En lancha por la bahía

Foto: Yuris Nórido

Atravesar la bahía de La Habana en lancha, durante un día lluvioso e invernal, pudiera evocar un paseo por las aguas de una ciudad del Báltico. Pero las conversaciones de los pasajeros y la línea inconfundible de la costa te recuerdan constantemente el contexto. La lanchita de Regla —que también navega a Casablanca— es uno de los más peculiares medios de transportes de la capital cubana. Y con toda seguridad el más barato. Solo veinte centavos cuesta el viaje, una cantidad que ni siquiera puede ser convertida en dólares. Las lanchas parecen embarcaciones obsoletas, pero son muy seguras. E indubablemente tienen su encanto. Al menos la vista desde las sucias ventanillas puede ser sugerente, inspiradora, hermosa… Un paréntesis en medio de los ruidos y los traumas de una ciudad.

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