Diario de la peste: El progreso sigue quedándose en casa para no mojarse

El escritor portugués Gonçalo M. Tavares, considerado uno de los más destacados en lengua portuguesa registra en su estilo y mirada los acontecimientos de esta pandemia.

Un niño camina frente a una escultura de dinosaurio con una máscara en el Museo de Historia Natural de Bruselas, el martes 19 de mayo de 2020. Los museos han reabierto dudosos a medida que se relajan las medidas de confinamiento por el coronavirus, pero los expertos señalan que uno de cada ocho museos podría cerrar permanentemente por la pandemia. Foto: Virginia Mayo/ AP

La recta como el camino del mal

23 de mayo de 2020

De mañana. Escribo a la sombra con la melancólica Jeri echada a mi lado.

Hace unos días, la vicepresidente del gobierno de España dijo que el alto nivel de contagios en Madrid se explica porque la ciudad está “en línea recta con Nueva York y Pekín”.

La recta como el camino del mal en 2020.

Correcto, etimología rápida. Esto: correcto quiere decir con la recta.

Rectitud, etc. El hombre recto.

Pero ahora la geometría derecha y sus buenas relaciones con el buen corazón han colapsado.

La línea recta es, en mayo, el camino más rápido del mal, que siempre viene de allá, nunca de acá.

Aquí es el lugar del bien; allí, el del mal.

La geografía y la ética muy claras para que no haya ninguna duda en la cabeza consciente de un ser vivo. Aquí, bien; allí, mal.

México se convierte en uno de los diez países con mayor número de muertes por covid-19, y médicos británicos “se mudan a casas rodantes para no infectar a sus familias”.

Jared Leggett y Amy Kitchen, médicos en The Royal Blackburn Teaching Hospital (Lancashire). Vivían con sus padres. Ahora viven en un coche a medio camino entre el hospital y su casa.

Filas en Suiza, bolsas para pedir comida.

Boris Achour, artista francés: estudia el orden, el desorden, la regularidad y el caos.

Hizo un experimento con palomas. Maíz en el lugar preciso y hambre.

El alimento se distribuye en el espacio con una regularidad matemática.

Y las palomas forman una línea, en orden.

Millones de desempleados en Estados Unidos.

El hambre pone en orden a los organismos. Una línea recta, sí, pero intempestiva y viva.

Pone en orden durante cierto tiempo, no mucho.

Una noticia. Cuarenta personas que participaron en una celebración religiosa a principios de mayo, en Frankfurt, Alemania, se infectaron.

Europa supera los dos millones de contagios.

Un mapa, pienso ahora, que se despliega sobre la mesa.

Un punto en el que estamos y, con nuestros pies, nuestra bella bondad.

Y allá lejos, al fondo, el mal que viene acercándose, maldosito, malvado y maligno contra nosotros.

Todo claro en 2020 como en toda la historia previa del mundo y de la persona individual.

Todo el mal viene del vecino y del viento.

Pero el resto continúa.

El limonero con su color, acercándose cada vez más al verano.

Un color mucho más rápido que el calendario.

Roma, con una fuerza de brazo humano en la cola, que mueve con una alegría constante incomprensible para cualquier ser humano.

Y noticias pésimas de amigos de Brasil.

Un presidente demente y muertos en los corredores de los hospitales.

22h, de noche.

Noticia súbita. Murió la escritora Maria Velho da Costa.

Pausa y peso.

Regreso.

Afiladora itinerante que aguzaba vocablos en vez de láminas para cortar pan.

Láminas para afilar frases y sintaxis.

Amansar la casa y la lengua como a dos organismos bellos y bravos.

“La casa oscurece al día”, el día oscurece a la casa.

Queridísima amiga a distancia, que tan generosa fuiste conmigo y con mis textos, mi inclinación respetuosa y mi tristeza.

Baja la luz del día dos veces; dos noches en una sola; mañana le vamos a exigir al día por lo menos dos mañanas, carajo.

