El bloqueo a Cuba, Trump y la falsificación de la verdad

Por 47 años me he opuesto al bloqueo/embargo de los EE.UU. sobre Cuba y por más de tres años a las políticas nefastas de Donald Trump. Un artículo recientemente publicado en Granma falsifica estas verdades y las convierte en justo lo opuesto.

Foto: Kaloian.

El recrudecimiento del bloqueo/embargo

El 15 de febrero de 1970 participé en un programa nacional de la televisión pública, trasmitido desde la Universidad de Miami, que promovía el levantamiento del bloqueo/embargo norteamericano contra Cuba; usé argumentos similares a los que empleó el presidente Barack Obama cuando anunció en 2015 el proceso de normalización de relaciones con Cuba. Desde 1970, en mis trabajos, me he opuesto a esa política.

En un ensayo recientemente escrito con el economista cubano Pavel Vidal, hacemos un inventario del recrudecimiento de las medidas económicas contra Cuba por parte de Trump: [1]

 

 

 

 

En ese texto concluimos sobre las sanciones punitivas trumpistas:

“Estas acciones atacan en todas direcciones y sin importar quiénes son los afectados. No solo le restan ingresos al gobierno y a las empresas estatales, sino que dañan seriamente al sector privado, amenazan a empresas de países aliados al gobierno estadounidense, a las propias empresas estadounidenses, y sobre todo, a las familias cubanas de todos los niveles de ingresos y de cualquier afiliación política.”

Trump: narcicismo caótico

En septiembre de 2015, menos de dos meses después que Donald Trump anunció su postulación para la presidencia de los Estados Unidos, en un discurso en que acusó a los inmigrantes mexicanos de ser criminales, violadores y traficantes de drogas,  además de prometer la deportación de 11 millones de ellos y construir el deplorable muro, redacté una declaración —con el historiador mexicano Enrique Krause— en que denunciaba el discurso trumpista de odio y apelación  a las más bajas pasiones, así como su xenofobia, machismo e intolerancia.

Advertía que dicho discurso recordaba campañas del pasado (el nazismo) dirigidas a otros grupos étnicos que provocaron la muerte de millones de personas. Agregaba que los ataques verbales de Trump no se basan en hechos comprobados sino en su muy personal e infundada opinión; él “exhibe una peligrosa actitud contra sus oponentes, a quienes tacha de estúpidos o débiles.” A los entrevistadores “los ha acusado de tener motivos turbios… ha expulsado de una rueda de prensa a un prominente periodista hispano que le planteó una pregunta incómoda… ha lanzado comentarios soeces sobre las mujeres… sus guardaespaldas y seguidores atacan a manifestantes pacíficos.” La referida declaración fue firmada por 68 prominentes hispanos, académicos, intelectuales, científicos y artistas (incluyendo dos premios Nobel) que viven en los EE.UU., México, España y América Latina; fue publicada en inglés y español en varios periódicos.[2] Justo entonces pronostiqué: “Trump apela a los sentimientos más mezquinos, si gana [la elección] sería una catástrofe para los EE.UU.”.[3]

Tres años después de dicha declaración, varias de mis predicciones se han cumplido, aunque mi visión se quedó corta frente a la devastadora actuación real de Trump al cual califiqué como “egocéntrico narcisista, sabelotodo que se proclama como mejor en cualquier tema, no se asesora y provoca caos”.[4] En una docena de entrevistas y artículos publicados en los EE.UU., España y México, así como en páginas web, he analizado y criticado sistemáticamente las políticas de Trump y he hecho varias predicciones que se han materializado.

 

 

 

 

La falsificación de la verdad

Lo anterior deja bien clara mi posición crítica hacia el bloqueo/embargo de EE.UU. y hacia Donald Trump. De manera asombrosa, el artículo recientemente publicado en Granma,[13] se refiere a un grupo de cubanoamericanos en Miami que apoya fuertemente a Trump y cómo este ha pagado cientos de miles de dólares a algunos de esos partidarios, a los que tilda de “empleados a sueldo de los EE.UU”.

Seguidamente el autor dice que “en medio de este nuevo escenario creado por el recrudecimiento del bloqueo, regresa la oportunidad de lo que la académica británica Emily Morris describió hace algún tiempo como un “un grupo mayoritariamente financiado y asentado en los Estados Unidos, y abrumadoramente dominado por  ‘Cubanólogos’…, que son profundamente hostiles al régimen de La Habana…”. Agrega que “ese comportamiento tan sectario” es llamado por Morris “la opinión de Miami” y que sus soluciones son “políticas centradas en la apertura a la economía a flujos mundiales de capital, la privatización de los activos estatales, la desregulación de precios y salarios, y recortes del gasto social”. Según Morris —dice el autor— “las principales figuras desde 1970 han incluido a Carmelo Mesa-Lago de la Universidad de Pittsburgh, el ‘Decano de Estudios de Cuba’ y autor de más de 30 libros…” Así pues, el Mesa-Lago crítico de Trump y del bloqueo/embargo, se transmuta por la alquimia del autor en un empleado a sueldo de Trump para reforzar sus acciones punitivas contra Cuba y promover políticas neoliberales en América Latina.

