Diario de la peste: Nuestra señora de las Ventanas ya no se irá de la ciudad ni del siglo

El escritor portugués Gonçalo M. Tavares, considerado uno de los más destacados en lengua portuguesa registra en su estilo y mirada los acontecimientos de esta pandemia.

Una niña con mascarilla salta en una calle en Córdoba, ESpaña, este domingo. Foto: Salas/EFE.

El loco religioso encerró a toda su familia en casa

19 de abril de 2020

 

En la película Nostalgia, el loco religioso encerró a toda su familia en casa porque pensaba que se iba a acabar el mundo.

Estuvieron siete años encerrados.

Nadie podía sacarlos de allí.

La policía tuvo que tirar la puerta.

Un científico francés “insiste en que el nuevo coronavirus viene de un laboratorio de Wuhan”.

Excolegas de ese médico dicen que hace mucho dice cosas sin sentido.

Tal vez desde hace siete años.

Muchos obsesivos en 2020 no van a querer salir de casa mucho después de que se acabe el estado de emergencia.

Tal vez durante siete años, también.

Imaginar que viene el fin del mundo y la persona está segura en casa.

El apocalipsis lo destruye todo, pero la casa permanece.

Un arca de Noé que no se mueve de su sitio.

El apocalipsis: animal que se come el mundo entero excepto la casa.

“¿Por qué sólo las mujeres rezan tanto?”, pregunta un personaje.

El número de muertos varones es muy superior. Estadísticas.

Hacer una investigación: cuántas oraciones rezan las mujeres.

Cuántas los hombres.

Concierto One World: Together at Home.

Lady Gaga, Paul McCartney, Rolling Stones, Billie Eilish, etc.

127 millones de dólares.

El pintor David Hockney escribió una carta pública.

Está por cumplir 83 años.

Pintó en un Ipad.

Geranios de un azul que no existe en la naturaleza.

El verde tampoco.

Pensar en un pintor que introduce colores en el mundo natural en vez de hacerlo fuera del mundo.

Ni pantallas ni Ipad: colores en la naturaleza.

Una tinta que permanezca.

Que la naturaleza absorba y reproduzca.

El pintor que suma colores a la naturaleza.

“Amazon empieza a usar cámaras térmicas en los almacenes para detectar empleados enfermos.”

Toda temperatura será detectada. Y castigada.

David Hockney, 19 de marzo de 2020.

Dibujó un ramo de narcisos.

Título: “Recuerden que no se puede cancelar la primavera”.

En la carta de hoy, escribió:

“Las únicas cosas que cuentan en la vida son la comida y el amor, en este orden, y también nuestro pequeño perro Ruby”.

El pequeño perro Ruby en tercer lugar.

Si comprendieran, Roma y Jeri se pondrían contentas.

Oigo la frase: Dios está en todo, en todo… excepto en el mal.

Es noticia que Bill Gates y su familia “desde hace varios años acumulan comida en su cava, preparándose para una pandemia”.

En Estados Unidos hay un ejército de “preppers“: aquellos que se preparan.

Víveres, agua potable; y armas.

Pienso. Dos tipos de seres humanos.

Los que se preparan para lo peor.

Los que se preparan para lo mejor.

Y un tercer grupo: los que no se preparan.

Infinitas variaciones.

Los que se preparan para ayudar.

Los que se preparan para poder ser ayudados.

Los que se preparan para sobrevivir.

Los que se preparan para atacar.

Para defender. Para huir.

Etc.

Atentos a los desastres nucleares, catástrofes naturales o colapsos financieros.

“—¿Qué estudió el judío?

—La Biblia.

—¿Qué busca el judío?

—Alegría.” (Babel)

Nuevos dioses han aparecido, sin embargo.

Dios se ha desplazado hacia el exterior, ha salido de los espacios cerrados.

Ha salido de casa y de las iglesias y ha ido allá afuera.

Por eso los devotos están en la ventana.

Nuestra Señora de las Ventanas.

En muchas ciudades, los nuevos devotos. Hay que verlos.

Nuestra señora de las Ventanas ya no se irá de la ciudad ni del siglo.

Personas observan desde sus ventanas un concierto improvisado de músicos callejeros en Praga, República Checa. Foto: Petr David Josek/AP.