Canetti habla de un hombre que buscaba a un Dios sordo para poder rezar lo que se le antojara.

Llamo a ese Dios sordo para decirle unas cosas en la lengua que conozco.

Pero él no me oye y por eso no viene.

Un trabajador de la salud toma una muestra de sangre de un hombre para una prueba rápida de coronavirus en Bekasi, en las afueras de Yakarta, Indonesia. Foto: Achmad Ibrahim/ AP

Un helicóptero de la fuerza aérea de India arroja pétalos de flores sobre el personal del hospital INS Asvini en Mumbai, India, el domingo 3 de mayo de 2020. El evento fue para agradecerles por sus esfuerzos en la lucha contra el coronavirus. Foto: Rajanish Kakade / AP

Dos días bastan para perder la memoria

24 de mayo de 2020

“The New York Times dedicó su primera plana a mil víctimas mortales del coronavirus en un momento en que Estados Unidos está por llegar a los 100 mil muertos.”

Dos días sin mareos y se me olvida que la cabeza existe hacia adentro.

Dos días sin morir y a la gente se le olvida que va a morir. Etc.

Dos días bastan para perder la memoria.

La artista Orlan quería que su nombre se escribiera con mayúsculas.

ORLAN.

Así, parecería un grito.

La importancia de decir el nombre de la mujer en voz muy alta.

De escribirlo en voz muy alta.

Una avioneta llevó a un cura a unas tierras del interior.

Y allá desde las alturas él bendijo todo el territorio, porque el avión sobrevoló cada metro cuadrado.

En un avión casi individual no contaminas.

Doy una vuelta alrededor del limonero; la pequeña vuelta.

Bendecir a pie, a caballo, en bicicleta, en auto; o en avión.

Una diferencia significativa.

Historiadores recuerdan que la infantería avanzaba a cuatro kilómetros por hora.

Es bueno ver y avanzar desde arriba sin conflictos ni vértigo.

Hoy en día, los doce apóstoles en doce aviones difundirían la religión por las cuatro esquinas del mundo en menos de cinco días.

El mundo no tiene cuatro esquinas; su perímetro tiene infinitos puntos.

Si cada punto es una esquina, muchas esquinas tiene una esfera.

Arabia Saudita, Qatar, Siria, Irak, Líbano, Jordania, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Libia o Palestina anunciaron una festividad con limitantes.

La fiesta musulmana Eid al-Fitr que marca el fin del Ramadán.

Se celebra a partir de este domingo. Se anunció con varias limitantes.

No se puede, no se puede y no se puede. Distancia, etc.

Cuántos se puede y cuántos no se puede. Contabilidad esencial.

Toda fiesta es siempre una fiesta alrededor de las palabras se puede.

Posibilidades en torno al sí; y, de ser posible, nunca sumiso en torno al no.

Entre 1990 y 1995, Orlan se sometió a nueve intervenciones quirúrgicas para cambiar su rostro.

Ella dice que su arte es una lucha contra la naturaleza, el ADN y Dios.

Fuertes adversarios.

Un cantante canta una canción Kitsch con una letra en la que -ão rima con -ão en diversas ocasiones.

Un locutor tartamudea en torno a una palabra que no llegué a comprender.

Salgo después, camino por la villa pacata y evaporada —y vuelvo a paso tranquilo a la casilla inicial.

Un juego en que el tablero, si existe, no está en una mesa horizontal, sino en una mesa que se inclina cada día un poco más.

No se vuelve a la casilla de inicial todos los días con la misma energía y el mismo ánimo.

La idea de que un nombre sólo puede decirse a gritos.

Tal vez así con nuestros muertos en los días que siguen a su muerte.

Sólo se puede decir un nombre clamando.

Nombres que exigen que el volumen de la voz aumente.

Otros nombres propios exigen un susurro. Memoria, respeto o rabia.

¿A qué volumen de voz dices un nombre?

Hacer el experimento con los nombres de la familia, de los amigos, de artistas, etc.

