Diario de la peste: Fiel y leal, aspiro a un tiempo más bello

El escritor portugués Gonçalo M. Tavares, considerado uno de los más destacados en lengua portuguesa registra en su estilo y mirada los acontecimientos de esta pandemia.

En esta foto del 22 de mayo de 2020, la enfermera Megan Palmer escribe una canción durante una sesión de composición con su colega Anna Henderson en la casa de Henderson, en Ashland City, Tennessee. Foto: Mark Humphrey/ AP

El tiempo dejó de ser neutro, hasta los minutos toman posición

6 de junio de 2020

 

“El artista no hace curvas para complacerte”, Jhon, el cantante brasileño.

El efemeróptero es un insecto, ahora lo veo.

Puede vivir cierto tiempo dentro del capullo, mientras está en formación.

Pero después se vuelve adulto y muere pasado un día.

The New York Times, instrucciones. Cómo abrazar en una epidemia.

Nunca abrazar cara a cara.

Lindos dibujos, ilustrativos. Como para niños.

Todos tenemos seis años y necesitamos ver para saber.

Aprendemos con dibujos, no con abstracciones.

Un-brasileño-por-minuto. Hashtag que recuerda el número de muertos por covid en Brasil.

Los cronómetros ahora señalan la enfermedad o el movimiento político.

El tiempo ha dejado de ser neutro, hasta los minutos toman posición.

Un minuto conservador, un minuto liberal, dos minutos radicales.

Ocho minutos y pico de rodilla, manos en los bolsillos y mirada lunática.

El Palacio de Versalles reabrió este sábado, pero sólo para los franceses.

Una boda llevó a un nuevo brote de covid-19 en Irán.

Inició la temporada de balnearios: “Así, tan alejados unos de otros, tenemos que comunicarnos con megáfono”, dice alguien.

En Holanda, las martas no probaron su inocencia. Van a ser sacrificadas.

Existe la argumentación en los animales, pero no es verbal.

Las discotecas vuelven a abrir en España, pero no se puede bailar.

La biología se defiende como puede, pero nunca es inocente.

De ahí, tal vez, la causa de la muerte. En los animales y en los hombres.

Miles de personas se manifiestan en todo el mundo contra el racismo.

Instrucciones. Un niño puede abrazar la cintura de sus abuelos.

Una abuela puede besar la nuca de su nieto. La diferencia de altura lo facilita.

Ilustraciones, The New York Times. Todos con cubrebocas.

Dos adultos abrazados con la cara vuelta hacia el mismo lado: focos rojos.

Dos adultos pueden abrazarse si vuelven la cara en direcciones opuestas.

Uno vuelve la cara hacia el Sur, el otro hacia el Norte.

Sólo así pueden abrazarse y permanecer sanos.

Sustituir el nombre “mortales” por “efímeros”.

Tal vez tú también serás adulto sólo por un día. Como los insectos ésos.

Adulto es aquel que comprende y después muere.

Peter Pál Pelbart (PPP), performance filosófico a partir de Deleuze y Guattari. Conferencia a los cerdos (once crías).

Filosofía para porcinos, como dice PPP.

Deleuze: un escritor siempre se dirige al animal que existe dentro del hombre.

Imaginar lo contrario: el filósofo se dirige a la parte humana que existe en el animal.

Imagino esto: el sitio hacia el que vuelves tu pensamiento tiene tanta influencia como el sitio hacia el que vuelves tu respiración.

En días de contagio. El abrazo es posible si dos personas están pensando en cosas diferentes.

Las fronteras cerradas todavía. Bebés ya adoptados esperan a sus futuros padres del otro lado de la línea.

Sólo el verbo convence a quien sólo se convence por los oídos.

Separados desde marzo de 2020, amantes, abuelos y nietos.

Junio de 2020: evidentes dificultades técnicas para los abrazos.

No hay ilustración que lo resuelva.

Ámsterdam va a abrir, excepto la zona roja.

Las trabajadoras sexuales “tendrán que esperar hasta septiembre; cientos de ellas podrán verse orilladas a la pobreza.”

Poema: “Lo imperdonable”, de Hölderlin.

Puedes burlarte de todo: de los artistas y de la inteligencia,

“pero no estorbéis

nunca la paz de los amantes.”1

Falla entre fallas.

