¡Cuba, campeón de la champion!

Foto: Kaloian.

Foto: Kaloian.

Todo el mundo se pregunta

qué pasa en nuestra nación.

La futbolera pasión

a la del béisbol se junta,

se han empatado, “son yunta”,

y la fiebre no se agota.

En toda Cuba se nota

que está cambiando el ambiente.

Qué gusta más actualmente:

¿el fútbol o la pelota?

 

Es tanta la confusión

entre fútbol y pelota

que hay quien cree que tiene rota

(¡rota!) la televisión.

Fallas en la trasmisión,

algún percance analógico,

algún virus tecnológico,

capitalista, de élite,

metiéndonos por satélite,

“deportivismo ideológico”.

 

De pronto, en nuestras cabezas

se confunden los deportes,

accesorios y soportes

y nombres… Son como piezas

de un raro rompecabezas

que a todos nos sienta mal.

Confusión emocional.

Bates, brazos, guantes, pies.

¿Ya han olvidado cuál es

es deporte nacional?

 

En patios, parques, potreros,

entre impresionantes vistas,

ahora crecen futbolistas

en lugar de peloteros.

Defensores, delanteros,

centrales y guardametas.

Los bebés sueltan las tetas

y patean biberones.

Las farolas son balones.

¿La Champions league? Nuevas metas.

 

El receptor. El portero.

Primera base = Defensa.

Segunda = Defensa inmensa.

Tercera = Otro más (tercero).

Jardín central = Delantero.

Short stop = Centrocampista.

El Left field = Mediocampista.

Y dicen los narradores:

aquí, o sobran jugadores

o nos faltan futbolistas.

 

Alguien en televisión

suelta una pregunta nueva:

¿Y por qué el portero lleva

máscara de protección?

Messi va a meter “gol-ron”,

se ve venir hace rato.

¿Y ya renovó contrato?

¿Y Gurriel también renueva?

Qué raro: el árbitro lleva

máscara en vez de silbato.

 

Ya nadie habla de tubey,

dedball, squezze-play, doblete,

robo de bases, triplete,

toque, jonrón, doble-play.

El béisbol: “Deporte Rey”.

El fútbol: negocio, asombro.

El béisbol: fracaso, escombro.

El fútbol: hobby cubano.

Y Chapman deja a Cristiano

con la carabina al hombro.

Qué duro el entrenamiento.

 

Qué bullicio. Qué calor.

Sigue loco el “locu-tor”:

-Buen shut… Vaya lanzamiento.

Otro balón en el viento

y un canterano que entrena.

Jonrón con su pierna buena

conecta Orestes Zidane

y Zinedine Kindelán

da gol con la casa llena.

 

Todo confundido nace.

En inglés y en español

Es balompié. No es “beisbol”.

Es fútbol. No es bola-base.

Se enredan mirada y frase

y un locutor (¿extranjero?)

se ha pasado el día entero

llamando (¿será poeta?)

al receptor, “guardameta”

y al cátcher, “el cancerbero”.

 

 

El juego se ha detenido

porque “un balón” cayó fuera.

“No importa, se recupera

luego, en el tiempo añadido”.

Pero al final del partido

al árbitro, José Diego,

le gritaron, “tú estás ciego”,

“amarillo”, abusador,

porque expulsó a un lanzador

por estar fuera de juego.

 

Y hubo conmoción profunda

el día que un locutor

cantó penalti a favor

del que se robó segunda.

La afición está iracunda,

porque en un juego anodino,

según Pepe, mi ex vecino,

los árbitros se enfadaron

con dos pitchers que llevaron

pantalón corto al Latino.

 

 

Y por la televisión

se escuchó otro disparate:

“Qué bueno ese cuarto bate,

que duro le da al balón”.

¿A lo Panenka un jonrón?

¿Tres jonrones? ¡Vaya tiro!

Y soltando un gran suspiro

recordó al pueblo cubano

un hard-trick de Ariel Pestano

a Japón en el San Siro.

 

Sí. Ya nada será igual.

El beisfut se va imponiendo.

La pelota va cediendo

como pasión nacional.

Otro juego (en la final),

la recta golpea el brazo.

Y tras ver el pelotazo

se oye en la televisión:

-¡Roja directa!, ¡expulsión!

¡Qué tremendo balonazo!

 

En La Lisa a dos pioneros

el pasado los enreda:

¿Verdad que Yuli y Cepeda

eran grandes delanteros?

Y un grupo de reporteros

dijeron esta semana

que un muchacho de La Habana

va a ser, por lo que ha hecho,

“el gran lateral derecho

de la pelota cubana”.

 

Me preguntó una española

que ahora vive en el Wajay

por qué en el Latino hay

una portería sola.

¿Y por qué strike, por qué bola?

¿por qué no existe el penal?

Y todo lo ve tan mal

que dijo que propondría

poner “otra portería”

donde está el jardín central.

 

¿Pena máxima o penal?

¿Corner o saque de esquina?

Amarilla (cartulina).

Saque de puerta. Dorsal.

Regate. Saque inicial.

Despeje de pie. Goleada.

Disparo. Shut. Internada.

Tiro indirecto o directo.

Obstrucción. Mano. Qué efecto.

Qué golazo. Qué patada.

 

Un juego empatado a cero.

Frederick Cepeda al bate.

Décimo ining. Combate

difícil. Nervios de acero.

Recta al centro… El pelotero,

pega un jonrón, qué momento.

Pero por la radio el cuento

lo narra así otro español:

-¡Y viene Cepeda…! ¡Y… gooooool!

¡En el tiempo de descuento!

 

Cuba hierve bajo el sol.

Son, tabaco y madridismo.

Sol, playa y barcelonismo.

Música, fútbol y alcohol.

Cuba entera grita: ¡Goooooool!

y el grito, bota y rebota.

Y en la radio, con voz rota,

una voz familiar ya:

“¡La bola se va… se va…

se va…! ¡Y se fue… la pelota!

 

Si esto sigue así, señores,

nuestro team Cuba se inscribe

no en La Serie del Caribe

si no en la Libertadores.

¡Qué tremendos jugadores!

¡Qué afición hoy los arropa!

Si sigue así nuestra tropa,

con tanto esfuerzo y ahínco

en el 2025

¿Cuba qué? ¡Campeón de Europa!

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