Wilson Roosevelt Jerman, mayordomo de la Casa Blanca. Muere de covid-19 a los 91 años.

Acompañó a 11 presidentes, desde Roosvelt hasta Obama.

ORLAN hizo esto: tomaba medidas, pero no usaba cinta métrica ni unidades universales.

Medía las cosas según su propio tamaño.

Se acostaba en el suelo y marcaba con una línea sus pies y con otra su cabeza.

Midió de esta manera el Guggenheim y el Pompidou.

En vez de largo y ancho en metros y centímetros: el propio cuerpo como unidad de medida.

75.8 Orlans de largo y 22.6 Orlans de ancho.

Puedes hacer lo mismo y poner allí tu nombre.

Cada cuerpo individual como la unidad de medida del mundo.

Un proyecto antiguo, actualizado por los artistas recientes.

Domingo, día de sol: cero mareos y sí, una cierta alegría.

Una vendedora de flores con una máscara para protegerse del contagio del nuevo coronavirus prepara un ramo de flores para la celebración del Día de la Madre en un mercado en la Ciudad de México, el domingo 10 de mayo de 2020. Foto: Fernando Llano/ AP

Gente disfruta de un paseo en la plaza Campo de’ Fiori en Roma, qiue regresa lentamente a la vida después de la cuarentena prolongada impuesta por la pandemia de COVID-19. Foto: Andrew Medichini/ AP

Guardadores de rebaños y de los dos metros exactos

25 de mayo de 2020

En Italia, 60 mil voluntarios reclutados para vigilar el distanciamiento físico.

Vigilar distancias de seguridad e higiene.

Guardadores de rebaños y de los dos metros exactos.

Mirar, no a las personas, sino el espacio que hay entre ellas.

Un productor de televisión dice: “Hay que sacar los besos y abrazos de los guiones para proteger a los actores. Vamos a entrar al mundo de las telenovelas sin contacto físico.”

Y después añade. En el futuro, “los protagonistas, en vez de besarse, pueden empezar a desvestirse.”

No importan las cosas, sino el espacio entre las cosas.

El fiscal de los dos metros. Pueden desvestirse, pero no tocarse.

Durante el período de confinamiento, “Arabia Saudita prohíbe la pena de muerte a menores y la flagelación como forma de castigo”.

Dos metros entre el castigado y quien castiga.

Entre quien desea y quien es deseado.

Toda supresión del vacío será castigada.

En Estados Unidos, una misteriosa especie de cigarras vuelve a cantar.

17 años después, según parece.

¿Qué novedades trae desde el silencio?

El silencio como el sitio del que los callados traen los secretos.

¿Dónde tienes tu secreto? En el silencio, claro.

Los entomólogos “están atentos a esta misteriosa cigarra”.

Ryuho Okawa, líder espiritual de Happy Science.

Está ofreciendo curas espirituales para el covid-19.

Curar espiritualmente una enfermedad física concreta, que tiene un nombre.

Dice que recibe instrucciones de extraterrestres para lidiar con el virus.

En los días de confinamiento general hubo relatos de avistamientos de ovnis y extraterrestres de ojos grandes en varios puntos del mundo.

Los animales salvajes se acercan al centro de la ciudad.

Y las cigarras extrañas.

Y también los extraterrestres, al verlo todo vacío y en silencio.

Si el confinamiento durara mucho, el centro de las ciudades sería para los ovnis y para los animales salvajes, dice alguien casi con certeza.

El futbol de Bielorrusia nunca se detuvo. Fue el único país.

En Brasil, un auto que tampoco se detiene. Sesenta kilómetros por hora. Filma durante dos minutos y medio una fila para recoger la canasta básica de alimentos. Muchas mujeres negras.

Hacer las cuentas: ¿cuántas personas?

Elza Soares canta: “la carne más barata del mercado es la carne negra”.

La fila en Brasil asusta.

Amarcord de Fellini.

Escena de comida familiar.

El padre al hijo. ¿Qué hiciste la noche pasada?