1 Traducción de Eduardo Gil Bera.

Instrucciones para aprender a abrazar de nuevo, The New York Times. Ilustración: Eleni Kalorkoti

Una mujer observa desde la ventana de su casa mientras espera recibir comida gratis del gobierno de la ciudad el viernes 12 de junio de 2020, en Bogotá, Colombia, donde continúan las medidas de prevención por el coronavirus. Foto: Fernando Vergara / AP

Dos familias son dos tribus respiratorias distintas

7 de junio de 2020

 

Ayer, un caballo asustado por las calles de Londres asustó a muchos humanos en las calles de Londres.

En España fue avistado un cocodrilo del Nilo en el río Duero.

El Nilo no es el río Duero.

Si el cocodrilo está en el río Duero, es un cocodrilo del río Duero.

El cocodrilo cambia de nombre según el movimiento de las mareas y de sus patas.

Manifestantes en Bristol tumban la estatua de un traficante de esclavos. Incluye video, dice la noticia.

Cada grupo de seres humanos de una casa es una nueva comunidad de oxígeno creada con la pandemia.

Una comunidad que comparte, no creencias ni ideas, sino oxígeno.

Cada casa, un reducto respiratorio.

Este cocodrilo puede haber estado sin comer desde hace un año. Son animales resistentes.

En Europa, el espacio público ha cambiado.

Dos familias, en el espacio público, guardan entre sí la distancia moderna, a medio camino entre la buena educación y el miedo.

Un promedio dudoso, entre la preocupación y el deseo de no ser grosero.

Pero, vistas desde arriba, dos familias son dos tribus respiratorias distintas.

Nuevas e infinitas tribus en las ciudades en 2020.

La posición de los pies y la inclinación del rostro de cada elemento lo demuestra claramente.

Es fácil saber a qué la familia de O2/CO2 pertenece cada bípedo.

Imagino un video de una hora filmando una estatua inmóvil, sin nadie a su alrededor.

Hora y media de filmación alrededor del David de Miguel Ángel.

Hora y media de David, un espectáculo un tanto inmóvil.

Cientos de nuevos coronavirus peligrosos en murciélagos de China.

Trump ordena que se retire la Guardia Nacional de Washington. Pero advierte que puede volver.

Brasil amenaza con salir de la OMS y empieza a contar las muertes causadas por la epidemia con una metodología distinta.

Diario del trayecto de un virus.

Brasil, México, Argentina: aún en estado de calamidad.

Cifras elevadas.

En Bristol, la estatua al río.

Me imagino la perversión de arrojar una pesada estatua al río, amarrada con cuerdas robustas y con lastres colgados.

El odio no sabe qué es la redundancia o el exceso.

No hay odio con cinta métrica.

“Escapar por mucho”, la definición del cobarde por Millôr Fernandes.

Valor, precaución o miedo; tonta osadía o planeación.

Lo que hace cada cual frente al otro.

La plaza de San Pedro, después de casi tres meses, volvió a abrir este domingo.

Un pueblo italiano sumergido desde hace 25 años puede volver a emerger.

Pueblos afloran a la superficie, estatuas en sentido contrario.

Aumentan los informes de problemas psiquiátricos.

Adultos piden ayuda anónima por teléfono.

En Inglaterra, dos primos que no se veían desde hace meses se abrazan y lloran.

En Atenas, una mujer loca en la calle les dice “virus” a todas las personas que pasan.

Chris Marker, película Sans Soleil.

Imagen de un barco en el mar. Se escucha la historia.

“La prensa habla de un hombre de Nagoya

La mujer a la que amaba murió el año pasado.

Él se sumergió en el trabajo, al estilo japonés, como un loco.

Según parece, hizo incluso un descubrimiento importante en el campo de la electrónica.

Pero en el mes de mayo se mató.

Dicen que no soportaba escuchar la palabra ‘primavera’.”

Ahí viene el verano y, a veces, un nombre casi salva.

