¿Quién crea el Hombre Habano?

El más importante galardón que cada año se otorga en el mundo del tabaco es sin duda, el Hombre Habano.

El Festival Internacional Habanos culminó su edición XVIII con la entrega de este codiciado premio que como cada año llega a manos de los más significativos exponentes de este mundo.

Son tres las categorías. Este año en Producción lo mereció Manuel Tuero, en Negocios: Dominique Gyselinck, mientras que en Comunicación el premiado fue Valerio Cornale.

Creados hace dos décadas por el reconocido escultor y orfebre Raúl Valladares quien se inspiró en la personalidad de los premiados, este reconocimiento es considerado el “Oscar” de este ámbito. Estas esculturas, de más de treinta centímetros de alturas, hechas en plata, son confeccionadas a mano sin molde alguno, son únicas y conformadas con técnicas milenarias de orfebrería.

Aunque mantienen su esencia son diversas entre sí y lo atesoran diversas personalidades, el primer cubano fue Abel Expósito, de la Casa del Habano de Partagás.

Valladares tiene alma de tabaquero, lo lleva en la sangre como su padre y su abuelo. Sin embargo, este artista se las ingenió para, sin serlo, de cierto modo, seguir la tradición. Ya sea mediante estas estatuillas o desde los exclusivos humidores que manufactura, este creador está vinculado al mundo también glamuroso del tabaco.

El estilo de Valladares aparece en cada una de las piezas que crea, desde un pequeño anillo hasta una escultura de grandes dimensiones. Este artista solo hace humidores para ocasiones muy especiales. Es el creador de los humidificadores Cohíba, emblemática marca que mucho se aviene con sus formas arriesgadas. Los templos para los puros que ha realizado escapan de lo común, son exóticos, elegantes, imaginativos y transgresores. De gran escala y atrevidos diseños, los sensuales tacones femeninos se han convertido en motivo de inspiración para los humidificadores de Valladares. Para él simbolizan la sofisticación y elegancia del cautivador universo del tabaco. Su arsenal de volúmenes zoomorfos y humanos, cartilaginosas curvas, futuristas composiciones, fantasiosas e inusitadas maravillas de metal, se funden entonces al cedro como muestra de la mejor guarida y arte para el habano.

“Cuando en 1995 Habanos, S.A. hizo la convocatoria para la creación del premio, todos los concursantes, como es costumbre, presentaron los bocetos de sus propuestas. Yo me arriesgué y llevé la escultura hecha. Valió la pena. Corrían años difíciles y el primer Hombre Habano viajó conmigo en bicicleta por toda la ciudad en una mochila. Este premio me ha dado muchas satisfacciones y los hombres del mundo de los Habanos fueron mi principal referencia. La estatua los representa. Es un caballero estilizado y su figura recuerda la de un Habano. El hombre está fumando, pero no de manera explícita, prefiero las sugerencias. Ponerle un puro en las manos hubiese sido demasiado figurativo y evidente, quería que fuese un poco abstracto y sugerente al igual que mi obra. Cada año lo veo más lindo. Antes la estatua tenía algunas partes más naif, pero con el tiempo la he ido perfeccionando. Aunque su esencia es la misma, el Hombre Habano ha madurado junto conmigo. Soy mejor escultor que antes”, expresó a OnCuba el artista.

estatua hombre habano

La estatuilla, toda de plata, también ha crecido en tamaño. Su altura sobrepasa los iniciales 35 centímetros y se yergue, además, en un pedestal más sofisticado. “La base antes era de granito, ahora es de mármol y madera, materiales que le aportan mayor belleza y elegancia”, explica el artista de formación autodidacta.

Valladares ya está planeando el Hombre Habano del próximo año, diferente, sofisticado y elegante para homenajear a las tres principales figuras de la venidera edición.

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La gala y cena de cierre de esta edición 2016 del Festival del Habano tuvo entre sus invitados al cantautor uruguayo Jorge Drexler y al pianísimo Chucho Valdés.

 

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