La muerte de Alain Delon

Ha muerto Delon. Se ha ido. / Alain Delon. El actor. / El símbolo. El boxeador pobre. / El tan controvertido. / Ha muerto. Se ha despedido.

Cannes, 2019. Foto: EFE/EPA/IAN LANGSDON.

Amoríos (cinta plena).

A pleno sol (Truman, muerte).

Rocco y sus hermanos (fuerte).

El gatopardo (¡qué buena!).

Tulipán negro (¡qué escenas!).

La piscina (éxito en manos).

El eclipse (vaya planos).

Nuestra historia (no la borro).

El otro señor Klein, Zorro

o El clan de los sicilianos.

 

Participó en más de ochenta

películas. Muchas. Doce

obras maestras. Qué goce.

Los 60 y los 70

fueron su época “irredenta”.

Alain Delon all the time

Alain Delon: is a crime 

su silencio irreversible.

Era el rostro imprescindible

del cine francés. Alain.

 

Trabajó con directores 

de fuste: Jean-Pierre Melville,

Clément (un genio gentil)

y Deray (de los mejores)

Visconti (aplausos mayores)

Louis Malle (internacional)

Antonioni (universal)

Jean-Luc Godard (gran figura).

Y con todos fue de altura 

su desempeño actoral.

 

Alain Delon: la belleza 

masculina en la pantalla.

Un rostro que no se ensaya:

cine + naturaleza.

Alain Delon: la grandeza 

de un actor hecho a sí mismo.

¿Secreto de su histrionismo?

“Para mí actuar es no actuar”.

Técnica espectacular.

Empirismo y virtuosismo.

 

Encarnó, como muy pocos,

la esencia misma del arte

que le convirtió en su parte

fantasmagórica. En Rocco

y sus hermanos. Con focos

A pleno sol, sin resguardo.

Delon en El gatopardo,

y en El silencio de un hombre

o Nouvelle Vague. Su nombre 

a todo color lo guardo.

 

Falleció en paz, en su casa

de Douchy, con sus tres hijos 

y su familia. Entresijos

del dolor. Muerte que pasa

en silencio, sin la masa,

sin el ruedo populoso.

Alain: eterno reposo. 

88 la edad. 

“Respeten su intimidad. 

Este duelo es doloroso”.

 

Falleció “a primera hora

de la noche”, dice el texto

familiar, en un contexto

en el que hasta el perro llora.

Ya su rostro no enamora.

Ya no despierta pasiones.

Todas las definiciones 

de Alain Delon se me antojan

excesivas y se mojan

en ciertas imprecisiones.

 

Él mismo dijo de sí

que era un accidente absurdo. 

¿Era derecho? ¿Era zurdo?

¿Qué más da? Ya no está aquí.

En vida nunca lo vi.

Ni en vida ni en lo académico.

Controvertido y polémico.

Sex symbol y reaccionario.

Sin más técnica que el diario

hacer y un rostro totémico.

 

Losey dijo sobre él 

que era “una enorme tragedia”. 

Un rostro de enciclopedia. 

Una luz pidiendo piel. 

La Bardot, dijo: “Era miel

y acíbar. Sombra y color. 

Lo mejor y lo peor.

A la vez inaccesible,

cercano, frío, imposible 

ardiente y frío. Un error.”

 

Vincent Lindon dijo: “Creo

que definirlo no ayuda.

Alain Delon es, sin duda,

un objeto de deseo”.

Este actor, pero trofeo,

Este actor tan especial,

carismático y triunfal

“No es sexy, ni masculino, 

no es bello ni femenino: 

su belleza es infernal”. 

 

Y Pascal Jardin, su amigo,

también lo calificó.

Pascal Jardin retrató 

a un cómplice y a un testigo.

“Sobre Alain Delon yo digo 

que era, pese a su elegancia,

una mirada sin ansia,

férrea, distante, sin par

en la que vimos brillar 

las lágrimas de su infancia”.

 

Yo me recuerdo, pequeño, 

es decir, adolescente,

teniéndolo siempre en frente 

en un cine caribeño.

Era un Zorro de diseño.

Era un icono francés.

Con fílmica exquisitez 

y actuación tras actuación 

Jean Paul Belmondo y Delon 

alumbraron mi niñez. 

 

¿Trayectoria mujeriega?

¿Y Romy Schneider? Después.

¿Una difícil niñez?

¿Y Romy Schneider?, ¿no juega?

Delon corre. Alain se entrega

y Romy Schneider lo mira.

Un actor que al mundo inspira 

y Romy Schneider que llora.

Un adiós que nos devora.

Y la Schneider que suspira.

 

“Voy a dejar este mundo 

sin sentirme nada triste. 

Ya no me atrae lo que existe.

He visto todo y me hundo.

Odio la era actual. Me fundo.

Estoy harto. Y no hay culpables.

Se acabaron los amables,

las entrañables figuras.

Solo veo criaturas

realmente detestables”. 

 

“Todo es falso. Hay egoísmos.

Hay más codazos que codos.

Todos se ríen de todos.

sin reparar en sí mismos.

No hay respeto. Solo abismos.

No hay palabras. Ni un por ciento.

Sólo el dinero es portento. 

Y hay crímenes por segundo.

Sé que dejaré este mundo

sin ningún remordimiento”. 

 

Y así ha sido. Se marchó.

Dejó tres hijos y un perro.

Llovió silencio en su entierro.

Le dijo a la prensa: ¡No!

Alain Delon falleció 

un agosto silencioso.

Feliz, por irse al reposo 

eterno. Misión cumplida.

Entre la muerte y la vida 

el divorcio es espantoso.

 

Ha muerto Delon. Se ha ido.

Alain Delon. El actor.

El símbolo. El boxeador

pobre. El tan controvertido.

Ha muerto. Se ha despedido.

Deja huérfanos deseos,

remakes, precuelas, cameos.

Blanco y negros policromos.

A partir de ahora somos

todos un poco más feos.

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