King Bar: donde el rey es el cliente

Acaba de nacer un sitio que busca convertirse en el monarca de los bares y restaurantes nocturnos capitalinos. Lleva el linaje real desde el nombre y lo corroboran su servicio, oferta gastronómica y cultural que hacen sentir a quienes por allí se aventuren en auténticas majestades. Se trata del King Bar, un lugar diseñado para el disfrute de muchos, pues se ofrecen opciones para todos los públicos, gustos y por supuesto, apetitos. De seguro ha oído usted hablar de él, pues pasar desapercibido nunca estuvo entre sus objetivos, sino todo lo contrario. Debo decirlo: el local seduce. Poco a poco va ganando adeptos entre quienes anhelaban algo nuevo y diferente en la capital.

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Del inglés le llega el nombre, aunque incitar, insinuar y provocar en el juego de palabras también pone lo suyo en la interpretación de su denominación. El logo, en perfecta armonía con el doble sentido del título, incita, provoca e invita a las múltiples lecturas e interpretaciones. La decoración conspira en la magia del King. Mucho rojo, el color de la pasión y la energía positiva para que la psicología del color y la semiótica desempeñen su rol. “El King, está concebido para impactar, atrapar, sorprender y sobre todo divertir,” afirma su propietario Yunior Romero, en diálogo con OnCuba. “El sitio propone un concepto diferente. Ideal para reuniones entre amigos en un ambiente de relax propicio para el esparcimiento y la comunicación”, añadió Junior quien encabeza este negocio familiar que estuvieron dos años materializando.

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La cocina es, si tuviéramos que etiquetarla, criolla estilizada, fusionada con la internacional. Predominan los platos a la brasa, al carbón y se incluye un menú para vegetarianos. “La idea conceptual de la cocina del restaurante es que el cliente, sobre la misma base de los confecciones, fabrique sus mismos platillos. Por ejemplo, oficialmente en el menú no tenemos pastas, pero si un cliente lo pide, lo complacemos y la ofrecemos combinada a algunas de las ofertas de la carta. El rey es el cliente y puede solicitar lo que desee de la cocina siempre que lo tengamos. Esto está bien reflejado en la carta para que todos se enteren y puedan complacer sus caprichos”, explica Yunior.

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Es cierto que en el establecimiento se respira arte más allá de los múltiples artistas que acuden en cualquier horario. En la entrada nos recibe una interesante escultura monumental que nos da la bienvenida. Es del artista Oscar Álvarez, al decir de Junior, “el escultor de la casa”, que cooperó con la concepción estética del lugar en varios de sus rincones. “Queremos que sea una ventana a los artistas plásticos que quieran exponer su obras y que funcione como un espacio galerístico. Ya han exhibido sus obras  varios creadores. Tenemos planes de hacer un café concert con algo de teatro y desfiles de moda, entre otras actividades culturales. Contamos habitualmente con un jueves  flamenco con  Reynier  Mariño, el joven cantante Alejandro Boue está los domingos. No tenemos una programación estricta pero queremos que estén presentes todos los géneros musicales en nuestras noches”.

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Otro de los aciertos del King es su servicio: “Cuando nos enteramos que alguien cumple años les obsequiamos una tarta y todos los trabajadores le cantamos felicidades y bailamos una conga irradiando felicidad y buena energía. En algún momento de la noche también lo repetimos, bailamos en grupo y se integran todos los clientes y bailan junto a los trabajadores y se crea una rica interacción e intercambio entre ambos”, añade el propietario. Con una atención personalizada y exquisita le espera el King Bar. La dirección es calle 23 entre D y E, número 667  interior. Esta relativa interioridad es una de las ventajas del sitio, le otorga  el toque de privacidad e incluso de inusitada sorpresa que a veces es necesaria. Nos recibe de lunes a domingo de 1:00 PM a 2:00 AM.

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Bohemio, natural, urbano, hipnótico, cosmopolita y muy contemporáneo, así es el King, donde la comida es una celebración, los sabores están de fiesta y llegan de la parilla diversas carnes para coronarse con las frescas, aromáticas y coloridas salsas. Pero es que el King es más que un bar, es un disfrute estético, mosaico de creatividad, amalgama de sabores, texturas y aromas. Ha devenido fenómeno social, todos hablan de él, se ha vuelto famoso en muy poco tiempo y no por gusto, pues nunca está vacío, a ninguna hora del día y de la noche y bien entrada la madrugada también.

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En una de sus vistas usted puede encontrarse a Carlos Varela, Jorge Perugorría, Carlos Díaz o Verónica Lynn, pues la bohemia y la intelectualidad cubana de ahora mismo lo han proclamado como su nuevo cuartel general. El King invita a todos, está abierto para todo tipo de públicos, cuenta Yunior, que junto a su equipo ha diseñado el sitio para todos los gustos. Lo lúdico y el placer se dan cita en este lugar en que lo mismo puedes encontrarte a unos niños jugando a vaciar la fuente de la entrada, que a una pareja de cualquier edad enamorándose mientras oyen las melodías de muchos reconocidos intérpretes cubanos. DSC_3168

El tiempo parece no transcurrir en el King y sin darse cuenta, acostumbrándose a sentirse rey, al cliente se le irán las horas como minutos. No le quedará otra alternativa que regresar, una y otra vez, gustosamente…

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