Madonna suelta en La Habana

Foto: Kaloian.

Foto: Kaloian.

Madonna, Reina del Pop,

tan Madonna que incomoda,

dijo: ¿Cuba está de moda?

Pues me voy a Cuba. Stop.

Se hizo una foto (close-up)

y la puso en Instagram.

Luego con un Yes, I can

llamó al grupo acostumbrado,

se montó en un jet privado

y aterrizó en el Caimán.

Bajó de su jet privado

con su séquito de “amables”

y en coches descapotables

se trasladó hacia El Vedado

y luego subió por Prado

con toda la caravana.

Ay, yes, beatiful Havana!

Ay, wonderful… Y el chofer:

Ay, ¿quién será esta mujer

que no parece cubana?”

Es Madonna. Sigue siendo

super-rubia, super-ella,

super-woman: una estrella

de “cinemascop”. Tremendo.

Es Madonna. La comprendo.

Se peinó. Salió temprano

y llegó a suelo cubano

con su hija Lourdes León,

fruto de su relación

con su ex, un trainer cubano.

La Reina de los artistas

anduvo suelta en La Habana

con su enorme caravana

de asistentes, estilistas,

guardaespaldas, maquillistas,

y el que hace cola pa’l pan,

y el que compra alcolifán

y el que arregla tenis rotos

y el experto en subir fotos

a su cuenta en Instagram.

También trajo a este destino,

a un experto en almendrones,

a un perito en buenos rones

y a un bailador de casino.

Bajo el calor agostino

de todos nuestros veranos

Madonna -qué finas manos-

la “temba” que no se queja

revolvió la Habana Vieja

bailando ritmos cubanos.

Pero al muro de Instragram

hay fotos que no subió:

ni el maní que se comió,

ni el selfie con el galán

que le enseñó a Los Van Van,

ni cuando cogió “botella”,

ni su “berro” y su querella

cuando descubrió que había

una mujer que tenía

más fanáticos que ella.

Se disgustó Su Excelencia

porque Juana Bacallao

se puso a armar un sarao

y a hacerle la competencia.

Juana llegó y su presencia

provocó otro efecto stop.

–¿Tú eres la Reina del Pop

y has venido de visita?

¡Tumba esa talla, rubita,

que aquí la Reina soy Yop!

Y Madonna escribió, inquieta,

a otras estrellas del giro,

como DiCaprio y De Niro

como Beyoncé y Jay-Z,

diciéndoles: “Yo, coqueta,

la Super-diva lejana,

no vuelvo más a La Habana,

ni a bailotear ni a comer,

hasta que no logre ser

como Juana La Cubana”.

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