Enojo y amenazas de muerte y después se vuelve a la mesa.

La rabia cede casi siempre, el hambre nunca.

Violeta Parra, investigo.

Violenta carta de despedida para Nicanor, su hermano.

“Yo no me suicido por amor.

Lo hago por el orgullo que rebasa a los mediocres.”

Carta revelada en 2019, 50 años después. También era un secreto.

Violeta Parra.

“Mi madre es una reina mañosa. (…)

Me cago en los discursos de despedida. (…)

Quise dar, no encontré quien recibiera.

Pucha qué gran tipo es Nicanor.

Sin él no habría Violeta Parra.

Fidel es un romántico. Lenin se equivocó.

No quiero que mis hijos sean más cobardes”.

Ni las cartas más duras son más duras que esta carta tan dura.

Al final, el hambre cede, la rabia nunca.

“Yo no me suicido por amor.

Lo hago por el orgullo que rebasa a los mediocres.”

Cierro la carta en mi cabeza y de nuevo pongo “Gracias a la vida”, de Violeta.

Vértigo, mareos, vértigo, mareos.

El dueño Michael Mattson celebra con un brindis la reapertura del bar Friends and Neighbors luego del fallo de la corte suprema del estado que anuló la orden de quedarse en casa del gobernador. Foto: William Glasheen/The Post-Crescent vía AP

Un trabajador de la ciudad, vestido con ropa protectora, entrega una caja de comida durante una cuarentena obligatoria ordenada por el gobierno en medio de la pandemia del coronavirus en Santiago de Chile, el viernes 22 de mayo de 2020. Foto: Esteban Félix/ AP

Estos seis animales van a ser útiles

26 de mayo de 2020

Investigadores tratan de comprender “si el nuevo coronavirus causa algún olor corporal distintivo.”

De ser el caso, estos seis animales van a ser útiles.

Seis perros, los “Superseis”: Norman, Digby, Storm, Star, Jasper y Asher.

Detectan enfermedades a través del olor.

Razas: labrador y cocker spaniel.

“Las noticias, como ardillas, corren” Emily Dickinson.

La tasa de contagio se dispara un 46% en la Amazonia.

Amigos lanzan una alerta, se habla de una catástrofe inminente.

Me gusta Jhon Douglas: “Neuziana”.

Canta con los pies descalzos.

Neuziana, diz que quer casar comigo,

mas não sabe do perigo,

que tem la Amazónia.

Lá tem mato!

Tem vida pura, calma e água fresca.”1

Esos perros ingleses detectan “distintos tipos de cáncer, malaria y párkinson”.

Otros perros del mismo instituto detectan drogas y explosivos.

Sobre los explosivos. Virilio recuerda: la nitrocelulosa se usa para la fabricación de películas vírgenes para el cine y para la fabricación de explosivos.

Concluyo: la misma materia mata y memoriza.

Inicio una caminata; sol y paso a paso al buen ritmo.

Animales de distintos tamaños. Ardillas y perros.

¿Cómo sentir empatía por lo minúsculo?

Mosquitos, estos días. El zumbido junto a la oreja es un sonido sin riesgos, pero irrita.

En Guerra y cine, Virílio recuerda: la artillería incorporó reflectores a los cañones.

O sea. Para matarte, primero tengo que verte.

Sólo por pura suerte se mata a oscuras.

Otros perros localizan personas después de un terremoto.

Imaginar perros entrenados para localizar hombres después de un disgusto amoroso. Perros que detecten a quien perdió la tensión mínima necesaria para seguir vivo. Perros que detecten tendencia suicidas. Todo eso.

Imagen de un hogar: una hija a dos metros de su madre en silla de ruedas.

La hija repitiendo que la extraña y la madre sonriéndole a la enfermera y diciendo que no sabe quién es esa señora.

Hace meses, en un debate sobre alzhéimer, la pregunta. Qué es olvidar cuando se está en la ciudad y qué es olvidar cuando se está en el campo.