Manifestantes arrojan al agua la estatua del comerciante de esclavos Edward Colston el domingo 7 de junio de 2020, en Bristol, Inglaterra. Foto: Ben Birchall/PA vía AP

Unas personas caminan a la orilla del río Moscú, en Moscú, Rusia, el martes 9 de junio de 2020. Foto: Alexander Zemlianichenko/ AP

Fiel y leal, aspiro a un tiempo más bello

8 de junio de 2020

 

Una violencia física evidente, hacer este diario.

Para mí, una prueba de fuerza y resistencia.

A veces, un cansancio tremendo.

Pero una necesidad sin obligación externa.

Y una tensión por documentar, por señalar en tiempo real lo que sucede y lo que se siente.

Lo que aún quiero de estos tiempos es una calma sin mareos en la cabeza, y con la herida en la pata de la intempestiva Roma curada.

Firme pata izquierda con su herida.

En esta parte final del diario, quiero entender un poco más.

Los días de oscuro-oscuro han pasado a claro-oscuro, y el diario sigue el transcurso de ese animal que no se ve, y del sol.

Un diario con el ritmo oriente-poniente de los días.

Los tres volúmenes de las Esferas, de Peter Sloterdijk.

Los leí hace mucho tiempo.

El más fuerte proyecto de la filosofía en los últimos 50 años.

Sloterdijk hablaba de burbujas de inmunidad.

Inmunidad respiratoria. Las burbujas en que cada quien está.

El inicio justo ahí, en la barriga. Respirar un aire protegido.

Burbujas formadas también por el aire acondicionado: un aire dominado que presenta su propio verano e invierno e inventa técnicamente una primavera infinita.

Las esferas como sistemas de protección respiratoria están de vuelta en 2020.

Cada casa, una nueva esfera, comunidad de común oxígeno, como escribí en el diario de ayer.

Estamos todos así en 2020, torciendo el aire y domesticándolo, como un animal de circo.

Sintra. Hoy, en la calle, un brillo triste en las cosas.

El sol cae sobre las personas, los animales y las plantas y no se refleja.

O, al menos, no de un hombre hacia los demás hombres.

Cae sobre los humanos, el sol, y resbala.

Una hija con cubrebocas lleva a pasear, a paso lento, a su anciano padre sin cubrebocas.

Fingen que todo normal, que todo bien.

Caminan unos metros y después dan marcha atrás.

Los restaurantes, vacíos. Y las tiendas parecen vender a su vendedor, que está allí, apostado en la puerta.

En la calle, un nuevo instinto de zigzag.

Darles vuelta a los obstáculos que respiran y avanzan hacia nosotros.

Escucho y mis amigos me cuentan. En el cementerio más grande de América Latina,

São Paulo.

Filas de familias en espera de ceremonias fúnebres.

Muchas se llevan a cabo después de las 21:00.

Nunca se había oído tanto llanto por aquí en la noche, dice alguien.

En la noche, en el cementerio, había silencio total.

Hasta el espacio más reservado ha cambiado de murmullos.

Los nuevos vivos no dejan dormir a los anteriores muertos.

De sol, lo suficiente, y de viento, cuanto baste.

Camino como quien quiere llegar al punto más lejano de alguna tierra plana.

Estudiar el caminar. Quiero hacer un libro sobre la marcha.

Siento que se avecinan unos años de andares exteriores. En grupo y a solas.

Los dadaístas decían que sentarse por un solo momento en una silla “significa poner la vida en riesgo”.

La verdadera vida se pone en riesgo por la silla.

Ahí viene la reacción.

En cada casa, cierta ira que quiere ponerse a caminar para aligerar y volver menos densa una mala energía.

En 1920, la comunidad de Friedrich Muck-Lamberty, en Alemania. Sólo un ejemplo (Safranski).

Hace cien años, precisamente.

Un nuevo Mesías, Lamberty. Un círculo (una comunidad) que caminaba.

Avanzaban en grupo hacia pequeñas ciudades, con música y constante alegría. Querían una vida nueva.

Después se disolvió, ese movimiento, que tenía una bandera azul con una cruz blanca en el centro.

Hegel decía que la verdad era un “delirio báquico en el que no hay miembro que no esté ebrio”

Esos miembros pueden ser personas que pertenecen a un grupo o miembros del cuerpo humano.

Los dos brazos ebrios, las dos piernas ebrias, la cabeza borracha allá arriba. He ahí una posible verdad. Una embriaguez de aire exterior.

