Uno puede valorar qué escribir cuando de pronto descubre en el horizonte el nubarrón. Lo observas fijo. De quedarte atento, adviertes que ya viene retador. Al poco rato te acorrala, el ambiente se tensa, un rayo ilumina la masa gris y con el estallido de los primeros truenos el agua se descarga contra nuestros techos y cabezas.
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