Qué no hacer con el sector privado en Cuba

Foto: Desmond Boylan / Reuters.

Foto: Desmond Boylan / Reuters.

Hace un par de días Reuters publicó una noticia sobre una versión de las esperadas medidas para el trabajo por cuenta propia obtenida por ellos; sin embargo, seguimos sin saber mucho.

Hoy es más fácil encontrar en la calle a una persona que se atreva a responder cuándo se unificarán las monedas, que una que le ponga fecha a la aparición de las nuevas reglas de juego para el sector no estatal.

Para mí, las respuestas a esas dos preguntas deberían ir de la mano con otras: ¿Cuándo y cómo se eliminarán las múltiples tasas de cambio entre el CUC y el CUP? ¿Cuándo se comenzará a implementar la aparición de la pequeña y mediana empresas privadas en Cuba?

Será sumamente difícil unificar las monedas y eliminar el cambio 1:1 en el sector estatal sin que se utilice el crecimiento controlado del sector privado / cooperativo como una herramienta, entre muchas otras, para manejar los desajustes que se generarán en la economía nacional.

Con ese amasijo de interrogantes en la mente y con una impaciencia voraz, han transcurrido 200 días de silencio para un grupo de trabajadores por cuenta propia que deseamos participar en estos análisis. Silencio roto solo por el momento en que fuimos recibidos a finales de diciembre pasado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para dialogar sobre el proceso de perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia.

Mirando con espejuelos de optimismo la situación, ¿nos beneficia en algo esta demora? Sí. Es un regalo de tiempo para quienes creemos que hay que seguir poniendo el tema en el debate nacional y continuar discutiendo y participando. Cuando las reglas queden esculpidas en piedra, será demasiado tarde.

Con ese espíritu, redacto estas líneas en las que humildemente quiero sugerir al gobierno, no lo que debe hacer, sino lo que no debe hacer.

No cerrar negocios privados

Las medidas no deberían bajo ningún concepto provocar el cierre de negocios privados, la pérdida de empleos y la reducción en la recaudación de los impuestos.

Este error ya asoma la cabeza en el horizonte y será un excelente mecanismo para fabricar descontentos y nuevas ilegalidades.

El titular de dos negocios, ahora forzado a cerrar uno porque solo es posible tener una licencia, tendrá que aceptar con tranquilidad que perdió tiempo, recursos y una fuente de ingresos. El cliente se irá a otro lugar lamentándose y el trabajador contratado le dirá a su familia que se acabó el trabajo y que hay que empezar de nuevo. El Estado contemplará indiferente cómo todos, el dueño y su antiguo empleado, le dejan de pagar impuestos. Pero esto es solo teoría. En la práctica, este problema se resolverá con un “presta nombre” o “testaferro” y todos estarán felices, menos el Estado que quedará burlado, en el justo momento en que son más necesarias instituciones sólidas y eficientes que nos conduzcan por la senda de la prosperidad.

No “botar el sofá”

Esta no puede ser una opción. Por un puñado –o incluso miles de puñados– de personas que violan las leyes, no se puede dañar a otros tantos que han trabajado con dedicación y confianza en las reglas que pusieron los mismos que ahora las van a cambiar de repente. No justifiquen las nuevas políticas con los que lavan dinero o violan el fisco. Justifíquenlas con el bienestar nacional y el desarrollo del país.

No establecer procedimientos lentos o alejados de la realidad

No pongan en vigor procedimientos que se dilaten innecesariamente en el tiempo y con requerimientos alejados de la realidad.

Se ha comentado que los cambios en las reglas serán principalmente en los procedimientos para solicitar las licencias. Es de esperar que sean más largos y que haya que presentar mayor cantidad de documentos y cumplir ciertos requisitos. Los trámites eternos y complicados lo que más rápido generan no es orden sino corrupción, al empoderar a funcionarios sin escrúpulos que lucran con el absurdo.

No perder la ocasión

No pierdan la oportunidad de eliminar las causas de las ilegalidades, que en no pocos casos están generadas por las reglas del juego y el propio sistema.

A quienes delinquen, castíguenlos. Si se van aumentar los montos de las multas y la tipología de las infracciones, con ese mismo rigor establezcan con claridad nuestros derechos y mecanismos de protección. Esto último no puede dejar de incluir a los trabajadores contratados. El actual Código de Trabajo no ha sido suficiente para garantizarles una jornada laboral de ocho horas, el derecho a un mes de vacaciones y la licencia de maternidad pagadas.

No desviar la atención

No le den importancia a lo que realmente no la tiene, dejando escapar lo que sí resulta vital.

Se ha divulgado mucho la futura fusión de licencias afines. Esta medida carece de relevancia. Lo verdaderamente impactante para la economía nacional sería ponerle fin a la política de actividades autorizadas. Sustitúyanla por una relación de las que quedan prohibidas por cuestiones de interés nacional y se van a ahorrar perfeccionamientos ad infinitum.

Detrás de todo esto hay una verdad indiscutible. La creatividad de los cubanos jamás podrá ser encerrada entre las paredes de una resolución ministerial. No tendremos petróleo pero tenemos el combustible inagotable de la creatividad para echar adelante este país. Saquémosle provecho.

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