Once dichos de mis abuelos

Foto: AFP.

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1- Cuando le preguntaban a mi abuelo Orlando cómo estaba la cosa, él le decía a cualquiera: “Bien con J, bien jodía”.

2- Cuando yo llamaba a mi abuela Nanai por teléfono, y me despedía para colgarle, ella decía: “pérate, no cierres la puerta que tu abuelo quiere hablar contigo”.

3- Cuando vivía en Santiago de Cuba en un apartamento Girón y se iba la luz todos los días, mi abuela Nilda decía siempre lo mismo: “¡Se jodió la bicicleta!” El apagón era como andar a pie.

4- Si yo estaba preocupada por algún tema sentimental, social, político, familiar, de cualquier índole…. Mi abuela materna repetía: “Tranquila mijita, que lo que viene liso no trae arrugas”.

5- Cuando mi papá no se quería comer la comida porque no le gustaba, mi abuela Tita le decía: “El Socialismo no es de gusto, es de necesidad”.

6- Mi abuela la materna, cada vez que tenía que hacer cola para cobrar la chequera de la jubilación  decía: “Dios mío mándame lo mío que esto es prestáo”.

7- Sobre los hombres me repetía siempre mi abuela que había vivido en la Sierra Maestra: “Los hombres son como los fuegos fatuos, mientras más los persigues más te huyen y mientras más le huyes, más te persiguen”.

8- Mi abuelo Castellanos se emborrachaba y gritaba: “¡Candela pal sindicato!”

9- Mi abuela con demencia senil, se sentaba todos los días religiosamente frente al televisor a la hora del noticiero y decía: “Llegó la hora de la verdad”.

10- Mi abuelo Orlando decía que “Ser abuelo es lo mejor del mundo, lo único malo es tener que acostarse con la abuela”.

11- En las reuniones del CDR, mientras los vecinos se quejaban de sus precariedades y decían frases como: “la cosa está mala” o “esto está que mete miedo”, mi abuela, con su espíritu poético de maestra normalista les decía dulcemente: “Qué se le va a hacer a un clavel que se deshoja”.

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