Se avecina esa embriaguez verdadera en los próximos años. Es evidente.

“Fiel y leal, aspiro a un tiempo más bello”1, escribió Hölderlin.

1 Versión de Eduardo Gil Bera.

Una niña, que usa una mascarilla protectora como medida obligatoria para ayudar a frenar la propagación del nuevo coronavirus, va a cuestas de su padre por una concurrida zona del centro de Quito, Ecuador, el miércoles 10 de junio de 2020. Foto: Dolores Ochoa/AP

Gente con mascarilla para protegerse contra el coronavirus camina por el metro, con un retrato del líder soviético Vladimir Lenin de fondo, en Moscú, el miércoles 10 de junio de 2020. Los moscovitas ya no están obligados a quedarse en casa o a solicitar pases electrónicos para desplazarse por la ciudad. Todas las restricciones sobre los paseos, el transporte público o los desplazamientos en auto se levantaron también. Foto: Pavel Golovkin / AP

El sonido de dios ha desaparecido y lo que queda es un canturreo

9 de junio de 2020

 

El bosque de los suicidas en Japón.

Un bosque con cuerdas en algunas ramas.

Una placa en la entrada que dice: antes de hacer algo precipitado, piensa que tus padres te dieron la vida.

“Amo mi cáncer, me ha enseñado a vivir”, dice una mujer en Medellín, ciudad de Pablo Escobar.

“Agarro al tiempo por los pelos”, un proverbio. Pero no es posible hacer semejante cosa mucho tiempo.

En Colombia, el confinamiento obliga a profesores a transmitir sus clases a través del radio.

En muchos pueblos, ni un gramo de ese internet que no pesa.

Lo que no pesa es mucho más caro que una piedra.

Pero la escuela tiene que continuar.

Una profesora dice: es necesario evitar “que inviten a los niños a unirse a grupos armados o a carteles de droga”.

Las Variaciones Goldberg, de Bach, los sonidos de la boca de Gould, música paralela.

Pensar en una grabación sin piano, sólo la voz de Gould dando brinquitos.

Edison inventó un fonomotor.

Las vibraciones de la voz humana ponían en movimiento ciertas máquinas.

Máquinas de coser sin pedales. Y otras.

La potente voz humana. Los coros no saben cuándo recomenzar.

Una actividad peligrosa, cantar en un grupo de veinte el Réquiem de Mozart.

Muchas voces juntas en manifestaciones por todo el mundo.

Una especie de coro civil y político, no estético.

“En Oxford exigen que se retire la estatua de Cecil Rhodes.”

“Se le atribuye el mayor genocidio de negros africanos.”

Amberes: “se depuso una estatua de Leopoldo II”.

Edison quiso contactar a los muertos.

La técnica siempre vuelve a lo más primitivo.

Trató de crear una máquina con vibraciones que llegaran al lejano mundo de los muertos.

México: la epidemia se acerca a su pico, dice la OMS.

Las playas de Cancún se abren.

Hay que sumergirse como una avestruz en el turismo. Agua caliente.

Bell inventó el teléfono.

Dicen que la primera llamada que trató de hacer fue a su madre, que había muerto. Un número imaginario.

Lo más moderno es lo más antiguo: no perder el vínculo con los muertos.

Una tecnología compleja que desemboca en la frase: mamá, ¿estás ahí?

El presidente de la cámara de Londres va a retirar estatuas y a cambiar el nombre de algunas calles.

Cambio brusco de la polis: cuando las calles cambian de nombre.

Casi caminas sobre otro suelo cuando es otro el nombre.

En dos meses, muchos miles de personas no se despidieron de sus muertos.

Mamá, ¿estás ahí? Papá, ¿estás ahí?

Muchos exigen un nuevo teléfono antiguo.

Volver a la primera llamada.

Dicen que se han multiplicado las ventas de tés de hierbas milagrosas y que algunas palabras mágicas han vuelto a circular.

Dios y los hombres, una relación atribulada.

El sonido de dios ha desaparecido y lo que queda es un canturreo estilo Glenn Gould.

No es todo, pero sigue siendo mucho.

