Grandes empresas norteamericanas en el mercado cubano

Foto: Ismario Rodríguez Pérez.

Foto: Ismario Rodríguez Pérez.

Es cierto que varias compañías norteamericanas han firmado acuerdos con empresas estatales cubanas. Algunas de ellas son de primera línea en su sector de negocios.

Mega empresas estadounidenses firman acuerdos con Cuba

Son muchos los ángulos desde los cuales mirar este grupo de nuevos acuerdos. Intentaré abordar algunos.

El momento en que se firman estos acuerdos es quizás lo que más llama la atención. Pareciera que va contra toda expectativa racional en término de estrategia de negocios. Se ha hecho después de unas elecciones donde un futuro presidente de Estados Unidos de Norteamérica no ofrece seguridad alguna en “continuar” el camino emprendido por la administración Obama, más bien todo lo contrario.

Llama la atención entonces que, pese a la supuesta irrelevancia relativa del mercado cubano (y comparado con otros mercados en los que se desenvuelven esas compañías) hayan tomado el riesgo de hacer algo que parece ir en contra de la línea política de la nueva administración. Cuba es apenas una décima de punto en los mercados globales de compañías como Google, Carterpillar, General Electric o Good Year. Puede ser –y de hecho es– diferente para las compañías de cruceros.

Las especulaciones pueden ser diversas, pero los hechos son hechos, han firmado cuando las expectativas no parecen ser halagüeñas.

El “simbolismo” de la firma es otro aspecto a tener en cuenta. Tres de esas compañías –Carterpillar, General Electric y Good Year– tuvieron una presencia importante en Cuba antes de 1959. En especial General Electric, que dominaba el sector de la energía en Cuba a través de la llamada Compañía Cubana de Electricidad y es parte de ese paquete de reclamaciones por expropiación que debe ser negociado en algún momento. Hay pues una lectura implícita en esas firmas que no puede ser obviada.

La magnitud de los posibles negocios es quizás un tema muy diferente. Para compañías como Google, Carterpillar, Good Year y General Electric, no parece ser relevante. Son en general pequeños o muy pequeños negocios. Desde esta perspectiva parece más un problema de “estar” en Cuba.

Las facilidades de Google no tienen un impacto general sobre el déficit de infraestructura que padece el país en sus telecomunicaciones, en especial para dar el salto tecnológico necesario, aunque para la compañía es, sin duda, muy conveniente consolidar su presencia en un mercado que tiene un potencial de crecimiento significativo. Mientras en el caso de General Electric, si bien es cierto que contribuirá a diversificar la matriz energética cubana, no hay que olvidar que menos del 5 por ciento de la energía generada en Cuba se produce con fuentes renovables y, dentro de ellas, la fuentes hidráulicas son las de menor potencial.

Para las compañías de cruceros es diferente. Cuba es, y será, más que estratégica en cualquier diseño futuro del negocio del crucerismo en el Caribe.

“Es importante porque Cuba ofrece algo nuevo, único y hermoso para los viajeros en el Caribe. Es la isla más larga en la región más importante para los cruceros, y muchos norteamericanos no han tenido la oportunidad de visitar la Isla antes”, declaró Giora Israel, vicepresidente de Carnival hace ya un tiempo, sin duda algo que comparten los directivos de Norwegian Cruises, Royal Caribbean y Pearl Seas Cruises, las tres compañías que acaban de firmar con las autoridades turísticas cubanas.

Norwegian Cruise Line extiende su oferta del destino Cuba

Su posición geográfica, su tamaño relativo en el Caribe, la diversidad del destino cubano en comparación con el resto del Caribe y su cercanía a los puertos del sur de la Florida le dan una ventaja competitiva incuestionable.

Es un mercado naciente con apenas 46 000 cruceristas en 2016. Pero el incremento es del 375 por ciento, lo que indica amplias posibilidades de crecimiento futuro.

Hay otras ventajas para estas empresas:

–La preferencia de los turistas europeos por Cuba se ha consolidado en los últimos dos años.

–Las expectativas de crecimiento del turismo en Cuba se mantienen altas. En el año 2016 terminó con alrededor de 3,8 millones de turistas.

–El comienzo de los vuelos regulares a Estados Unidos y el precio de los pasajes (en algunos casos hasta un 40 por ciento más barato que cualquier destino del Caribe) se convierte en incentivo significativo, incluso para combinar modalidades donde el crucerismo puede ser importante.

–Hasta octubre de 2016, sobresalían los visitantes procedentes de Estados Unidos (167,8 por ciento), que sobrepasaron los 230 000 en el 2016. Alemania (145,7 por ciento) y Polonia (144,7 por ciento).

–Entre los motivos de viaje, crecía en un 11,9 por ciento el turismo programado y el de los yatistas, en un 333 por ciento.

–Nuevas embarcaciones aparecieron en 2016: el MSC Armonia, el Adonia, el Europa II, el Odissey, el Saga Pearl II, el Artemia, el Saga Shapire, el M/V Hamburg, el Le Ponand, el M/S Boudicca, a la vez que vuelven a atracar en Cuba los cruceros Panorama II, Ocean Dream, Thomson Dream, MSC Opera, Sea Cloud, Star Flyer, Serenísima, Thot Heyerdahl y Celestial Cristal.

Desde la perspectiva de las empresas norteamericanas, la diversidad de situaciones en las que se encuentran los distintos sectores donde trabajaran, hace que el significado de los acuerdos firmados sea diferente para cada una de ellas.

Desde la perspectiva de la economía nacional, también el significado es diverso, aunque incuestionablemente debe ser positivo:

Primero, porque son grandes compañías, algunas de la cuales están entre los líderes mundiales en su ámbito de negocio. Que comiencen a trabajar con compañías cubanas en direcciones priorizadas del país contribuye –o debe contribuir– a la transformación productiva, uno de los ejes estratégicos que está en las bases de nuestro programa de desarrollo y debe permitir también mejorar nuestra inserción internacional, lo que en el caso de Google y de las compañías de cruceros resulta evidente.

En segundo lugar, porque nos puede permitir capturar tecnologías e internalizar desarrollos ya existentes, así como aprender sobre la gestión de estas. Esto ayuda en la dirección de la modernización de nuestro acercamiento económico, productivo y tecnológico. Pero también permitirá crear puestos de trabajo en sectores de mayor complejidad tecnológica, algo también muy necesario para nuestro país, aun cuando apenas sean unas decenas o uno pocos centenares.

Y en tercer lugar, porque contribuye a diversificar nuestras opciones. Significa más competencia sobre –y en– el mercado cubano, y eso es definitivamente bueno para el país.

Claro que la magnitud y el signo del saldo dependerán de nuestras habilidades para aprovechar todo lo posible estos nuevos acuerdos firmados hace unos días.

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