Viajes a Cuba: la restauración de un derecho

Beyoncé y Jay-Z visitaron Cuba en abril de 2013. Durante tres días en La Habana se regalaron un viaje para celebrar su aniversario. Foto: Stringer/AFP/Getty Image

Beyoncé y Jay-Z visitaron Cuba en abril de 2013. Durante tres días en La Habana se regalaron un viaje para celebrar su aniversario. Foto: Stringer/AFP/Getty Image

Se le atribuye a Otto von Bismarck la frase de “Con las leyes sucede lo mismo que con los embutidos: cuanto menos se sabe sobre su proceso de producción, tanto más tranquilo se duerme” . Algo así pasa con Cuba, los procesos que se esconden tras las Leyes, Actas y enmiendas que indistintamente aprueban o rechazan el Congreso y el Senado de los Estados Unidos obedecen a un lógica cuyos impulsos podrían quitarle el sueño a cualquiera.

La noticia es que una comisión del Senado de los Estados Unidos ha presentado un grupo de enmiendas que podrían acabar con la prohibición de viajar a Cuba que pesa sobre los ciudadanos estadounidenses, y podría parecer eso, y solo eso, pero hay mucho más.

Entre las enmiendas que deberá aprobar o rechazar el Senado también se encuentran, además, permitir el financiamiento privado a las ventas agrícolas a Cuba y levantar las restricciones al uso de los puertos cubanos.

Estas propuestas, en este momento, no pueden verse como un hecho aislado.

La prohibición de viajar a Cuba se basa legalmente en el Acta de Comercio con el Enemigo, (Trading with the enemy Act. TWEA), de 1917. Esta Ley otorga al Presidente el poder de regular, limitar o restringir el Comercio y las relaciones de los Estados Unidos con aquellos países considerados como enemigos el tiempo de guerra.

El Acta de Comercio con el Enemigo es una de las seis leyes que dan soporte al embargo, pero es la única que conceptúa a Cuba como un país enemigo. En el 2008, Corea del Norte fue removida de dicha Ley, y a fecha de hoy, Cuba es el único país que aun permanece en ella.

Presentar estas enmiendas es un paso previo e importante en las presiones que senadores, congresistas, y cabilderos del sector empresarial están ejerciendo sobre el legislativo a fin de remover todas las restricciones que pesan sobre Cuba. Los senadores han utilizado un recurso, el de las enmiendas, que facilitaría la aprobación de las mismas. En el caso de que el Senado votara en contra negaría el paquete completo del proyecto financiero, dentro del cual, lo referente a Cuba es menor.

No es una acción puntual, se corresponde con un plan más amplio de aprovechar los recursos legales del sistema. El próximo septiembre el presidente Barack Obama deberá firmar la prórroga de la inclusión de Cuba en la TWEA. Presumiblemente no lo hará, dejando abierta la posibilidad de que el sustento legal que prohíbe a sus conciudadanos viajar a Cuba desaparezca.

La prohibición de viajes a Cuba solo puede resistirse a su inconstitucionalidad si se ampara en el peligro que supondría para los norteamericanos viajar a al Isla. En mayo, Cuba fue removida de la Lista de países patrocinadores del terrorismo, paso previo y necesario para el restablecimiento de relaciones diplomáticas. Si el Presidente no renueva la inclusión de Cuba en el TWEA, la prohibición de viajes podría ser declarada inconstitucional.

Del mismo modo, si el Presidente no renueva la inclusión de Cuba en el TWEA, se abre una puerta a que se presenten reclamaciones en las Cortes norteamericanas contra las sanciones contra Cuba, no solo la limitación de viajar, también el embargo y todo su articulado restrictivo.

El presidente Obama, en su capacidad ejecutiva, puede prohibir a sus ciudadanos viajar a algún país bajo un único precepto: la seguridad, ya sea física de los ciudadanos o nacional. Obama ha dicho que “Cuba no representa una amenaza para los Estados Unidos”, así que esto, declaración ejecutiva, unida a que en septiembre la Isla puede estar fuera de toda Ley que la categorice como enemigo ofrece un mapa en el cual el análisis conduce a que se están preparando las condiciones para desestructurar todos los mecanismos restrictivos hacia Cuba.

Los constitucionalistas norteamericanos defienden el derecho a viajar de todos sus ciudadanos amparados en la tercera enmienda de la Constitución que advierte que los Congresistas no aprobarán ninguna Ley que limite el ejercicio de los derechos básicos de libertad.

Bajo el principio de la igualdad, esta prohibición es discriminatoria, pues limita el ejercicio de un derecho y lo autoriza bajo ciertos preceptos; las licencias específicas aprobadas por el Departamento del Tesoro.

La jugada es mucho más compleja e involucra sectores de mucho poder en Washington. La mayoría de las medidas aprobadas por Obama y este grupo de enmiendas no son acciones políticas per se. En realidad responden a las presiones del lobby pro normalización, que es fundamentalmente económico y representa a los poderosos intereses empresariales que ven en Cuba una posibilidad no solo local, sino también llave para la expansión hacia Latinoamérica.

Al levantar la prohibición de viajes a Cuba, no solo se está reinstaurando un derecho fundamental, se está reparando un error y se elimina la discriminación que existe sobre aquellos ciudadanos que no pueden adscribirse a ninguna licencia, que no son nacidos en Cuba, o que se amparan en la Primera Enmienda de la Constitución.

Es complejo, y no son acciones aisladas. Tengamos en cuenta que hablamos de medidas que desde la política favorecerían en primer lugar las relaciones comerciales. Liberar los viajes potenciaría el turismo; poder usar los puertos ampliaría la capacidad logística norteamericana, financiar la exportación agrícola a Cuba contentaría al lobby del trigo, uno de los más fuertes y decisivos en Washington.

La presentación de estas enmiendas, los pasos que hasta ahora se han dado son parte de una orfebrería política que está desmontando pieza a pieza las estructuras que limitan el alcance del sector empresarial norteamericano, interesado en no perder su trozo de pastel.

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