Veinte piedras preciosas de mi colección

Foto: Kaloian.

Foto: Kaloian.

1- Un pedazo de loza blanca de la Tumba del Amor de Modesto y Margarita, en las calles K y 13 del Cuartel Sureste del Cementerio de Colón.

2- Una roca caliza de los alrededores del Reactor en la Ciudad Nuclear de Cienfuegos.

3- Un cuarzo pequeño y rosado de Topes de Collantes.

4- Una piedrecita del Cobre que me regaló un amigo del preuniversitario cuando nos íbamos a la universidad.

5- Una piedra angulosa tomada de la cima del Pico Turquino a 1974 metros de altura, a un costado del busto esculpido por Jilma Madera y colocado por Celia Sánchez a cien años del natalicio de Martí.

6- Un adoquín de la calle Obispo.

7- Una piedra de mar con caracoles incrustados recogida por mi mejor amigo en Mi Cayito.

8- Un pedazo de la patana circular de la impresionante ruina del Anfiteatro Flotante del Parque Lenin.

9- Una piedra-arcoíris bendecida por unos sacerdotes vudú de Palma Soriano.

10- Una roca azul extraída por un amigo justo del centro de su casa en Regla, cuando tumbaba las paredes para comenzar a construir por esfuerzo propio.

11- Una piedra del río Hanabanilla en la Cordillera de Guamuhaya, imantada con los espíritus que viven bajo sus aguas.

12- Una piedra lisa y gris de los alrededores de Playita de Cajobabo, muy cerca del “monte de copey y de pagua” como dice Martí en su Diario de Campaña.

13- Una extraña roca carmelita traída de un viaje a Los Quimbos, asentamiento ilegal del basurero provincial de La Habana.

14- La punta de un ladrillo-barco de Kcho.

15- Una piedra de la finca de La Demajagua moldeada por el pie descalzo de un esclavo liberado.

16- Una gravilla del espectáculo “Baquestribois”, sobre la prostitución masculina gay en Cuba, del grupo de teatro Osikán.

17- El pequeño cálculo extraído del riñón izquierdo de mi tío abuelo.

18- Una piedra inconclusa del tramo final de la Autopista Nacional en Taguasco.

19- Un puñado de arena de la Playa Bibijagua en La Isla de La Juventud que, hace miles de años, fue una piedra negra.

20- Esa piedra gigante que eres tú en mi zapato.

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