República peatonal

Ilustración: Variación de un original de Conrado W. Massaguer. Tomado de: alegoríacubana.blogspot.com

Ilustración: Variación de un original de Conrado W. Massaguer. Tomado de: alegoríacubana.blogspot.com

En la ciudad de Camagüey se percibe el tímido inicio del acento al hablar de los orientales de Cuba. Las calles están limpias, las personas que trabajan en los establecimientos del Estado son delicadas, las tiendas no están mugrosas, y todo cuesta la mitad del precio que conocemos en La Habana.

En Camagüey no hay tantas vacas como antaño ni tanta leche, pero se consigue el queso criollo, campesino o blanco que los habaneros solo probamos cuando alguien de estas sabanas se arriesga a cargarlo en tren o en ómnibus para venderlo lo más rápido posible a los contactos seguros de la capital.

En la villa del Puerto del Príncipe ya no se usan los tinajones originales pero se venden de miniatura para los turistas, que son muy pocos porque la ciudad no tiene mar y los hoteles no abundan y los cayos de playas magníficas como Sabinal, son todavía vírgenes y remotos.

De paso por el centro de Camagüey me sorprendió una serie de carteles que se repetían y me llenaron de orgullo. De mi ignorancia y lo confuso del mensaje de los avisos nació mi equivocada conclusión, que ahora les relato.

República peatonal dicen los anuncios, una y otra vez. Creí que se trataba de una forma camagüeyana y original de referirse a la República de los peatones, la parte de la urbe donde no se transita sino a pie, el lugar de la gente que anda. Me pareció de enorme belleza el rescate del concepto de República para ligarlo, como debe ser, con la libertad de la gente que no debe ser interrumpida mientras camina.

Pero resulta que los carteles solo informan que la calle llamada República es peatonal.

Mi desconocimiento de los nombres de los lugares de la ciudad me hizo creer que se trataba de un sentido político, de una pintoresca manera de recordar los valores de vivir en República.

Pero, ¿por qué entendí yo un mensaje político donde había solo una señal de tránsito? Debe ser porque quiero que se revalorice la República donde vivimos. La República de Cuba, que le debe a Camagüey la maternidad de casi todas las constituciones mambisas y del ideario cívico y republicano de Ignacio Agramonte, que quiso en Guáimaro, en 1869, que la República de Cuba naciera en armas pero no solo para las armas sino para la ley y la asamblea.

No es común escuchar hablar en Cuba de la República. Entre los grandes conceptos y ganancias políticas que no usamos está el de República, que pongo siempre en mayúsculas aquí porque no quiero que parezca una alternativa sino un derecho conquistado.

Como nació humillada la República de 1902, con Enmienda Platt y Constitución doblegada, con presencia militar estadounidense y licenciamiento del Ejército Libertador que nos había desatado de España, se olvidó que la República era y es también Guáimaro, Jimaguayú, Baraguá, La Yaya, el Manifiesto de Montecristi, el Partido Revolucionario de Martí, Juan Gualberto Gómez, Manuel Sanguily, Villena, Mella, Diego Vicente Tejera, Niceto Pérez, Mañach, Roa, Lam, Víctor Manuel, Frank País, el Cardenal Arteaga, Carpentier, Lezama, Orígenes, la Revista Carteles, el Bobo de Abela, el Loquito de René de la Nuez, el partido Ortodoxo, Chibás, la vergüenza, la lucha contra Machado, Jesús Menéndez, las vacas gordas y las flacas, Aracelio Iglesias, los jóvenes yendo a morir por la República de España, Benny Moré, la Aragón, Barbarito Diez, Bola de Nieve, Rita Montaner, Alicia Alonso, María de los Ángeles Santana en pantalones, el piano de Lecuona, las esculturas de la Longa, la danza de Tongolele, Tropicana, la arquitectura moderna que se sostiene en toda Cuba, el estadio del Cerro, el Coliseo de la Ciudad Deportiva, la Plaza Cívica y Martí que piensa, Kid Chocolate, Capablanca, las protestas populares porque unos marines yanquis orinaron la estatua de Martí del Parque Central.

La República no ha sido ni puede ser solo el 20 de mayo cuando nació bajo vigilancia de los Estados Unidos. En ella se fundó también la legalidad que permitió luchar por los derechos de las mujeres, de los trabajadores, de los discriminados, en la República neocolonial nacieron y murieron José Antonio, Fructuoso, Clodomira Acosta, Lidia Doce, los hermanos Saíz. Por la República ultrajada por Batista fue el Moncada y juraron los jóvenes de la generación del centenario de Martí que no dejarían morir la memoria del Apóstol en el año 1953.

Por eso quiero creer que la República no ha sido olvidada. Con ella se debe soplar el fuego de la libertad para que se mantenga atizado. República significa también ley, igualdad, equidad, fraternidad. La República es la hija alebrestada de la Democracia, las dos deben vivir bajo el mismo techo, aunque cohabiten peleadas saben que son de la misma sangre.

La República, como los derechos y la justicia, parecen tesoros sin importancia mientras están bajo el colchón de la patria, pero solo se conoce la pena verdadera cuando se pierden por un día.

Vivir en República es una bendición, incluso en una incompleta y pobre, siempre es mejor que vivir bajo un rey, bajo una corona, sin ciudadanos y amenazados por un cetro.

Tal vez la República peatonal la debamos fundar, la completa, la de la gente que anda, siempre hay algo por crear y vencer. Por ahora me siento feliz porque en Camagüey hay una calle de nombre sagrado por donde no se puede ir ni a caballo ni en carros, sino a pie.

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