Feligreses con mascarillas para protegerse del coronavirus oran tras vestir la imagen del Jesús del Gran Poder el jueves 4 de junio de 2020, en la iglesia del mismo nombre, en La Paz, Bolivia. Foto: Juan Karita / AP

Un artista usando una mascarilla contra la pandemia del coronavirus bajo una máscara de calavera marcha para protestar contra el gobierno en La Paz, Bolivia, el lunes 8 de junio de 2020. Foto: Juan Karita/ AP

El Estado delimita con gis lo que es obsceno y lo que se permite

10 de junio de 2020

 

Tesla estudiaba las vibraciones de la tierra y de las máquinas.

Fascinación por la energía que no se ve.

Fascinación recuperada cien años después con la pandemia.

Nunca había habido tantos mirando tanto la nada.

Los más viejos deben apoyar los tobillos y la espalda en la pared 5 minutos por la mañana.

Dicen en los periódicos que es bueno para el equilibrio.

Tesla inventó un oscilador que generaba vibraciones.

Se necesitan muchas vibraciones para aparezca algún equilibrio. Provenientes del Norte y del Sur.

Tesla hizo un experimento para sacudir los objetos de su sala sin tocarlos y generó una sensación de terremoto en Manhattan.

La onda que creó en su laboratorio empezó por los barrios alejados y acabó en sus objetos.

Hay testigos que hablan de su semejanza con un desastre natural.

La sala empezó a temblar y Tesla se asustó.

Hago una pausa para analizar de cerca una pata.

La segunda herida de la intempestiva Roma no sana.

Viernes, veterinario. Melancólica Jeri, ok.

Destruyó la máquina con un martillo.

Se necesitan doscientos golpes para detener una máquina peligrosa.

Veinte bastan para noquear una máquina básica.

Tesla estaba fascinado con la potente vibración de la tierra.

Una vibración callada y no visible, más fuerte que el invento más fuerte.

La estatua de Colón en Boston fue guillotinada, leo.

Un cuerpo sin cabeza siempre hace temblar a los cuerpos con cabeza.

Falta la parte humana del ser humano, aunque ese ser humano sea una figura de piedra.

En Italia y Francia, “familiares de víctimas de covid-19 presentan quejas contra el Estado”.

Falta de información, falta de recursos, falta de asistencia y abandono, reclaman.

Otras estatuas de Colón quemadas.

Tesla dice que si le dieran suficiente tiempo y mucha dinamita, podría partir el planeta en dos.

Una esfera partida en dos con dinamita, y no con líneas simbólicas como en la Guerra Fría.

Una mitad para cada uno, pero en serio.

El hermano de George Floyd dice que no puede olvidar el video.

Un acontecimiento puede partir el tiempo en dos como dinamita.

Poder partir el tiempo con una explosión, ley o navaja.

Actividad propia de políticos o de peritos en explosivos.

Carl Schmitt decía que, en las leyes, el estado de excepción es el equivalente de un milagro.

En Inglaterra, los solteros “tienen autorización para quedarse con otra familia”.

El Estado delimita con gis lo que es obsceno y lo que se permite en casa del señor ciudadano suspendido.

Me recuerda la escena sobre Vertigo, de Hitchcock en la película de Cris Marker. El vértigo en las imágenes da poco vértigo.

La cabeza de Colón tapaba el horizonte. Eso podría decir algún fanático de las nubes.

Sólo siete países tienen más muertos que el estado de São Paulo.

El gobierno de Bolsonaro aprueba una ley que apela al estado de excepción.

Durante la pandemia, el gobierno puede elegir nuevos rectores para las universidades.

Una semejanza desenfocada con el inicio del proceso fascista en las universidades.

Ver documentación anexa en la Historia.

Pensamos que el tiempo se parte en dos, pero siempre se regenera.

El tiempo es más resistente que una lagartija cortada a la mitad.

Va a recoger la cola que le cortaron y sigue adelante.

El mismo sol, pero otras bestias.

Miles de manifestantes marchan en Oakland, California, el lunes 1 de junio de 2020, en protesta por la muerte de George Floyd, fallecido el 25 de mayo en Minneapolis después de que un policía blanco le apretara el cuello con la rodilla cuando estaba esposado en el piso. Foto: Noah Berger / AP

Alumnos de la escuela primaria Kim Song Ju pasan controles de temperatura antes de entrar en la escuela en Pyongyang, Corea del Norte, el miércoles 3 de junio de 2020. Foto: Jon Chol Jin / AP

Desde el campo dicen que las madres han empezado a perder el miedo

11 de junio de 2020

 

A los 94 años, la reina Isabel II hace su primera videollamada.

