Carne

Sobreviene una pregunta: ¿Nosotros, los normales, a quién debemos esta sobrevida?

Foto: Pedro Chavedar.

Foto: Pedro Chavedar.

Uno diría que en la otra esquina de estas imágenes, a un paso, queda el paraíso de los veganos. Avanzamos a paso firme en esa dirección. La militancia herbívora, que sería la próxima vuelta de tuerca para una sociedad como la nuestra. Lo diríamos si no fuera porque en el hipotálamo colectivo pre-migratorio del cubano lo que hay es “unas ganas, asere, de chocar de frente con la carne…”. Si no fuera porque en la siguiente esquina de La Habana o Pinar del Río o Las Tunas lo que hay es una carretilla verdulera igual de escuálida, igual de mustia, igual de implorante (“Solo Cristo salva”).

Sobreviene una pregunta: ¿Nosotros, los normales, a quién debemos esta sobrevida?

Foto: Pedro Chavedar.

Hay aquí, fotografiada, una serie de sinceros monumentos al bendito asedio del Enemigo, la economía de trinchera, la ineficiencia planificada, la fealdad cotidiana y ese terror místico a que el consumo nos consuma:

-Compañeros, por este medio (la ominosa estética de la carnicería de barrio, la desastrada presentación y la propia escasez del producto, el zumbido de las moscas espantadas a tiempo para estas fotografías, la razón precios / salario medio…), no buscamos cohibir, mucho menos vedar, sino más bien reconducir las expectativas de la población por sendas más acordes a las causas y condiciones de la emboscada, estrangulada economía nacional, etcétera… Y, asimismo, colaborar en la erradicación de males como la hipertensión, la obesidad, la gota y el exceso de hemoglobina, que es incluso peor que la anemia, un padecimiento modesto, humilde donde los haya… Interesados, no obstante, en conservar los inclaudicables glóbulos rojos de la nación, informamos que ya están a la venta –y que igualmente se abastecerá la red de escuelas y hospitales– sucedáneos nutritivos ya clásicos, y de probada aceptación a nivel de país, como el picadillo de soya, la pasta de oca o la proteína vegetal…

Foto: Pedro Chavedar.
Foto: Pedro Chavedar.

Tenemos estas imágenes casuales. No hay mucho a la venta, aunque tal vez algún optimista prefiera ver el vaso medio lleno.

Foto: Pedro Chavedar.
Foto: Pedro Chavedar.

No hay compradores, apenas una anciana que cabecea y mira al fondo de la jaba y frunce aún más su boca seca. Los dos dependientes que encontramos posan para la cámara lo mejor que saben, con aire entre displicente y grave, persuadidos de su importancia.

Foto: Pedro Chavedar.
Foto: Pedro Chavedar.

Hay una foto en que destaca el ojo artificioso del fotógrafo. El ojo del artífice que mira, obtura y monta un tinglado discursivo que cada quien lee a su manera. Resulta un curioso estudio de la imagen dentro de la imagen. Sin duda, aquí lo más jugoso resulta el Sagrado Corazón de Jesús, mientras que la Virgen le presta su corona a un trozo de pellejo desecado en cuyo flanco vemos las iniciales truncas del Fútbol Club Barcelona. Sabemos que es el Barça gracias al escudo, porque lo que en realidad se alcanza a leer es “F.C”. Cualquier duda sobre las fidelidades del carnicero podemos despejarlas al divisar allá atrás, junto al Mesías original, a Lionel Messi, que está a punto de morder esa osamenta colgante que se oferta este día del Año de Gracia 2015.

Foto: Pedro Chavedar.
Foto: Pedro Chavedar.

Hay una composición minimalista: “Carniceria” (sic), dice y calla.

Están las partes del cerdo que cuelgan de anzuelos enormes.

Hay una última pieza que, confusamente, pretende decirlo todo sobre nosotros y que, tras la batalla, viene a ser el Guernica que merecemos: Cuba, Machete, Calor, Ventilador, Cristo Salvador, Fidel Castro, Che Guevara, Pomo Plástico Vacío Y Sin Tapa, Falso Girasol Inmóvil, Cucharón Colgante, Neveras, Furiosos Cables Eléctricos, Jeans Viejo, Periódico Granma, Silla de Hierro, Visto (Aedes Aegypti), Puerta Cerrada, Carne…

Foto: Pedro Chavedar.
Foto: Pedro Chavedar.

Parte de este ciclo impresionante es una fotografía western, que no verán aquí, pero que está, donde un cubano mata una vaca… “Red gold o El pecado de la carne”, se titula.

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