Una mujer con mascarilla protectora y guantes pasa frente a una tienda cerrada en Madrid. Foto: Manu Fernández/AP.

Nuestra Señora de las Ventanas

20 de abril de 2020

 

Nuestra Señora de las Ventanas, sí.

Todos en espera de que el vacío se vuelva aún más vacío.

Vaciado de aquello que da miedo.

Cubrebocas Louis Vuitton, 199 dólares.

En una caja amarillenta, muy elegante.

Ahí adentro, una bolsa, el mismo nombre: Luis Vuitton.

Anuncia una joya, pero es un cubrebocas café, tamaño M.

¿Tamaño M de mediano, o de miedo?

Imaginar el tamaño M.

El tamaño del miedo.

Que nuestra Señora de las Ventanas nos permita salir, rezan algunos sin mover la boca.

Sólo con los ojos.

“Torcidos van los grandes hombres y los ríos,

torcidos, pero hacia su destino.”

Nietzsche se volvió loco y martillaba con la cabeza las paredes para ver si se curaba.

Esto no es biográfico, es un invento.

Me imagino abrir las paredes con la cabeza para ver finalmente al vecino.

En portugués, la M en la ropa ha dejado de significar mediano y se ha convertido en miedo.

Ropa tamaño miedo.

“Ése es su mejor valor,

no le dan miedo los caminos torcidos.”

No sentir miedo de los caminos torcidos.

Aníbal Ruão, 93 años.

Ha ido varias veces al hospital últimamente: una caída e infecciones urinarias.

En una de esas idas le detectaron Covid-19.

Estuvo 15 días en el hospital.

Sobrevivió, volvió.

Cuando volvió a casa, los vecinos estaban en los balcones.

Lo recibieron con aplausos.

¿Es posible, por el camino torcido, llegar al destino? Sí.

¿Es posible caminar en línea recta hacia el lugar equivocado? Claro.

Aplauso estético y aplauso al que sobrevive.

Pienso en los aplausos del teatro.

Aplaudo porque es hermoso, aplaudo porque es fuerte, aplaudo porque me hizo pensar, aplaudo porque sobreviviste.

Cubrebocas que tienen, también, baños de plata y de oro.

Cubrebocas que tienen piedras preciosas: el precio de un auto.

Una tarjeta escrita a mano con la frase: “estoy agradecido por el aire fresco, por las ideas frescas.”

Un movimiento: la gente agradece.

Una mujer con una tarjeta frente a las piernas: estoy agradecida por mi vagina.

Un hombre con sombrero de cowboy, torso desnudo, tatuajes por todas partes.

Sostiene una cartulina en la que escribió: estoy agradecido por el porno gratis en Internet.

Una cartulina al cuello de un perro con tres pelotas enfrente.

La cartulina dice: estoy agradecido por tener tres pelotas con que jugar.

Un joven oriental: estoy agradecido porque todos los enfermos siguen vivos en Vietnam.

Veo que el blanco del muro sigue blanco.

Una tarea diaria, cuando llueve: ver si el agua borra el blanco.

“Las autoridades de la ‘Big Apple’ han liberado a más de 1,400 detenidos desde principios de marzo.”

En una provincia de Ecuador se registraron cientos de muertes durante las primeras dos semanas de abril.

Ayer, un concierto: cada músico en su casa.

Mick Jagger canta “You Can’t Always Get What You Want”.

No siempre puedes lograr lo que quieres. Buena síntesis.

Otra síntesis posible: estás vivo, a veces puedes lograr lo que quieres.

El baterista de los Rolling Stones, Charlie Watts, en casa sin batería.

Toca con las baquetas maletas puestas frente a él.

Y en el sofá.

“You Can’t Always Get What You Want”.

Cerca de un hospital en São Paulo hay sirenas de ambulancias.

Y también cláxones de autos que no dejan pasar a las ambulancias.

Los enfermos se quedan atascados, en espera, en medio del tránsito político.

Cláxones y sirenas compiten por ocupar el centro del aire.

No puedes tener siempre lo que quieres, querido.

En Estados Unidos imágenes de indigentes en un estacionamiento.