Fue la última que entró “en la llamada de Zoom y la primera en abandonarla, como exige la etiqueta real”.

Francia perdió medio millón de empleos hasta marzo.

México supera la barrera de los 15 mil muertos.

Tránsito y contaminación vuelven a París.

Cien curas españoles han muerto ya debido a la pandemia.

La cantante brasileña Anitta dice que “salió más inteligente del confinamiento”.

Robert Musil decía que debíamos ser más inteligentes a las ocho de la noche que a las ocho de la mañana.

Algunos grafitis en estatuas parecen estar aprendiendo a escribir en el soporte equivocado.

Deleuze, en el libro sobre Francis Bacon, dice que no existe el lienzo blanco, existe el lienzo sofocado por imágenes anteriores, lugares comunes, etc.

El pintor, primero, tiene que borrar todos los colores y figuras que están en el lienzo como fantasmas. Y, sólo después, empezar.

Obituario, Brasil. Sebastião da Lima Vasconcelos, 95 años.

“Entre todos los desafíos de la vida, el que más le gustaba eran los crucigramas. Murió en Belém.”

Hay que “limpiar, borrar, lijar e incluso romper” el lienzo para permitir que el aire circule, escribió Deleuze.

Tal vez también sea así con la historia y con los nuevos proyectos.

Hay que “limpiar, borrar, lijar e incluso romper” la Historia para permitir que el aire circule.

Tal vez es eso lo que piensan los activos atacantes de las estatuas inmóviles.

El aire a veces no circula por voluntad propia.

Desde el campo dicen que las madres han empezado a perder el miedo.

Van a la peluquería y a la misa. Y ya juegan con los mirlos que aparecen por todas partes.

Un dromedario carga una biblioteca para combatir la deserción escolar en Etiopía.

Una campaña pretende llevar juguetes a las favelas brasileñas.

Sin escuela, dicen, muchos no tienen acceso a los juguetes.

Niños sin internet aprendiendo a leer y a contar por el radio. Me refiero todavía a los pueblos de Colombia.

El radio como el transmisor de información esencial.

Aprendizaje que vuelve a los oídos.

El siglo de los dos grandes ojos se pone a escuchar con oído atento el dos y dos son cuatro y el alfabeto.

“La alegría es la prueba de fuego”, decía Oswald de Andrade.

Volver a los oídos en el siglo XXI.

Una amiga de Brasil dice que limpió sus sillas con desinfectante.

Acabaron casi blancas.

Parecía que invitaban a alguien a sentarse.

Pero no hay nadie que se siente, y las sillas se van a quedar en un rincón hasta que se ensucien de nuevo. No ve a nadie desde hace dos meses.

“Ahora empieza un viaje duro, inexorable, en busca de lo más lejano posible”, escribió Bataille.

Un viaje que pretenda llegar al punto más lejano en el espacio y en el espíritu.

Muchos tienen ya en mente ese proyecto.

Encontrar el punto más lejano de casa y encender allí una hoguera.

La tristeza es una avería en lo esencial: hay pocos mecánicos para eso.

Un devoto con cubrebocas para protegerse del coronavirus sale de una iglesia en Lumbier, en el norte de España, el domingo 7 de junio de 2020. Foto: Alvaro Barrientos / AP

Un hombre con una mascarilla para protegerse del coronavirus se sienta al lado de alambres que cercan el palacio de gobierno el lunes 8 de junio de 2020, durante una marcha de sindicatos para protestar contra las políticas del presidente Lenín Moreno, en Quito, Ecuador. Foto: Dolores Ochoa/ AP

El aullido de la madre en la ventana

12 de junio de 2020

 

Dylan dio una entrevista.

“Me dio náuseas ver a George torturado hasta la muerte”.

Los romanos escribían maldiciones e imprecaciones en piedras y las arrojaban al agua.

Las estatuas siguen siendo arrojadas al agua después de recibir grafitis con insultos, maldiciones e imprecaciones.

