Km Zero, el diamante de la cocina cubana

Foto: Cecilia Crespo

El diamante del Capitolio habanero es el punto cero de la red de carreteras cubanas. Justo frente a este emblemático punto, donde la calle Monserrate se funde con Teniente Rey, se erige un especial sitio que desde su creación ha oxigenado la olvidada esquina, convirtiéndose en un destino casi obligatorio de quienes se aventuren a visitar la capital de los cubanos.

Se trata del Bar-Restaurante Km Zero, que se ha hecho famoso en muy poco tiempo. La aventura citadina comienza aquí, para luego desandar la parte antigua de la ciudad y también, desde otra dirección, mirar a la más nueva geografía habanera.

Se toman la licencia literaria de cambiar la c por la z para estar en sintonía con las más contemporáneas tendencias de denominación y diseño y también para impregnarle un sabor único, desde el nombre, al concurrido lugar.

Foto: Cecilia Crespo
Foto: Cecilia Crespo

En otros tiempos este espacio lo ocupaba el conocido Café Yara, en el que muchas celebridades solían reunirse. Mucho de ese espíritu aún conserva Km Zero, que ha recibido entre sus visitantes a artistas cubanos e internacionales de renombre.

En este céntrico enclave convergen diversos sabores para llegar a una cocina criolla estilizada de excelencia, fusionada a la internacional. La comida es simplemente deliciosa. Con óptima relación calidad- precio, en este restaurante se ofrecen platos de seductoras elaboraciones como la langosta Km Zero y la grillada del mar.

Foto: Cecilia Crespo
Foto: Cecilia Crespo

Sus platillos ostentan gran calidad, desde la visualidad que proponen por sus ingeniosas decoraciones, hasta el sabor único. Lo agridulce y lo exótico los caracterizan, pues son diversas las salsas que aderezan todas las confecciones. Las variadas tapas, las costillas en salsa barbacoa, la ropa vieja, las brusquetas y las croquetas de jamón serrano son algunas de las delicias que se ofertan.

El negro, el blanco y el rojo son los colores que predominan en la decoración del sitio, que pone a dialogar lo rústico de ladrillos y piedras fragmentadas con lo sofisticado de las estilizadas fotografías que visten las paredes. Estratégicas también son las amplias ventanas y puertas de cristal del sitio, que permiten apreciar el emblemático Capitolio y la magia de la vida cotidiana del lugar.

Foto: Cecilia Crespo
Foto: Cecilia Crespo

Otro de los valores añadidos del lugar es la contagiosa música en vivo que acompaña la degustación culinaria. Rescatando ritmos del acervo sonoro de la Isla alternan melodías dos grupos musicales: Maguey y Zona Libre. Ambos interpretan música tradicional cubana como complemento a la experiencia gastronómica.

Ideal para compartir, enamorar y hasta para una reunión de negocios es este bar restaurante que cuenta además con un reservado, una suerte de  mezzanini que funciona también como salón VIP para quienes buscan un poco más de sosiego.

Foto: Cecilia Crespo
Foto: Cecilia Crespo

En coctelería también cuentan con una carta que incluye variedad de tragos, y del mismo modo se adentra en algunas propuestas muy particulares de la casa. Los cafés van desde los clásicos, expreso o americano, hasta alternativas muy locales como el carajillo y el bombón. El Daiquirí Km Zero es algo que no debería perderse quien por acá se asome al igual que el Mojito Capitolio ideal para maridar cono los exquisitos habanos, tan amigos de nuestros rones.

No dude en detenerse en la esquina de Monserrate y Teniente Rey, entrar y probar todo lo que le cuento, le aseguro no se arrepentirá y entonces podrá comenzar la aventura.

Foto: Cecilia Crespo
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