Hablar en pelota

Serie Nacional de Béisbol 57. Foto: Otmaro Rodríguez.

Serie Nacional de Béisbol 57. Foto: Otmaro Rodríguez.

En Cuba el béisbol es más que el deporte nacional. Si se conoce la jerga beisbolera, la cultura centenaria de frases, dichos, requiebros y palabrotas de la pelota, se tiene adelantado un buen trecho en la comunicación cotidiana, porque todos hablan en el idioma pelota en Cuba, incluidos aquellos que jamás han entendido el espectáculo majestuoso de la pelota jugada en vivo.

Hablar en pelota es un atributo de los pueblos peloteros, plataneros que somos, nos acercamos con el bate y el guante a los panameños, dominicanos, puertorriqueños, colombianos, venezolanos, mexicanos y por ahí hasta a los norteamericanos y a los japoneses, que aprendieron el arte del béisbol tan bien, que dan envidia de lo perfectos que son.

En el Caribe la pelota es galante o lo fue, pero también es guapería machista, resistencia, espacio de combate, ambiente de la gente, cosa del pueblo, en fin.

Aquí se dice que está en tres y dos la persona que debe decidir ya su cuestión inquietante, el próximo lanzamiento de la vida será decisivo. No la vi pasar se exclama cuando la oportunidad fue tan veloz como una recta de cien millas lanzada por Chapman en el más allá.

Al duro y sin guante anuncia que la cosa estará dura, que no habrá momento de calma en la contienda, que habrá violencia y dolor, como cuando se juega pelota sin guante, horror que casi todos hemos practicado alguna vez por falta de implementos deportivos para todos y porque la vida obliga a la bronca algunas veces.

Un cuarto bate es una mujer u hombre de tan buen comer como fuerte debe ser el pelotero que impulse las carreras con batazos largos. Tener un cuarto bate de visita a un almuerzo pone nervioso a cualquiera en Cuba, en todas las épocas de nuestra pobreza sostenida.

Ahora se dice se fue del parque tanto del amante que al fin accedió al fuego de la pasión, como de la persona que simplemente murió, que se fue, como un emocionante jonrón.

Para la cultura machista y fálica es además el bate de béisbol un atributo insuperable, porque alude a dureza, verticalidad, potencia indomable. Partió el bate, se dice del que la puso buena, tanto con un chiste, como con un logro tremendo en la vida, da lo mismo si este ha sido en un laboratorio o en una fábrica de galletas.

Viene por la goma el que ha empezado el día sin dar chances, puede ser un jefe exigente o un trabajador imaginativo, el que tiene control de sus lanzamientos, el que no aleja la bola a sus contrincantes, el que es valeroso y no se achica.

Se le da por la misma costura a la situación en la cual hemos golpeado al centro a la bola, porque notamos que hemos descocido el dilema, que lo hemos despedazado con nuestra respuesta o decisión, como cuando una pelota es deshilachada por un estacazo.

Te dejaste cantar los tres strikes significa que el ponchado no le tiró ni a una de las oportunidades que le dio la vida. Si nos vamos a quedar fuera que sea en la pelea, haciendo el intento de darle a la bola.

La frase pisando y pisando significa que es difícil saber quién tiene la razón, si el que corre o el que cubre la base, en la pelota cubana se resuelve en los placeres enyerbados con la decisión no tan salomónica del beneficio al corredor, pero en la calle pisando y pisando no es más que señal de jugada apretada de la vida, dura de resolver por parecer correcta cualquiera de las opciones.

También es corriente escuchar que alguien se fue sin señas, como el bateador lelo que no sabe si tocar la bola o batear fuerte, pero en el día a día se va sin señas el que no entiende el mensaje, el que deja pasar el guiño salvador y pierde su chance.

Más pena da el que fue mandado para el banco por bajo rendimiento en la grama, por no cumplir ni en home ni en el campo, lo que fuera del diamante habla de una versión del truene cubano, también recordado con la cortante frase lo sentaron, que pone los pelos de punta.

Todos hemos sentido que nos tiran curvas, no de barril, como se dice en pelota del lanzamiento imposible de conectar, como aquellos que usaban Changa Mederos o Faustino Corrales, sino porque no nos hablan claro ni de frente, como indica la honestidad y la decencia.

Y es raro que no hayamos oído alguna vez que a alguien le dieron el bate, frase menos fina y más nueva, que describe el hecho triste del abandono amoroso o el desengaño pasional, como cuando se choca la pelota de costuras perfectas sin compasión, para alejarla sin más.

Puedo atreverme al final a inventar una frase de béisbol, creo que hablar en pelota puede ser no solo una jerga popular y bonachona usual en Cuba, sino el hecho de decir lo que se piensa, como cuando nos quitamos la ropa y no ocultamos nada de nuestra íntima naturaleza.

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