En el campo, talvez más gestos permanezcan en la memoria. En la película de cine interna que tenemos todos hacia adentro, en la frente.

Lo que queda es casi siempre gesto y ritmo. Música y tareas de las manos.

Una hipótesis: en el campo, talvez la enfermedad de alzhéimer no sea tan destructora.

Más tierra que cuidar, más gestos. Más máquinas, más repetición.

Yehuda Amijai, poeta hebreo:

“Un anciano ciego se arrodilla para atar

el zapato de su nieto”.

Más sobre la nitrocelulosa. El mismo material permite ver y hacer explotar.

Ver y destruir están también hechos de la misma materia.

Disección lenta: ver. Disección rápida: explosión.

Después de la nitrocelulosa. En 2020: ver sin arruinar ya es un arte.

Ser visto sin quedar destruido, lo difícil.

Después de semanas, las ruinas de Pompeya van a abrir nuevo.

Y la iglesia de la Natividad. Dos lugares centrales.

En Pompeya, cuerpos en posiciones rígidas desde hace muchos siglos; sorprendidos en movimiento por la lava caliente.

Ruinas como paisaje.

Pocas muertes hay así: el ser vivo sorprendido tan de repente que ni siquiera concluye su gesto.

Malas noticias de Manaos. Hospitales aturdidos. Cuerpos de más, salvación de menos.

John Douglas cantando descalzo.

Aqui na Europa é tudo lindo,

aqui tudo é de primeira.

Mas o glamour de ser artista

acho besteira.

Eu vou voltar pro mato

pra me desatualizar.”2

Aprender a desactualizarse rápido y despacio: ignorar las noticias que, como ardillas, corren. Volver del sol cansado, como lo ameritan la cabeza y el día.

***

1 “Neuziana dice que quiere casarse conmigo, / pero no sabe del peligro / que hay allá en la Amazonia. ¡Allá hay selva! Hay vida pura, calma y agua fresca.”

2 “Aquí en Europa todo es lindo, / todo es de primera. / Pero el glamour de ser artista / me parece una tontería. / Voy a volver a la selva / para desactualizarme.”

Pacientes enfermos de COVID-19 reciben tratamiento en el Hospital Municipal Salgado Filho el domingo 24 de mayo de 2020, en Río de Janeiro. Foto: Leo Correa / AP

Una escuela en Bruselas el 18 de mayo del 2020. Foto: Francisco Seco/ AP

El progreso sigue quedándose en casa para no mojarse

27 de mayo de 2020

En Europa y EU, los habitantes fueron en parte expulsados.

Unos, de casa, por buenas razones; y las calles empiezan a llenarse a medias.

Otros, del trabajo.

Boeing despide a doce mil trabajadores. Doce mil expulsados.

Proyectiles que avanzan por el suelo, los humanos.

Y después, pies detenidos sobre el suelo en la fila del desempleo.

Estado Unidos, peor; Europa, con los ojos desorbitados.

La expectativa en los humanos usa ojos desorbitados.

Como si los humanos fueran, en estos días, búhos o animales con un insomnio extraño.

Un insomnio que se sufre de día.

Dos veces despierto, en vez de una.

Ojos demasiado abiertos, no hay tanto así que ver.

Maria Velho da Costa, murió hace dos días: “la casa prosigue su trabajo de expulsar”. Ahí está.

La casa “abierta como un ingenio en pleno rendimiento, un hospicio, un rascacielos despeñado.”

“La casa que brilla allá en lo alto como un claro navío que pende de la línea del mar.”

La casa que acogió durante semanas ahora ha cambiado un poco.

Casa que expulsa, expele y expone a sus habitantes a las intemperies de la tos y de la respiración de los otros.

Ni terremoto, ni vendaval; cuidado con las gotículas que andan por el aire.

Se posterga el lanzamiento de la SpaceX. Otro proyectil. En el último momento.

Condiciones meteorológicas “obligan a cancelar, pocos minutos antes de la hora prevista para el lanzamiento”.