Este ataque no es el primero, pues en 2014 el mismo autor tradujo al español un artículo de Morris y lo publicó en su página web.[14] Refuté todos los argumentos de dicho artículo de manera académica y documentada, en un trabajo que fue publicado en la mejor revista de ciencias sociales de Cuba.[15]

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Ni Morris ni el autor de marras contestaron a mi trabajo. Es una vieja táctica siniestra: cuando se es incapaz de refutar los argumentos del contrario, entonces hay que desacreditarlo. Así, dicho autor vuelve a las andadas alcanzando su apoteosis con la publicación de su nuevo y falso ataque en el periódico oficial más importante de Cuba. Varios amigos me aconsejaron que no contestara este segundo artículo pues sería darle prominencia al autor. No seguí el consejo porque, ¿si he criticado las políticas desastrosas de Trump por qué voy a callar frente a la crítica injusta de un anodino que actúa como el implacable perseguidor de Les Miserables, el Inspector Javert?

No es posible aquí siquiera resumir mis argumentos respondiendo a Morris (véase mi artículo citado), pero si voy a contestar la absurda acusación de que soy un neoliberal, algo que hará reír a los que conocen mi obra de 60 años sobre América Latina.

Mis publicaciones sobre protección social en tres continentes se han caracterizado por la crítica a las políticas del Banco Mundial y del FMI. Fui el primero que en libros y revistas internacionales identificó las numerosas fallas de la reforma privatizadora de las pensiones que se inició por la dictadura de Pinochet en Chile y se extendió a otros 11 países en América Latina. Mis trabajos recientes analizan el regreso del rol del Estado en el mundo a través de re-reformas de pensiones antes privatizadas.

En mi obra sobre Cuba siempre he dejado claro que deben ser preservados los sistemas públicos universales de salud, educación y pensiones, con ajustes que los hagan más eficientes y sostenibles. De hecho, los sectores extremos de derecha en Miami me han acusado de izquierdista y hasta de comunista. Mi enfoque económico es neo-keynesiano y opuesto a la ideología neoliberal.

Trump es un mentiroso patológico, se han confirmado 13,435 mentiras en 993 días desde que asumió el cargo: un promedio de 14 diarias.[16] Más aún, él tacha de falsa cualquier crítica verdadera que se hace contra él. “En un ominoso paralelo Orweliano, Trump ha exhortado a sus partidarios a no creer en ‘esa basura de la gente que fabrica noticias falsas. Recuerden que lo que ven y leen no es lo que está sucediendo’…. pronto su abogado Rudy Giuliani le subió la parada: ‘La verdad no es la verdad’”.[17] Esta característica de Trump se ha clonado en otros políticos en el mundo como Jair Bolsonaro y Boris Johnson y, por supuesto, también en Cuba bien representado por el autor que me denigra.

Algunas pistas que le doy a dicho autor para futuros artículos de desinformación sobre mí:

1) Mesa-Lago, pariente de Carlos Mesa el candidato a las elecciones de Bolivia, participó en el golpe de Estado que sacó a Evo Morales;

2) Se descubre que Mesa-Lago hizo una contribución de un millón de dólares a la reelección de Trump en 2020;

3) Mesa-Lago envió un tuit a Jair Bolsonaro apoyando los fuegos en el Amazonas para extender las plantaciones capitalistas.

Mientras tanto, la “académica” Emily Morris, contraria a las políticas neoliberales, colaboradora de New Left Review y cómplice del autor de marras, dejó su puesto en Londres y aceptó una posición bien remunerada en el Banco Inter-Americano de Desarrollo, del cual parece que pronto se retiró.

Recordar: “¡La verdad no es la verdad!”

 

 

Notas:

[1] C. Mesa-Lago y P. Vidal, El impacto en la economía cubana de la crisis en Venezuela y las políticas de Trump, Madrid, Instituto Elcano de Estudios Internacionales, May 2019; nueva información de mi capítulo “The Cuban economy after 60 years of revolution”, Cuba in Transition, Vol. 29, en prensa.

[2] “Declaración de Intelectuales, Científicos y Académicos Hispanos contra la Xenofobia de Trump”, El País, 3 noviembre 2015. Antes de esta declaración había documentado el gran aporte de los inmigrantes mexicanos a la economía de los EEUU, “El peso de la ideología,” El País, 30 junio 2015.

[3] Entrevista en Bolsomanía, Madrid, 16 septiembre, 2015.

[4] “Después de Trump el diluvio”, Letras Libres, Ciudad México, 3 marzo 2017.

[5] “Cuba es impredecible”, La Vanguardia, Barcelona, 24 noviembre 2015.

[6] “El porvenir de Cuba con Trump”, Estudios de Política Exterior, Madrid, 20 de diciembre 2016.

[7]  Entrevista citada, 16 septiembre 2015.

[8] “Después de Trump el diluvio”, 3 marzo 2017.

[9]    Ibid.

[10]  “Desde Pittsburgh: Repudio a la retórica y el crimen de odio”, Panoramas, Pittsburgh, 5 noviembre 2018.

[11] “The defeat of Trumpcare”, Transition, Harvard University, No. 124, octubre 2017.

[12] “La no política exterior de Donald Trump”, Estudios de Política Exterior, diciembre 2018.

[13] Iroel Sánchez, “El rumbo de Cuba y ‘la opinión de Miami’”, Granma, 5 noviembre 2019

[14] E. Morris, “Unexpected Cuba”, New Left Review, No. 88 julio-agosto 2014; traducción “Cuba inesperada”, La Pupila Insomne, 24 noviembre 2014.

[15] “¿Cubanólogos o Cubanistas?”, Temas, La Habana, No. 81-82, enero-junio 2015, p. 158-164.

[16]  Washington Post, fact checker, 9 octubre 2019.

[17] Citas de Mesa-Lago en “De Rusia con amor: la capitulación de Trump y sus efectos”, Letras Libres, 2018.

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