¿Consulado? En Miami no, ¡dale Tampa!

La congresista demócrata por La Florida Kathy Castor tiene un argumento que habría cambiado el ánimo del comité de la comisión urbana de Miami Beach durante su reciente debate sobre la pertinencia de permitir o no una sede diplomática de la República de Cuba en la zona urbana bajo su administración.

“Hablé con el viceministro de Exteriores acerca de un consulado en Tampa” dijo a OnCuba en febrero pasado durante una visita a La Habana que coincidió con la firma de un acuerdo bilateral de aviación civil. “Teníamos uno y lo quisiéramos reabrir frente al Parque José Martí”.

Castor al menos tuvo la sensatez de pisar el Ministerio cubano de Relaciones Exteriores y preguntarle a alguien allí qué les parecería la posible apertura de una oficina en los predios de su distrito. Y eso a pesar de la aparente distancia y poco entusiasmo del alcalde local, el demócrata Bob Buckhorn, quien aceptaría lo que “los poderes a nivel federal decidan.”

“No depende del alcalde” respondió sin dudar Castor a una pregunta al respecto. “La comunidad en su mayoría lo apoya mucho, el consejo de la ciudad y nuestros empresarios están a favor. Sería muy simbólico al reconocer el rol de Tampa en la independencia de Cuba y (la labor) de José Martí.”

La congresista pretende algo que parecería un absurdo demográfico: convertir su ciudad en la puerta de Estados Unidos hacia Cuba, un privilegio que la geografía y los censos confieren a Miami, pero que muchos de sus políticos locales prefieren obviar o abortar en detrimento de sus conciudadanos cubanoamericanos.

Castor aprovecha ese vacío y lo convierte en uno de las cinco prioridades u objetivos mencionados de la biografía publicada en su sitio web oficial.

Contrario a la corriente predominante, el alcalde de Miami Beach, Philip Levine, dijo estar abierto a la posibilidad de una sede con diplomáticos del gobierno de La Habana, poco antes de tomar un avión hacia la Isla. Su pronunciamiento llevó al Comité de Asuntos Hispanos de la Comisión de Miami Beach a debatir y rechazar el tema, siguiendo el ejemplo de sus vecinos de Miami Dade.

“Ellos saben que no son bienvenidos en la ciudad” comentó el alcalde acerca de un encuentro con las autoridades cubanas a finales de marzo. “Es claro que todavía es muy prematuro.”

La autoridad con que Kathy Castor o el alcalde Levine pueden hablar de un futuro consulado parte de sus conversaciones con altos funcionarios de la política exterior en La Habana. Por ese tipo de detalles es que el ex secretario de Comercio cubanoamericano Carlos Gutiérrez recomienda viajar a la Isla a cualquier persona que quiera tener voz y voto a favor o en contra de la normalización con Cuba.

Ninguno de los tres congresistas que representan los distritos de Miami ha cruzado el Estrecho de La Florida durante sus carreras políticas. Su ausencia es más que significativa si se considera el flujo de delegaciones políticas y empresariales que aterrizaron en 2015 en La Habana (y en el Mariel) a declarar sus intenciones de plantar bandera y escuchar ponencias en el Ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera.

Un ex representante, Joe García, asistió a la apertura de la embajada estadounidense en La Habana en agosto de 2015. Este año competirá contra David Curbelo por el asiento parlamentario del 26to distrito estadual.

Castor comentó a OnCuba cómo algunos de sus colegas de La Florida en el Congreso estaban reconsiderado sus posiciones, aunque los de Miami siguen pensando que las viejas formas son mejores. Pronosticó que la normalización con Cuba será un asunto importante en las próximas elecciones generales de noviembre de 2016.

Desde Washington, el Departamento de Estado ya le precisó al Miami Herald que el gobierno cubano no ha solicitado abrir ninguna otra oficina diplomática en suelo norteamericano. Los candidatos republicanos a la presidencia en el ciclo electoral 2016 han tomado el tema del cierre de la embajada en cada lado como una promesa de revertir toda la política exterior de la Administración Obama.

La Comisión de Miami Beach discutió su negativa a la sede diplomática casi un mes después de la aprobación por unanimidad de una resolución de la Cámara de Comercio de Tampa en favor de devolverle a su urbe “su lugar histórico como motor económico” en un futuro intercambio comercial tras el desbloqueo, con consulado y cónsul cubano de por medio.

Salir de la versión móvil