Dos astronautas “serían transportados hasta la Estación Espacial Internacional por una empresa privada: SpaceX, de Elon Musk”.

Después de todo, el clima sigue existiendo en 2020.

Lluvia y viento; ahí están las varias intemperies antiguas.

El clima arruina las cosechas de los animales sedentarios y el lanzamiento de naves espaciales.

La modernidad ha hecho casi de todo, pero poco en relación con la lluvia.

En 2020, el progreso sigue quedándose en casa para no mojarse.

El próximo sábado, la NASA y Elon Musk intentarán de nuevo el despegue. Centro Espacial Kennedy, en Florida.

En Colombia, un diseñador concibió camas de cartón para el hospital.

Si las cosas salen mal, la cama se convierte en ataúd.

Puede doblarse y evita que quien manipula al muerto ensucie de peligro sus manos vivas.

Una especie de envoltorio hecho a la medida.

El cuerpo vivo se acuesta con fe en la medicina, pero si algo sale mal, ya sólo lo cambian de lugar, no de abrigo ni de aposento cercano.

Resonancia magnética: el puro nombre ya cura por el susto.

Aquí estoy.

Un túnel por donde el cuerpo se mete a un horno.

Sonidos alrededor de la cabeza. Cláxones estridentes y un temblor como en un barco.

De repente, pienso en un confesionario.

Sin padre, la máquina hace lo mismo. Exige confesiones.

Una máquina que, sin hablar, obliga al cuerpo a confesarlo todo.

Confesión extraña, sin abrir la boca ni los ojos.

Por favor, no abra los ojos —me dicen antes de entrar.

Hace años que no los abro, casi respondo.

Y sí, es una máquina moderna de confesiones antiguas.

Pero puedes hasta dormirte mientras te exigen respuestas decisivas.

Nunca lo he visto; cosa extraña, pero posible. Pero sí, hay quien se duerme dentro de esta máquina que asusta y es larga.

Duchamp y el escultor Brancusi junto a la hélice de un helicóptero.

“¿Quién puede hacer algo más hermoso que esto?”, dice Duchamp.

Las hélices son, en efecto, hermosas.

La escultura más hermosa es la que levanta el vuelo, para mí eso es evidente.

Aquí voy, con cubrebocas, fe serena y medicina concreta. Todo bien, entro.

Varias personas utilizan mascarillas para frenar la propagación del coronavirus mientars se guarecen de un aguacero repentino en Beijing, el sábado 23 de mayo de 2020. Foto: Ng Han Guan / AP

Gente al aire libre en un día de buen tiempo, pese que a la orden de confinamiento seguía en vigor y el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, advirtió que los cambios de comportamiento podrían reavivar el brote de coronavirus, el sábado 2 de mayo de 2020, en el Parque Prospect de Brookly, en Nueva York. Foto: Bebeto Matthews / AP

Los seres humanos volvieron a caminar

28 de mayo de 2020

En mayo de 2020 los seres humanos volvieron a caminar.

Proyecto: investigar las caminatas.

Grupo Dadá, 14 de abril de 1921.

Uno de los primeros performances vinculados con la caminata.

Defendían excursiones hacia “lugares que no tenían razón de existir”.

Artistas, escritores.

Louis Aragon, Arp, André Breton, Paul Éluard, Théodore Fraenkel, Benjamin Péret, Francis Picabia, Jacques Rigaut, Philippe Soupault y Tristan Tzara.

14 de abril de 1921.

Muchos humanos brillantes avanzando en conjunto hacia un lugar que no tenía razón de existir.

Una síntesis posible de utopías y distopías.

Encontrar un lugar que no tenga razón de existir y quedarse por ahí hasta que sea tarde, otro proyecto.

Pero, por ahora, caminar hacia sitios tontos.

En Grecia, reanudadas las clases de tango.

El baile es caminar hacia un sitio que está justo junto al lugar donde están ahora tus pies.

Y el tango es un baile que avanza, como mínimo, contra la Constitución.