Dylan sobre la pandemia: “Creo que es percusor de algo más que vendrá. Es una invasión.”

En la calle, una mujer se acomoda el cubrebocas con un pañuelo por encima de una jarra de agua en una sala llena de insectos.

Otra mujer va con guantes, máscara y temblores, al lado de su marido, ostensivo y relajado.

La respiración se ha convertido en un asunto privado.

Casi no se exhala hacia afuera.

Exhalar aire privado en espacios públicos cerrados se ha vuelto ilegal.

“Tal vez estemos al borde de la destrucción.”

Intempestiva, Roma viene del veterinario sin el collar protector en el cuello, tal vez curada.

La economía británica se contrajo más del 20% en abril.

A principios de los años 20 del siglo pasado, en Berlín, un café podía costar 8 mil marcos.

El metal de la moneda era más valioso que el valor de la moneda.

Los billetes empezaron a imprimirse en tela, cartón, papel periódico.

La cabeza libre de un animal impone respeto.

Un tornamesa en un mercado de segunda mano. Las muchas manos alrededor de un objeto.

Es el tacto de los otros lo que envejece a los cuerpos y las cosas.

Wagner decía que una interpretación perfecta de su obra por parte de una orquesta tendría que “enloquecer a la gente”.

Bill Gates cuenta que en la escuela un vinil daba vueltas en el tornamesa planteando operaciones matemáticas a gran velocidad. 23+249, 842+97.

Música sustituida por hechos.

Un vinil que, puesto en el tornamesa, dé noticias o información concreta.

Sustituir la música por la información.

Todo sonido inútil destruye los oídos. Dice alguien con un megáfono en mi cabeza.

Link. Bob Dylan, San Francisco Press Conference. 1965.

Hace una pausa y el público se ríe.

Un comentario de hace un año: un hombre al que le gustan las ideas confrontado con un público al que le gustan los hechos.

Una idea por cien hechos. Cien ideas por un hecho.

Depende de los días.

A veces, el día es más fuerte afuera y, a veces, es más fuerte en la cabeza.

En estas semanas de 2020, los hechos han adquirido valor, anchura, largura y altura.

El dinero puro sólo tiene valor; en última instancia, ninguna otra dimensión.

Ni anchura, ni largura ni altura.

Un misterio material que no ocupa espacio.

Durante el momento de peligro quieres información sobre la salvación, no música.

Allen Ginsberg entre el público de la conferencia de Dylan en 1965.

El aullido como título general para toda la poesía.

Diferencia entre el ser humano y el lobo: el ser humano también puede aullar.

Impactos de la pandemia en las mujeres, niños y adolescentes.

Siete millones de embarazos no deseados, dice la OMS.

El número de niños con armas en Sudamérica ha aumentado bruscamente.

Allen Ginsberg:

“He visto las mejores mentes de mi generación

destruidas por la locura, famélicas histéricas desnudas,

arrastrándose en la aurora por calles de negros en busca de una dosis feroz.”

Madres, en los pequeños pueblos de Colombia, aullando en las ventanas.

Y aullando por los caminos peligrosos para que sus hijos las oigan.

La escuela, suspendida debido a la pandemia. Y se habla de raptos para enseñarles a los niños a usar las armas.

Imagino una madre que de tanto aullar se convierte realmente en una loba.

Sólo volverá a ser humana si recupera a su hijo.

“Nosotros, los violentos, más tiempo duramos.”

Un grupo de niños aguarda la llegada de la primera brigada médica cubana del Contingente Henry Reeve el lunes 8 de junio de 2020, en La Habana, Cuba. Los médicos cubanos viajaron a Italia para ayudar con la emergencia del COVID-19. Foto: Ramón Espinosa/ AP

Los pacientes con COVID-19 están acostados en camas en un hospital de campaña construido dentro de un gimnasio en Santo Andre, en las afueras de Sao Paulo, Brasil, el martes 9 de junio de 2020. Foto: Andre Penner / AP

 

 

***

Traducción: Paula Abramo. 

*Estos textos se han publicado originalmente en el diario Expresso, de Portugal. Se reproducen con la autorización expresa de su autor. 

Salir de la versión móvil