Acostados sobre números y letras.

Mick Jagger grita; y Charlie Whatts, ya viejito, parece un loco haciendo de sus maletas una batería.

¿Cómo aplaudirle a quien no es un sobreviviente?

Llueve mucho y luego no. Lluvia intermitente y algo de luz.

Le preguntaron por qué seguía escribiendo en yiddish.

Todos los que podían leer en esa lengua habían sido eliminados en los campos de exterminio.

Isaac Singer respondió que escribía para las sombras de los que habían muerto.

Tatatatatatatatatatatatata

¿Qué es ese ruido en medio del aburrimiento?

Algo se rompió en el mundo del vecino.

Miro hacia afuera: árboles, tierra, muro blanco y piedra informe; muchas sombras y dos perros.

Vecinos de Madrid sacan sus fregonas a los balcones en un gesto simbólico para limpiar el virus, este miércoles durante el homenaje a la labor de los servicios sanitarios durante la crisis del coronavirus. Foto: Juanjo Martín/EFE.

Una enfermera se planta ante una manifestación que pide el levantamiento de las restricciones para combatir el coronavirus, en Minnesota. Foto: Aaron Lavinsky/Star Tribune via AP.

Un pasaporte para entrar en casa

21 de abril de 2020

 

Imaginar un pasaporte para entrar en casa.

Trump anuncia “la suspensión de la inmigración, una medida sin precedentes en Estados Unidos”.

Un café en la mañana, Nescafé clásico; después otro.

“Esta medida no se decretó ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial.”

Vuelos cancelados en Europa, las fronteras de nuevo, etc.

Parece que los vencejos pueden permanecer en el aire hasta 10 meses sin bajar a tierra.

Un sistema práctico en 2020.

Con dos cafés, la mañana empieza a tener el mínimo de luz que exige la cabeza de un sujeto vivo.

Alguien habla de tragarse el mundo y luego escupirlo.

Nadie que venga de fuera puede entrar.

Cualquiera es un potencial enemigo.

El bunker es una arquitectura de la política a partir de Marzo de 2020.

Aplicar el sistema a cada estado, después a cada ciudad, después a cada barrio, después a cada casa.

La casa: nadie que venga de fuera puede entrar. Prohibir la inmigración.

Llegado un límite, sólo los que vienen de adentro pueden entrar.

Pero quien viene de dentro no puede entrar, eso sería muy tonto, ya está ahí adentro.

Mostrar el pasaporte desde afuera, en la ventana, para que se pueda abrir la puerta.

Figura ambigua de Jastrow: la mirada te engaña.

Si miras a la izquierda, ves un pato; si miras a la derecha, un conejo.

No sirve de mucho.

El festival de cerveza Oktoberfest cancelado.

El Papa posterga la Jornada Mundial de la Juventud hasta 2023.

Y el petróleo vendido este lunes a precios negativos.

Toda esta mezcla de noticias de alta y baja importancia a todo galope es una forma de censura mediante la velocidad.

La velocidad tapa, con la ventaja de que parece mostrar.

No se tapa ni se oculta lo importante: basta infundir velocidad a las patas o al motor de lo importante para que salga rápido de escena.

¿Cuantos muertos hoy y en cuanto quedó al final el partido? ¿2-0?

Un video de Bob Dylan y Jonny Cash cantando “Wanted Man”, voz grave y letra desordenada.

Take 1.

Proyecto de vida: que la última toma sea la mejor.

Manu Chao en la misa hippie diaria cantando “Maneiras” con acento:

Se eu quiser fumar, eu fumo

Se eu quiser beber, eu bebo

Eu pago tudo que eu consumo

Com o suor do meu emprego

Confusão eu não arumo

Diario de ayer.

Mi traductor Daniel Hahn me sugirió otra versión.

Le preguntaron a Isaac Singer por qué seguía escribiendo en yiddish si todos los que podían leer en esa lengua habían sido eliminados en los campos de exterminio.

Y él habrá respondido que cuando resuciten van a necesitar algo que leer.

Una pausa para mirar a un lado y respirar: 1, 2.

Hacer libros en la lengua de los que fueron exterminados.

No por simbolismo, sino por creer en la resurrección.

