Cayo Hueso-Habana, apenas 30 minutos de distancia

Apenas 30 minutos separarán a Cayo Hueso y La Habana a partir del próximo 15 de noviembre. Desde entonces, y tras 54 años de haberse clausurado el servicio, se reanudarán los vuelos directos entre ambos puntos geográficos.

La capital cubana recibirá así vuelos chárter con capacidad para 19 personas y frecuencia de tres salidas semanales (lunes, miércoles y viernes), según explicó Isaac Vadés, director de ventas de Mambí Travel.

Dicha empresa, radicada en Miami, se unirá  a la Air MarBrisa para juntas operar de la línea aérea que contará con una reducida flota de pequeños aviones bimotores, los cuales cubrirán el trayecto entre las dos ciudades, cercanas en historia y lejanas hoy por motivos políticos.

Para acometer el proyecto el aeropuerto internacional de Cayo Hueso, punto del territorio estadounidense más cercano a las costas cubas, ha realizado desde hace cuatro años una inversión en su infraestructura que asciende a cerca de 2,5 millones de dólares.

En 2009 el entonces director de la instalación, Peter Horton, solicitó un permiso especial al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos para reiniciar los vuelos entre ambos aeropuertos, distantes apenas por 144 kilómetros. Estos viajes, establecidos desde 1920, fueron constantes hasta el año 1959 cuando fueron interrumpidos a raíz del triunfo Revolucionario en la Isla.

El restablecimiento de este puente aéreo tiene lugar justo en el año en que se celebra el centenario del primer vuelo Cayo Hueso – La Habana, hecho que convirtió a Cuba en el primer destino internacional de la aviación estadounidense.

De concretarse felizmente esta iniciativa los primeros beneficiados serían los cubanos residentes en la ciudad estadounidense, quienes actualmente deben viajar hasta el aeropuerto de Miami para embarcarse a La Habana, sumándole más inconvenientes y gastos innecesarios a sus visitas a Cuba.

El precio inicial de los billetes de ida y vuelta oscilará entre los 449 y 469 dólares, según explicó el propio Valdés, quien aseguró a la agencia EFE: “Sentimos una gran emoción al poder prestar este servicio a la comunidad cubana con vuelos desde Cayo Hueso, después de 50 años”.

De esta manera Cayo hueso se unirá a los cinco aeropuertos que, desde la Florida, poseen la autorización del gobierno norteamericano para realizar vuelos directos a Cuba. El resto de las pistas son Miami, Orlando, Fort Lauderdale y Tampa; los cuales comparten esta prerrogativa con New York, Boston, Los Ángeles, Chicago, Baltimore, New Orleans, Atlanta, Pittsburg y Dallas/Fort Worth; todas dentro del territorio continental de la nación norteña.

Algo de historia 

Aquel 17 de mayo de 1913 nada parecía diferente en La Habana. La vieja ciudad colonial, que aún podía sentir de cierta manera los rigores de la guerra, no estaba aún preparada para entender el avance del mundo más allá de sus costas.

La entrada a la modernidad, los planes de desarrollo urbanístico y sanidad implementados por las fuerzas estadounidenses desde la Ocupación Militar de la isla en 1898, todavía no quedaban bien claros en la mente de un pueblo que seguía buscándose a sí  mismo entre las ruinas de la memoria.

Justo ese día, un día de mayo como otro cualquiera, un día de esos que se escogen por azar y no por motivos estratégicos, Domingo Rosillo de Toro revisó hasta el último ajuste de su monoplano y ante la mirada incrédula de todos levantó vuelo en Cayo Hueso. Su meta: La Habana.

Muchos lo habían tomado por loco, por un simple lunático que hacía honor al signo que Máximo Gómez había puesto sobre la testa de los nacidos en este trozo de tierra. Sin embargo, el 17 de mayo de 1913 Domingo Rosillo levantó la nariz de su avión ante quienes, desde el suelo, lo vieron desaparecer en cielo.

Su llegada a tierras cubanas debió ser triunfal. Digo debió pues poco se sabe de ella en estos días entre sus paisanos. El habanero que unió por primera vez los dos países por la vía aérea, no ha pasado de ser una curiosidad histórica, una de esas que logran arrancar expresiones de duda.

Imagino la visión de los transeúntes al ver la nave metálica sobrevolar el cielo habanero, los gallegos saliendo de las fondas y bodegas, los chiquillos corriendo por la calles como siempre lo han hecho; las damas del Paseo del Prado cerrando sus sombrillas a toda prisa para no perder detalle…

Imagino también que Domingo debió ser recibido como un héroe, a los cubanos siempre nos ha gustado la grandilocuencia. Pero todo queda en la imaginación, no hay demasiados datos, el tiempo se ha tragado la historia del primer hombre que tendió un puente aéreo entre La Habana y Cayo Hueso hace ya más de un siglo; mientras, en ambas orillas, muchos siguen mirando al infinito.

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