El período especial

Foto: Kaloian

Foto: Kaloian

El Período Especial
que comenzó en los 90,
cumple, sacando la cuenta,
26 años. Muy mal
que no haya una Nacional
Fiesta por su aniversario,
que al esfuerzo proletario
no se le haga un Gran Bailable.
¿O alguien se siente culpable
del esfuerzo necesario?

26 años y ahí.
26 años e intacto.
¿Y nadie organiza un acto
conmemorativo? ¿Así
se premia el esfuerzo y
la entereza popular?
Se debió conmemorar
con un congreso gigante
y un bailable itinerante
en todo el suelo insular.

Debió levantarse un
Monumento al Huevo Frito.
Y un enorme Monolito
al Zapato sin Betún.
Un Obelisco al Zunzun
que sobrevivió a la hambruna.
Un himno al niño sin cuna
y un gallardete -qué entrega-
para el Pan de la Bodega,
nuestro héroe, sin duda alguna.

Debió darse una medalla
al Gato Sobreviviente.
Y entregarle algún presente
al mango y a la papaya.
Darle el premio “Estás en Talla”
al Picadillo de Soya.
Un diploma a la cebolla
que inventó el llanto-inducción
y el premio mayor… ¡al ron!,
nuestro Caballo de Troya.

¿Dónde están los monumentos
a Chispaetrén y Azuquín,
héroes anónimos sin
patrióticos aspavientos
que nos tuvieron contentos
y ayudaron a olvidar?
¿Dónde van a colocar
la escultura al Pan con Queso?
¿Detrás de Radio Progreso?
¿En Luyanó, en Alamar?

¿Y el Monumento Redondo
a la Pizza Clandestina?
¿En qué barriada, en qué esquina,
con qué guarnición de fondo?
Sé que el mar tiene en lo hondo
el Museo del Dolor.
¿Pero no habrá, por honor,
un Museo al Resistente,
al que en vez del paso al frente
dio el paso hacia el interior?

Me parece feo y mal
(poco revolucionario)
que no tenga Aniversario
el Período Especial.
Ahora que llega el final
la solución ya la veo:
cuando se acabe el Bloqueo
declarar, oficialmente,
el “Período Esplendente”
y al hambre hacerle un Museo.

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