Bañar a Nina

Nuestro estrés ha ido disminuyendo. Empezamos a disfrutarlo, sin miedos.

La recompensa tras un baño exitoso.

La recompensa tras un baño exitoso.

Soy hija de una dermatóloga, de las buenas. Vivo en un país donde transpirar es lo más común y la inmundicia se puede encontrar en muchas esquinas. Así, el baño, bañarse, es vital para mi salud y hasta para mi humor.

Pero, ¿qué hacer con Nina? En otras culturas los bebés no se bañan hasta pasado los 45 días para evitar resfriados. Por ejemplo, mi colega y hermana de luchas Sandra Álvarez me confirma en una visita sorpresa, que esta es una práctica común en Alemania, donde vive.

Yo con todas las preguntas periodísticas y maternales dándome vueltas, había decidido bañarla todos los días. No sin un poquito de estrés, que si el ombliguito, que si el clima…

Pero nos resfriamos. (No es plural de modestia, es literal). Fuimos ambas mocosas con narices tapadas por tres días de nuestro invierno. Aunque los bebés resfriados son bañables, fue entonces que entendí: si nosotros, los que los cargamos, estamos limpios; su ropa y su ambiente están limpios… para nuestros recién nacidos será suficiente con baños tres veces por semana.

Así vamos: tres limpiezas profundas semanales. No son baños largos, pero sí efectivos. Alistamos cada detalle del inventario que te comparto más abajo. Calentamos el baño con vapor de agua. Removemos los restos de caca con toallitas húmedas. Lavamos su cuerpita por partes con agua tibia que pruebo con mi codo o mi muñeca. Hacemos énfasis, con esponja que nos trajo tío Riuber, en las áreas genitales y del pañal (sin que el agua se estanque en estas zonas); manos y pies; las rosquitas que se forman en la parte posterior de las rodillas; las orejas, el cuello; los muslos y la cara (es increíble la cantidad de pelusitas que pueden tener).

Luego enjuagamos con agua que dejamos correr por su cuerpo y rápido la envolvemos en una toalla con capucha. La secamos bien con toques suaves, dándole calor. Le ponemos su pañal desechable para que no nos suceda lo del primer día en casa que se hizo caca en la toalla en la que la enrollamos de vuelta, para darle de mamar. Luego la vestimos (en este paso, a veces llora). Le brindo mi otra tetica. Nina casi siempre acepta la provocación. Luego queda rendida un rato, quizá hasta la próxima mamada. Todo esto lo hacemos con una buena dosis de canciones, cuentos y caricias.

El resto de los días lavo su cara y manos varias veces y repasamos sus pies, orejas, cuello, axilas y sus genitales con óleo calcáreo para su limpieza profunda. Y Nina huele tan rico como cada bebé que he tenido cerquita.

Además, aprendí que puedes bañarlo cuando tiene fiebre con agua templada, a 34 grados Celsius, evitando los cambios bruscos de temperatura. También que es aconsejable el baño cuando tiene un resfriado porque el vapor del agua suaviza los mocos y libera las vías respiratorias. Lo mismo para después de alimentarlo. Si el agua está tibia y cuidas de que no pase fríos, el baño no interferirá con su digestión. Podrá dormir mejor.

Nuestro estrés ha ido disminuyendo. Empezamos a disfrutarlo, sin miedos. Y Nina cada vez parece desagradarle menos ese momento del día.

Lista comentada para el baño de tu bebé

 -Palangana, bañadera para bebés, lavamanos o fregadero. Algunos expertos recomiendan cubrir con toalla o paño que los haga menos resbaladizos. La bañadera para bebés, con su posición inclinada, resuelve el problema de evitar dejar sus genitales en esa agua para evitar infecciones, más comunes en las niñas por nuestra anatomía.

-Una toalla grande con capucha.

-Una esponja o paño suave para frotarlo.

-Motas de algodón para limpiar sus ojos si están sucios.

-Jabón para bebé, líquido o en barras (apenas una gota para esponja o paño será suficiente en los primeros meses).

-Champú para bebés suave, si su bebé tiene pelitos.

-5-10 centímetros de agua hervida tibia, que se prueba con la parte posterior de tu muñeca o tu codo.

-Temperatura ambiente cálida.

-Un paño para colocar tibio sobre su vientre, que evita el frío.

-Un cepillo o peine para bebé, también si no está calvito.

-Crema para las raspaduras o roces del pañal.

-Pañal desechable o no.

-Ropita que vas a ponerle.

-Playlist mental para cantarle mientras lo bañas porque llorará en alguna de las fases, hasta que aprenda a disfrutar del baño.

-Manojo de caricias para tranquilizarlo.

-Tetas disponibles para recompensarlo por el esfuerzo.

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