Una Constitución temporal que dicta: por lo menos dos metros entre un cuerpo y su enemigo. O su pareja.

El tango en mayo de 2020 debería ser ilegal por partida doble.

Mi traductora griega, Athena, añade que no sólo es el tango.

Instalaron aerogeneradores por todas partes.

En montañas, en áreas protegidas, etc.

Aerogeneradores en toda Grecia.

Una máquina entra en la naturaleza para extraer energía del viento.

Transformar el viento en otra cosa.

Los gigantes de los mitos son ahora de puro metal.

El viento no es suficiente.

EU sobrepasa los cien mil muertos.

Otro muerto, éste. Un muerto que es uno.

“No puedo respirar”, George Floyd.

“Un hombre negro, desarmado, fue detenido por la policía y estuvo durante nueve minutos sofocándose hasta morir.”

Uno, ninguno y cien mil, libro de Pirandello.

¿Eres uno, ninguno o cien mil?

En Pirandello, la cuestión de las identidades.

En mayo de 2020, la cuestión de la cantidad de una muerte.

¿Una muerte es una, ninguna o cien mil?

Los disturbios empiezan ahora en las calles de Minneapolis, donde George fue sofocado por la policía.

En el periódico O Globo, hace unos días.

“Maria da Glória Oliveira da Cruz, 80 años.

Siempre les decía a las mujeres que ‘el dinero bueno es el que es nuestro.’

José Bráulio Sousa Ayres, 66 años.

Ordenado sacerdote en 1981, era párroco de la parroquia de la Santísima Trinidad, en São Luís. Deja una multitud de huérfanos.

Ana Michelli Pereira Ferreira, 36 años.

Siempre risueña y divertida, Ana Michelli hablaba fuerte y no aguantaba insolencias.

Francisca das Chagas Corrêa, 84 años. Murió en Petrópolis.

Tenía fama de hacer arroz, pollo y macarrones como nadie. Y el mejor café del mundo.”

Un homenaje, me imagino, a cada muerto: describiendo lo que más le gustaba comer.

Hacer eso, escribir eso.

Siglo XX: Heidegger en Grecia. Se desilusionó.

¿Qué pensaría él hoy de los aerogeneradores en las montañas griegas?

Heidegger y su pensamiento-límite: “sólo en las fronteras se toman las decisiones”.

No podemos pensar cualquier cosa en cualquier lugar.

El lugar en el que estás físicamente determina lo que piensas.

Hace unos años estuve en la Selva Negra.

Un bosque donde un filósofo hizo una cabaña.

Hay cosas que sólo se pueden pensar en la frontera.

En la transición de un espacio a otro, de un tiempo a otro.

Ciertos pensamientos sólo son posibles en 2020.

Una época preciosa en este sentido: hay que aprovechar la frontera.

Manifestantes se reúnen para protestar contra la muerte de George Floyd cerca de la Casa Blanca en Washington, el sábado 30 de mayo de 2020. Foto: J. Scott Applewhite / AP

Una mujer con mascarilla contra el COVID-19 camina en el distrito de de Villa María del Triunfo, a las afueras de Lima, Perú, el martes 26 de mayo de 2020. Foto: Rodrigo Abd / AP

El porqué sigue siendo el Santo Grial de cada cosa

29 de mayo de 2020

Viernes: caricatura, Brasil. Un cartel con el anuncio: el dibujo de un lobo diciendo TE VOY A COMER.

Y muchas ovejas alrededor del cartel, diciendo: me gusta, dice lo que piensa.

Cuadro de Juan Lucena: niños detrás de un vidrio despidiéndose de los abuelos que murieron.

El policía que mató a George Floyd fue detenido y acusado de homicidio.

Tumultos en varios puntos del territorio, muchos edificios incendiados.

The Mamas & The Papas cantan “California Dreamin'” 1965.

Los peinados en los años sesenta son ovnis pequeños y tímidos que aterrizan en las cabezas.

En Youtube se abre automáticamente: The Animals, “House of the Rising Sun.”