Ayer murió un familiar.

La muerte en el sueño es casi sueño pero no es sueño.

Creer en una lengua individual: cada ser humano tiene una lengua que es solo suya y no de la multitud.

Escribir en la lengua de cada uno de nuestros muertos.

Demasiado inteligente para llorar, dijeron alguna vez.

Leo Elementos de la psicopatología.

Establezco por mi cuenta y riesgo una estrategia para permanecer sereno en medio del tumulto, y en tumulto en medio del pasmo.

12 de abril de 2020, hay días que tienen un agujero negro.

Un trabajador sanitario ajusta la mascarilla a una anciana evacuada de una residencia de mayores donde varios residentes dieron positivo al coronavirus, en Buenos Aires, Argentina. Foto: Natacha Pisarenko/AP.

Una mujer y su hermano caminan por el cementerio Poble Nou en Barcelona, España después del funeral en memoria de su madre, que falleció de coronavirus. Foto: Emilio Morenatti/AP.

Alguien que está en el campo habla de los momentos felices

22 de abril de 2020

 

Alguien que está en el campo habla de los momentos felices.

Estaba cavando y encontró un animal.

Recibo la fotografía de una salamandra con las costillas prominentes.

Todo puede ser un encuentro.

Está bien disminuir la intensidad para que los encuentros vengan de lo mínimo.

Una estrategia ante el día monótono.

“Mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas”, abierto al azar, 1 Corintios.

Un encuentro con una salamandra o con un muro blanco.

Por la mañana salgo y me encuentro con un muro blanco.

Es un encuentro.

Oigo decir a Cohen que hay una guerra entre ricos y pobres y una guerra entre mujeres y hombres.

Los animales flacos asustan.

Como si fueran más humanos por ser flacos.

Hasta una salamandra flaca parece estar haciendo una acusación.

Somos culpables, el animal flaco es el juez.

En Brasil inventaron canciones y bailes para ahuyentar al bicho, como le dicen muchos.

Como si fuera una cosa grande. Pero es una cosa pequeña.

Oigo “soy un profesional del sufrimiento”. Batatinha, cantante brasileño.

El agua lo limpia todo y sigue funcionando.

Desde la ONU advierten que el mundo puede estar ante una hambruna generalizada de “proporciones bíblicas”.

Esa fue la expresión de David Beasley.

Entrevista al diario The Guardian.

“Si no llevamos comida a estas personas, se van a morir”, advirtió.

Rimbaud: “Mira bien el cielo  —es demasiado pequeño para nosotros”.

Imagino esto: si uno mira el cielo, el otro baja la cabeza.

Dos humanos no pueden mirar el cielo al mismo tiempo.

En algunos momentos el cielo es demasiado pequeño para dos, cuánto más para muchos.

El premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz: “Estados Unidos está respondiendo al Covid-19 como un país del tercer mundo”.

Hay grandes desigualdades, dice Stiglitz. “El banco de alimentos no aguanta.”

Repito el sonido de ciertos nombres.

Bernhard von Bülow, canciller del imperio alemán entre 1900 y 1909.

Contra la libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa, avanzar con los “tres ideales alemanes: infantería, caballería y artillería”.

Pronunciación, sitio de Internet.

¿Cómo pronunciar Bernhard von Bülow?

Una aplicación.

Imaginar toda una aplicación para aprender a pronunciar correctamente un solo nombre. Proyecto para una dictadura.

Hambre de proporciones bíblicas.

Esta expresión, en abril de 2020, en las Naciones Unidas.

Todo lo que es bíblico es tan antiguo que sólo puede ser grande.

Contra la libertad, la igualdad y la fraternidad: infantería, caballería y artillería. Una síntesis.

Hoy aún hay soldados, caballos y cañones; pero hay también la fuerza que viene del aire.

Y ahora el miedo que viene del suelo, del aire y de las cosas.

Ok, me contestan.

Me imagino enviando un mensaje: Dios existe.

Y recibiendo la respuesta: ok.

Los trabajadores de la ciudad desinfectan las calles para ayudar a contener la propagación del nuevo coronavirus en Santiago, Chile. Foto: Esteban Felix/AP.

