On-Décimas: Collage habanero

Abulia. Ansiedad. Tibieza. / Ronda de ojos cabizbajos. / No logro encontrar atajos / para huir de la tristeza.

Listas para ser montadas en la fachada del hotel Habana Libre. Foto: Rosy Amaro/Facebook.

Salgo a la calle temprano.

Camino por 23.

Tomo por Línea después.

El Vedado en primer plano.

Intento reír (en vano).

Hoy no levanto cabeza.

Abulia. Ansiedad. Tibieza.

Ronda de ojos cabizbajos.

No logro encontrar atajos 

para huir de la tristeza.

 

Debo ser yo. Mi yo-mismo.

Cualquiera tiene un mal día.

Me falta algo de energía.

Siento cierto nerviosismo.

Debo esquivar el abismo.

Recuperar la ilusión.

Debo vencer la inacción,

Olvidar el sobresueldo.

Total: la vida es un sueldo 

y los sueldos sueldos son. 

 

Lo de “¿cómo está la cosa?”,

“¿cómo está la situación?”

Pasó de simple expresión

a pregunta “peligrosa”.

“¿La Cosa?” (Con voz nerviosa)

“¿La situación?” (Voz cansada)

Prefiero no decir nada.

No dar respuesta molesta 

Aunque sé que la respuesta 

se me nota en la mirada.

 

Nunca me ha gustado

hacer

leña del árbol caído.

Pero en todo el recorrido 

la mente me empezó a arder.

Estoy viendo desde ayer

a gente poco risueña. 

Y aunque no hallo una halagüeña

palabra que acabe en “-árbol”).

No hay que hacer leña del árbol:

Ya el árbol viene hecho leña.

COMBUSTIBLE 

Observo a solas La Habana 

(la posible y la imposible):

Hay colas de combustible

que dan vuelta a la manzana.

Mi lengua no tiene gana

de hablar. Solo observo. Miro.

Un Lada suelta un suspiro.

Un Moscovich un bostezo.

Un almendrón dice “peso”.

Y un peatón: “yo me piro”

EL YOGUR 

Hoy mi nuera fue a comprar

un pomo de yogur. Uno.

Yogur para el desayuno 

de mi nieta en el hogar.

Llegó al mostrador de un bar

(no diré barrio ni zona)

y la muchacha simplona

que tenía que atenderla

le dijo casi sin verla:

—Solo un vaso por persona.

 

—Quiero un pomo, repitió.

—¿No me escuchaste? —¿Perdona!

—Solo un vaso por persona,

la muchacha confirmó.

—Estamos solo él y yo.

—¿Qué importa eso? No claudica 

la vendedora y le explica 

como quien plancha dobleces:

—Haz la cola varias veces 

y llenas el pomo, chica.

 

Y con gesto de tribuno 

colocó la compañera 

cuatro vasos en hilera 

y los llenó, uno por uno.

Mi nuera piensa: “oportuno,

rellenarlo no me pesa”.

Agarra un vaso y empieza,

hasta que oye en Do mayor:

—Pero no en el mostrador.

Debe ser en una mesa. 

 

Vacío está el mostrador,

Pero tiene que hacer caso.

—En la mesa, vaso a vaso.

Y sin quejas, por favor.

Marca detrás del señor.

Se aguanta su lengua suelta.

Luce incluso desenvuelta.

Comienza a verlo normal.

Surrealista tropical.

Yogurismo de  Ida y vuelta.

EL HOTEL

Ha regresado el cartel 

del hotel Habana Libre.

Qué bueno que se equilibre

la fachada del hotel. 

Me alegro. Juega un papel 

visual, anima el ambiente.

Sin cartel es diferente.

Sin cartel es menos alto.

Aplaude, serio, el asfalto.

Sonríe, por fin, la gente.

EL BARCO

“Viene el barco” “Se rompió”.

“Viene otro barco”. “Está roto”.

“¿Un crucero?” “Hazle una foto”

“Que no es un crucero, no”.

“Viene otro barco”. “¿Llegó?”

La isla es un gran ojo abierto.

Hablan. “Es cierto”. “No es cierto”.

Ojos que cruzan el charco.

Todos esperando un barco,

cualquier barco, en cualquier puerto.

LAS BICIS

¿Recuerda Madagascar

el filme de los 90?

¿Las bicis chinas? (No mienta:

Nadie las puede olvidar).

Si aquí sigue el no-viajar,

el no-transporte veloz.

¿Las bicicletas? (¡Por Dios!)

Esas regresan (iguales)

con Flying Pigeon, Morales,

Forever Bycicle (dos).

GASOLINA Y DOMINÓ 

Hoy me han dicho en una esquina 

que en Villa Clara hay excesos:

De 500 a 1000 pesos 

el litro de gasolina. 

“¿Será verdad?” “¡Imagina!”

Y en La Habana (¿carambola?)

hay una cola, una sola,

tan larga que se formó 

un juego de  dominó

mientras “avanza” la cola. 

 

Doble seis. Seis dos. El tres.

Por el tres el cuatro. El siete.

Por el siete, el uno. Mete.

Vuelve el seis. Uno otra vez.

Todos hablan a la vez.

Más de pronto alguien gritó:

—Asere, un barco llegó 

Cargado de gasolina!

¡Venden turnos en la esquina!

Y se acabo el dominó. 

ADIÓS, HARRY

Y ya para rematar 

murió Harry Belafonte

y a una muchacha de Monte

le tuve yo que contar 

quién fue esta súper-star 

de la lucha y la canción.

Más tarde en televisión 

Hubo póstumo homenaje.

Excelente reportaje.

Merecida la ovación.

 

En fin, muy rara semana.

Como rara es esta crónica.

Un collage: figura icónica

del collage que es nuestra Habana.

Yo sigo de mala gana.

Sin ninguna inspiración.

Más venceré la inacción 

Ya verán que todo pasa.

En cuanto llegue a mi casa 

me voy a bailar un ron. 

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