El presidente de EU anuncia su salida de la OMS.

Puedes cantar todo arreglado y encorbatado la más violenta de las canciones.

Lo que vistes no determina lo que cantas.

Nietzsche tocando el piano en casa de Richard Wagner y la mujer de éste “escuchando cortésmente”, mientras Wagner “sale de la casa para contener la risa”.

Delicada y cortés, Cosima. Bruto como las puertas pesadas, Richard Wagner.

Si Wagner puede reírse de Nietzsche tocando el piano, Nietzsche puede reírse cuando Wagner hable.

Y también puede reírse cuando Wagner se quede callado.

EU y Europa “parecen estar más afectados por el covid-19 que Asia”.

Investigadores estudian el porqué.

El porqué sigue siendo el Santo Grial de cada cosa.

Debes buscar el inicio y no darte por vencido antes de tiempo.

También sería justo: Nietzsche saliendo de la sala para no reírse cuando Wagner piensa.

“Enormes diferencias en la mortalidad llevan a especulaciones sobre genes, respuesta inmunitaria y mutaciones.”

Un lector de este diario en España me envía un mail.

Me recomienda, para los vértigos o mareos: Vertigo Heel.

En gotas o placas que se ponen bajo la lengua.

Dice que es eficaz. Tengo que probarlo.

Estos días: esperar el resultado de los exámenes de la cabeza y ondas de calor.

España aprueba una renta mínima vital para luchar contra la pobreza.

Una renta mínima para que el ciudadano siga vivo.

Sólo puedes votar si sigues vivo: la democracia depende de esa vitalidad mínima del organismo.

Vuelvo a mirar mi libro La peste en Estados Unidos de América.

Años en esto: corta, escribe, corta, corta, escribe. Y, después, observa y corta de nuevo.

Libro largo, epopeya. Hay que estar atento a lo mínimo. Por dentro y por fuera.

Dos formas de analizar la cabeza: pedirle a un sujeto que piense frente a nosotros, o con rayos X.

Comprender si alguien está enfermo mediante la vieja técnica de escuchar lo que piensa.

Freud y su ejército de un lado; los rayos X del otro.

Los rayos X no detectan fallas en el raciocinio, ni palabras decisivas, ni lapsus que dan de lleno en lo esencial.

Empecé a ver un documental sobre Osho. Wild Wild Country.

Peter Sloterdijk es uno de los lectores atentos de Osho.

Leí varios libros de Osho cuando tenía veinte años.

Otro día tengo que hablar de él.

Osho se fue de la India a Estados Unidos.

Su dedicada secretaria dice: “Osho era de porcelana, muy frágil, como si tuviera miles de años. Y yo tuve el privilegio de transportarlo de un continente a otro.”

Y después añade: “vi a Osho y ése fue mi fin. Lo conocí a los 16 años y, si mi vida hubiera acabado allí, estaría satisfecha.”

Bil callahan cantando “America! America!”

Una voz inclinada gritando con ironía: “Captain Kristofferson”.

Música al final del documental. Primer episodio.

Hay que poner la música adecuada al final de cada vida. La música adecuada para cada muerte.

Elegir en vida la música y el porqué de la música: Santo Grial privado y siempre urgente.

Rápido, muchacho, no te detengas: ya va a empezar.

Una mujer con mascarilla y escudo facial para combatir los contagios del nuevo coronavirus comprueba prendas quirúrgicas en una sesión de empaquetado en una fábrica textil, el jueves 28 de mayo de 2020 en la Zona Industrial en Yangón, Myanmar. Foto: Thein Zaw/ AP

Un hombre levanta el pulgar después de salir de un centro de aislamiento establecido en el Hotel Real Plaza, en La Paz, Bolivia, el viernes 15 de mayo de 2020. Foto: Juan Karita / AP

 

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Traducción: Paula Abramo. 

*Estos textos se han publicado originalmente en el diario Expresso, de Portugal. Se reproducen con la autorización expresa de su autor. 

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