Hombres musulmanes rezan juntos en una mezquita a pesar de la pandemia de coronavirus en el primer día del mes sagrado del Ramadán, en Indonesia. Foto: Zik Maulana/AP.

Cuando el ser humano despierta y no tiene que ponerse zapatos

23 de abril de 2020

 

Cuando el ser humano despierta y no tiene que ponerse zapatos.

Un día y después otro y después otro.

Merkel dijo que el país sigue caminando sobre “lo más fino del hielo fino”.

Aun inmóvil, el peso del humano constituye el peligro.

Tengo mi casa en un zapato

Zapato viejo y de rebaja, canta Manu Chao en la misa hippie del 23 de abril.

Tengo mi casa en un zapato

Un zapato especial: con 4ª y 5ª y marcha atrás.

“Sería una pena terrible si nuestra esperanza nos castigara”, añadió Merkel.

No seas ansioso, ser humano, no te pongas los zapatos aún.

No olvides lo más fino del hielo fino.

Merkel da en el blanco y hace síntesis.

Saber quién escribe lo que dice Merkel.

Sería terrible si nuestra esperanza nos castigara.

Casi Hölderlin.

Tomo café.

Observo la herida de Roma que ya casi desapareció e imagino un Hölderlin loco haciéndole versos a un presidente.

Llamo a Jeri, la golden de mirada melancólica, y la convenzo de esperar la comida.

Sería una pena terrible si nuestra esperanza nos castigara.

Casi le digo esto y ella casi se encoge de hombros.

Estado de Missouri procesa a China y pruebas de la vacuna en humanos comienzan hoy en Oxford.

Un brazo humano disponible.

Ok, ok, ok.

Enfrentamientos vuelven a los suburbios de las grandes ciudades en Francia.

KO no es OK.

El origen del ok. Tal vez caló, a partir de all correct, dicen. Ok.

O, en la guerra, una especie de informe rápido.

0 (cero) killed, ningún muerto. Ok.

En Grecia, hoy: Cero muertos. OK.

En Estados Unidos muchos miles de muertos: no ok, nada ok.

Estudio un libro religioso: Hojas del jardín de Morya.

Yoga society.

Lo abro al azar: “las flechas sin fuerza caen”.

Hace falta convicción, digo.

Más de 26 millones de estadounidenses han perdido el empleo y Merkel advirtió que no es posible volver a la vida anterior a la epidemia.

Los zapatos de 2020 no tienen marcha atrás.

Tal vez 4ª y 5ª, pero nada de marcha atrás.

William Gibson: “el futuro ya está aquí, sólo que está mal distribuido”.

Miles de personas en fila pidiendo un trozo de futuro.

Pero alguien se encoge de hombros, las manos vacías.

Hoy se acabó el futuro. Pido disculpas.

¿Y mañana?

Mañana sospecho que habrá menos aún.

Hace unos meses sí, había mucho. Ahora no.

Deliro con diálogos, y lo que pasa en la cabeza es una forma de entretenerse mientras lo más fino del hielo fino sigue siendo lo más fino del hielo fino. Y no puedes salir.

Hojas del jardín de Morya.

Decidí que a partir de hoy voy a usar este libro como se usa el I Ching.

Tengo el I Ching en algún lugar en una caja en una bodega en Lisboa.

Puede gritar, pero no lo oigo.

La proximidad, pese a todo, es importante.

Tengo mi casa en un zapato

que me la hizo un zapatero, canta Manu Chao.

En otra página del libro se habla de la calma en medio del “infinito movimiento”.

Y aparece esta frase:

“Después de la primera tranquilidad, viene la segunda”.

Abrir al azar este libro para aclarar lo que no se entiende.

Sólo el azar aclara.

Miles de motos para entregas a domicilio en Tailandia.

Robots que transportan compras en Medellín.

Tal vez, a la vuelta de la esquina, la primera tranquilidad.

Pero todavía falta.

Tumulto, tumulto, calma, calma, sobresalto, tumulto, etc.

Un ciclista entrena solo en casa. Una bicicleta impecable, pero rodando en el mismo sitio.

Dos proyectos rápidos.

Esperar la segunda tranquilidad.

No dejar que destruyan la primera.

La presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi caminando a su oficina en el Capitolio, en Washington. Foto: Andrew Harnik/AP.

Una curandera kallawaya que usa una mascarilla monitorea una cámara desinfectante que ofrece baños de vapor con hierbas que mediante medicina tradicional ofrecen una medida de protección contra el nuevo coronavirus en La Paz, Bolivia. Foto: Juan Karita.

Noticias del mundo más lento

24 de abril de 2020

 

Noticias del mundo más lento.

William Ospina dice que podemos vivir sin aviones, pero no sin oxígeno.

Y que los que más trabajan por la vida no son los gobiernos, sino los árboles.

Un título de The New Yorker —Buenas noticias: ¡ahí viene el fin del mundo!

El libro Hojas del jardín de Morya.

Usarlo como oráculo.

Lo abro al azar este 24 de abril de 2020.

El primer azar no resulta.

Lo intento una vez más y me encuentro con:

La impaciencia de los pasajeros no puede acelerar el tren.

Si eres resistente, el azar te mostrará lo que buscas.

Sobornar a la suerte mediante la paciencia.

Leo a Céline y Alexander Kluge.

A Céline le dan miedo las bombas y los hombres.

Más miedo los hombres.

En el mundo de este siglo, muchos fascinados con los colapsos.

Coleccionistas de colapsos.

Y “excéntricos fascinados con el fin del mundo”.

Coleccionar fines del mundo como se coleccionan estampillas o discos.

En Madrid, un taxista transporta enfermos sin cobrar los viajes.

Fue recibido por médicos y enfermeros, muchos aplausos.

Le dieron un sobre con dinero y el resultado negativo a Covid-19.

Una vez más, el fin del mundo —dicen.

Fines del mundo sucesivos.

Este fin del mundo aún no había tenido lugar.

En Ecuador. Ciudad de Guayaquil.

El sistema funerario, los hospitales y cementerios entraron en colapso.

Se abandonan cuerpos en la vía pública.

Un brasileño que vive en Guayaquil dice que ve zopilotes sobre la ciudad.

Zopilote es una palabra que asusta más que buitre.

Los sinónimos no son sinónimos.

Cada palabra tiene una mancha distinta y distinta resonancia.

Un boeing 767 de Icelandair trazó en el aire la forma de un corazón antes de aterrizar en Reikiavik con material médico procedente de China.

Un corazón en el aire trazado a fuerza de gasolina.

Hacer una lista de corazones dibujados a través del uso de medios perversos.

En Italia, algunas tiendas abren y el virus se detectó en partículas de aire contaminado.

Un primer fin del mundo se anula como fin del mundo.

Sólo puede existir el último fin del mundo.

Una unidad, un solo.

No estamos en el fin del mundo.

Vitas, cantante ruso, es una unidad, un solo.

Medio extraterrestre, gestos raros.

Manos desconectadas por la muñeca del resto del cuerpo.

Y agudas vocales que no pertenecen al plano terrestre.

Un kitsch andrógino. Dejo aquí las referencias:

Vitas — The 7th Element

y Vitas — – Мечты / Dreams

(Minuto 2:10 a 2:17, etc.)

Un comentario: “¿esto es, entonces, lo que Rusia encontró en la Luna y no le dijo a Occidente?”

Me imagino a la NASA buscando otros planetas para traer de allí cantantes con voces agudas extrañas, en lugar de piedras o líquidos preciosos.

Imágenes en un periódico.

Médicos completamente equipados: batas, cubrebocas y gorro.

Saltan con los brazos al aire como si estuvieran festejando algo.

A veces es necesario experimentar el movimiento vertical, el salto.

Guimarães Rosa: “Así es la vida: calienta y enfría, aprieta y luego afloja, serena y luego desinquieta.

Lo que quiere de nosotros es valor”.

No siempre curvarse.

El animal humano también necesita saltar y ganar, por algunos instantes, alegría y tamaño.

Realizando pruebas del coronavirus en Lenasia South, al sur de Johannesburgo, Sudáfrica. Foto:Themba Hadebe/AP.

Traducción: Paula Abramo. 

*Estos textos se han publicado originalmente en el diario Expresso, de Portugal. Se reproducen con la autorización expresa de su autor. 

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