Lo llevan rizo, con orgullo    

La Keratina es la última moda. Los Van Van, con su inacabable olfato para musicalizar la vida diaria de los cubanos, ya le hicieron su canción. “¡Cómo cuesta, la keratina cómo cuesta!”. El tratamiento químico para reconstituir y alisar el pelo causa furor entre las mujeres cubanas, sobre todo entre aquellas insatisfechas con los rizos de su cabellera o que consideran haber nacido “con el pelo malo”.

Pero detrás del contagioso ritmo del Tren de la Música Cubana y de “moda” del pelo lacio, se ocultan también prejuicios, subvaloraciones y hasta expresiones de racismo que una artista cubana quiere desmontar.

Performance para el pelo

Paulina es una niña de cinco años con una apariencia peculiar para su edad. Confiesa, entre risueña y desconfiada por la pregunta, que la mamá le elogia su pelo y que a la escuela no le permiten ir con él suelto, pero sí con sandalias o chancletas. Por eso, va con trenzas, que tampoco le incomodan.

A Paulina la acaban de llevar por primera vez a ver un desfile donde todas las mujeres se parecen un poco a ella. El proyecto “Lo llevamos rizo” suena a convocatoria de identidad racial. Quienes lo integran no son modelos profesionales, porque el protagonismo pertenece a sus cabellos.

Cabello rizo - Peinados Afros - Paulina
Paulina. Foto: Henry A. Pérez

Diez féminas de diferentes edades y ocupaciones modelaron en el Pabellón Cuba, de La Habana, con telas adornadas por bordados y motivos africanos. Pero lo que encanta de su presentación va con orgullo en sus cabezas.

Esta iniciativa inscrita en el programa de la 12 Bienal de La Habana coloca la atención sobre los estereotipos que han arrastrado por siglos las mujeres afrodescendientes, víctimas también de un racismo subyacente cuando les dicen que  llevan “pasas”, y no simplemente pelos.

Cabello rizo - Peinados Afros 2
Mercedes. Foto: Henry A. Pérez

La artista Susana Pilar Delahante Matienzo provoca otra vez, reta a los estereotipos y reivindica la belleza de lo usualmente excluido de la norma.

A sus 41 años, Mercedes Prendes no siente miedo escénico para subir a la pasarela. Con gusto muestra el peinado que ideó desde que le mostraron el vestuario,  diseñado por Mercy Nodarse, que usaría en el taller-pasarela-concurso.

Con agilidad hizo unas cuantas divisiones, lo trenzó hacia arriba y colocó cuentas de colores. Mercedes ha sido su propia peinadora desde los trece años y desde entonces también ha compartido la habilidad de dar forma a sus rizos, con amistades y familiares.

Por eso esta vez tuvo a su cargo la imagen de varias participantes en la iniciativa de Susana Delahante, que culmina este sábado 13 con un concurso abierto a todas las mujeres que quieran asistir. Hasta el viernes 80 mujeres se habían inscrito aunque los organizadores esperan muchas más en la cita del sábado, a las 4 pm.

“Creo que hay que sentirse libres con el pelo natural, eso nos hace bellas, elegantes y florecidas”, comenta Mercedes.

Mucho más que un concurso

Soltarse el pelo “afro” y disfrutar de su belleza es el acto de reafirmación de identidad más sencillo que los organizadores han querido impulsar. Pero la idea ha generado polémica. En un intercambio de correos publicado por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, el artista independiente Francisco Masó alerta a los organizadores sobre el peligro de no confundir entre tipos de pelos y tendencias de su uso, pues los blancos también pueden llevar cabellos “afro” y con un acto de afirmación de la negritud, se podría caer en los propios prejuicios que se pretenden desmontar.

En respuesta, Aldeide Delgado Puebla, estudiante de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y una de las organizadoras del encuentro, asegura: “La estética afro no es propia de los negros, pero el afro como proceso de naturalización de nuestro cabello, sí lo es (…) Es válido aclarar que estamos hablando de un fenómeno cultural, de pelo afro como símbolo de identidad cultural ante los procesos de blanqueamiento y las imágenes colonizadoras que recibimos. No pretendemos un estudio antropológico del pelo, no vamos a estar clasificando a las personas por pelo. Claramente no todos los negros tienen el pelo afro, como no todos los blancos tienen el pelo lacio, pero si es común el passing –pasar por blancos– a partir de diferentes mecanismos como las cremas, los implantes, los alisamientos”, señala.

“Resulta cada vez más frecuente escuchar que nos sectarizamos al posicionar el prefijo afro: afrocubana, afroamericana, afrodescendiente. ¿Acaso los blancos se reconocen como eurodescendientes, eurocubanos o euroamericanos? Claro que no.  Ellos no han tenido que demostrar históricamente que valen, su cultura no es la que ha sido pisoteada, subvalorada y discriminada”, argumenta Delgado Puebla.

Para rezar aporta nuevas razones: “Los blancos pueden optar por llevar el estilo afro, las negras desde pequeñas no tenemos esa posibilidad. Nuestros padres nos alisan y nos engendran el miedo a vernos con nuestro cabello natural. No queremos ser las «pelo duro», «cocotimba», «pelo de alambre» o «maría moñitos». Todos somos afrodescendientes, pero no todos tienen que hacerse el desriz, no todos tienen que ponerse implantes, no todos tienen que pasarse el peine caliente. Busca el video La moda de Los Van Van y verás cómo en 3 minutos dan motivos para hacer este evento.”

Detrás de un peinado hay mucho más que debatir.

Cabello rizo - Peinados Afros 7

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