Francisco regresa a Cuba

Era marzo de 2014 y Jorge Bergoglio no perdió la oportunidad. En cuanto tuvo al Presidente de los Estados Unidos a su alcance, le habló de Cuba, de Alan Gross y de los tres prisioneros que La Habana reclamaba. De la conversación se sabe poco, pero centró el primer diálogo cara a cara entre Barack Obama y el sumo pontífice católico, recordaron luego un par de funcionarios de la Casa Blanca, cuando agradecieron las intermediaciones del Vaticano en sus muy discretas negociaciones con Cuba.

Ahora Bergoglio no pierde otra vez oportunidad: la de regresar a Cuba a mediados del próximo mes de septiembre, ahora como el Papa Francisco. La noticia de su visita por esa fecha a Estados Unidos le dio al gobierno y a los obispos de la isla el chance para invitarlo a volver a un país que ha ocupado su mente más de una vez.

Regresa, porque ya puso pie en suelo cubano en 1998, acompañando a Karol Józef Wojtyła, Juan Pablo II. Entonces era uno de los obispos auxiliares de Buenos Aires. Las impresiones de ese primer viaje las convirtió en un libro de ciento cuarenta y tantas páginas, titulado Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro. Sus ejemplares salieron del olvido total tras el 17 de diciembre de 2014, cuando la prensa argentina rebuscó las primeras opiniones del pontífice sobre la isla caribeña, su socialismo y su diferendo con Estados Unidos.

Dedicó unas líneas al “Período especial económico” y a la política de bloqueo contra un país que, por aquella época, empezaba a levantar cabeza tras la peor crisis de su historia. “El pueblo cubano debe superar este aislamiento” escribió al regresar a Argentina.

Pasaron 16 años. En el verano de 2014, las negociaciones secretas entre La Habana y Washington llevaban varios meses en marcha cuando Jorge Bergoglio tomó un paso por su cuenta. “Ya habíamos iniciados las discusiones con Cuba, pero entonces el Papa Francisco decidió hacer una solicitud personal, algo muy raro. No había recibido comunicaciones así de parte del Papa” dijo un funcionario de la administración Obama.

Francisco dirigió cartas a la Casa Blanca y al Palacio de la Revolución, pidiendo resolver el caso de Alan Gross y de los tres cubanos presos en Estados Unidos, alentando un acercamiento. El intercambio de prisioneros y hasta la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas se confirmó en un encuentro secreto realizado dentro de los muros del Vaticano, entre los diplomáticos enviados por Obama y Raúl Castro. Ambos presidentes, en más de una ocasión, agradecieron la mediación papal.

“La presencia de su Santidad en Cuba será memorable” dijo a la prensa el ministro cubano de relaciones de Cuba, Bruno Rodríguez, desde Bruselas, Bélgica, en medio de su gira por Europa. “Recibirá la más cálida hospitalidad del pueblo cubano”.

obamaypapaLas palabras del canciller cubano no son un lugar común ni una cortesía gratuita. El 17 de diciembre de 2014, día de San Lázaro, la mención del nombre Francisco como uno de los responsables de la hasta entonces imposible reconciliación, debió cimentar cualquier comparación con un milagro.

“No sé qué tiene esta Isla, pero que, a pesar de sus condiciones sociopolíticas tan singulares, Dios nos conceda el privilegio de recibir a tres pontífices de la Iglesia católica en apenas dieciséis años es algo extraordinario que nos debe poner a pensar” comentó Orlando Márquez, director de la revista Palabra Nueva y portavoz de la Arquidiócesis de La Habana.

Además de Juan Pablo II, en 1998, Benedicto XVI visitó la isla en 2012.

“El país vive un momento muy especial desde que los presidentes de Cuba y Estados Unidos anunciaron el proceso para restablecer relaciones, y ambos agradecieron al papa Francisco por su empeño en animar este proceso” agregó Márquez. “Esto es bien conocido en Cuba y los cubanos estamos muy agradecidos. Creo que su visita, que será de carácter pastoral, servirá para confirmar su apoyo a este proceso.”

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