson no lo dice explícitamente.
Vista hace fe
Las fotografías que han circulado por las redes los últimos días muestran una escuela Lenin en ruinas. Instalaciones y espacios que al menos una década atrás se encontraban en buenas condiciones gracias a una reparación general que, de hecho, mantuvo a los estudiantes fuera de ellas durante un semestre.
Los dormitorios fueron climatizados entonces con aire acondicionado, el abastecimiento de agua en cada albergue estaba garantizado y la carpintería de la escuela había sido renovada. Se repararon el cine y una de las piscinas.
Desde su fundación, los estudiantes de ese preuniversitario vocacional tejieron una identidad muy fuerte en relación con los espacios de la escuela. La mayoría de los egresados coinciden en que una parte importante de la leyenda “vivir la Lenin” surge de esa apropiación de pasillos, campos deportivos, balcones y dormitorios.