Rodillo en tierra

Son las normas. Así hemos leído toda la vida y así decodificamos mensajes que deliberada o espontáneamente se despliegan cada día ante nosotros.

‘Oro para Jesús Tomillero’ es un titular correcto. Para serlo grande, Tomillero tendría que ser tan conocido como para poder visualizar la historia sin ambigüedades. Un deportista de élite, por ejemplo, y no ser la primera vez que se corona. Habrá siempre un despistado. Debería continuar debajo, en letra más pequeña: Tomillero domina como un príncipe en el campeonato Andalúz de Cadetes el lanzamiento y recogida de la jabalina. ¡Olé por Jesusín! Porque si lo dejamos solo no podemos dejar de pensar que ‘María Benavente de Tomillero, bisabuela de Jesulín, le dejó al chaval una obscena fortuna’

Son las normas. Así hemos leído toda la vida y así decodificamos mensajes que deliberada o espontáneamente se despliegan cada día ante nosotros. Cuando se manifiestan por dinámicas ajenas, por el azar concurrente, descuido o desidia, atendemos a proclamas inesperadas, fuera del control de su emisor natural.

Si recuerdo bien, la Editorial de la Mujer, de la Federación de Mujeres Cubanas, edita varias publicaciones periódicas, entre ellas, la revista Mujeres, orientada a visibilizar los logros de estas en casi todos los ámbitos de la sociedad. Favorece la divulgación de lo que considere de interés al género. Leí, por cierto, que su tirada es de 130 000 ejemplares, lo que me causa una sana perplejidad.

En la entrada del edificio que alberga a la editorial — Galiano 264 — asistimos al generosísimo despliegue de sus atributos identitarios. Dos versiones hacinadas en poco más de un metro. El plumín me recuerda la cabeza absorta de un pájaro que mira al suelo ante la súbita desaparición de un gusanillo. Sorprendido también, por la ausencia de las consonantes finales del enunciado posterior. Tan andaluz. ¡Qué fatiga macho!

Sin embargo, quiso el azar en otro caso, fomentar un mensaje ejemplar. Marketing espontáneo, excelencia rústica y asilvestrada. Un cartel que quizás pueda verse aún en 21 entre E y F. La agencia BIS MUSIC, discográfica y editora musical de ARTEX. Resulta que también perdió una consonante, la primera nada menos. Pero el imagotipo que antecede al nombre la replica perfectamente y lee, Bis Music: ‘is Music’… Y me sorprendo de lo bien que te puede llevar la vida. ¡Qué fortuna comunicacional señores! No como que la señora Benavente te deje un capital, por supuesto, pero ahí vamos. Cayó la consonante inicial de Artex, minutos más tarde y eso desluce y amarga.

¡No tos perfecto mujé!

 
 
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