La COVID-19 sigue siendo una emergencia sanitaria mundial

Se recomienda continuar desarrollando campañas de vacunación, así como la administración de dosis de refuerzo, dando prioridad a los grupos más vulnerables.

París, Francia (Julio de 2022). Foto: Aurelien Morissard/tomada de Folha de São Paulo.

Tras casi tres años de que se declarara por primera vez el estado de emergencia por la COVID-19, la Organización Mundial de la Salud dijo el miércoles que el nuevo coronavirus sigue siendo una emergencia mundial. De hecho, el comité de emergencia de la OMS puso a la COVID-19 en la lista por primera vez el 30 de enero de 2020, una determinación que ayuda a acelerar la investigación, la financiación y las medidas internacionales de salud pública para contener una enfermedad. La agencia de la ONU ha dicho en los últimos meses que los casos están bajando en algunas partes del mundo, pero los países todavía tienen que mantener la vigilancia e impulsar la vacunación de las poblaciones más vulnerables. “Aunque la percepción pública es que la pandemia ha terminado, sigue siendo un acontecimiento de salud pública que continúa afectando adversa y fuertemente la salud de la población mundial”, dijo el comité de la OMS. Lo anterior se sustenta en el hecho de que a pesar de que el número de muertes semanales es el más bajo desde que comenzó la pandemia, sigue siendo elevado en comparación con la tasa de mortalidad de otros virus. “Esta pandemia nos ha sorprendido antes y es muy posible que vuelva a hacerlo”, dijo a periodistas el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

En el mismo sentido se pronunciaron de manera conjunta la OMS y la Unión Europea (UE). “Aunque no estamos en el mismo lugar que hace un año, está claro que la pandemia de COVID-19 no ha acabado. Vemos indicadores al alza de nuevo en Europa, sugiriendo que ha empezado otra ola de infecciones”, consta en un comunicado conjunto de OMS-Europa, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y la Comisión Europea (CE). La potencial circulación simultánea de COVID-19 y gripe estacional aumentan el riesgo de enfermedad grave y muerte en las personas vulnerables, lo que incrementaría la presión en hospitales y personal sanitario, “ya exhaustos después de casi tres años en la primera línea de la pandemia”. De ahí que estos organismos destaquen la importancia de las medidas de salud pública y de la vacunación, “nuestra herramienta más efectiva”. Millones de personas aún no han sido vacunadas contra el coronavirus, por lo que los gobiernos deben aumentar esfuerzos para que las reciban, incluidas las dosis de refuerzo, combinadas con la de la gripe, sobre todo, el personal sanitario, los mayores de 60 años, embarazadas y personas con enfermedades subyacentes. “El hemisferio sur, donde recién terminó el invierno, experimentó una temporada de gripe temprana y muy activa. No sabemos exactamente qué esperar en la región europea, pero podríamos ver un escenario similar”, señala el comunicado.

Un ejemplo del aumento de casos en el “Viejo Continente” lo constituye la situación en Italia, donde el Ministerio de Salud reportó el pasado días 19 de octubre que se habían registrado 41 mil 712 nuevos casos de COVID-19 en las últimas 24 horas, así como 81 muertes en el mismo período. En el informe se señaló que, tras realizarse 233 mil 84 pruebas, la positividad fue del 17,9 %, ligeramente superior a la del día anterior, cuando a partir de 329 mil 569 exámenes se alcanzó un 17,7 %. Asimismo, la Sanidad española registró el 21 de octubre 25.422 nuevos casos, de los que 16.634 se han producido en mayores de 60 años, a lo que se suman 75 muertes en la última semana. Esta tendencia al alza en el número de contagios es un patrón que se repite en Europa y que, según advierten los expertos, se incrementará en las próximas semanas.

Mientras tanto en América, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertaba de cuatro epidemias que preocupantes: Poliomielitis, Cólera, la Viruela símica y de COVID-19. Al respecto de esta última la directora de la OPS aseguró que las tendencias descendentes a nivel mundial y en las Américas “son una señal alentadora de que podemos estar pasando de la fase aguda de la pandemia a una fase de control sostenido”. Aún así “la pandemia sigue con nosotros”, insistió la Dra. Carissa F. Etienne. Prueba de ello, la semana pasada se registraron más de 178.000 casos nuevos en la región, donde más del 70 % de las personas han sido vacunadas completamente.

En los Estados Unidos, que tiene la mayor cantidad de casos en el mundo, 96.9 millones y, también, la cifra más alta de fallecidos con 1.06 millones durante las últimas dos semanas, el número de casos ha disminuido en un 12 % y el promedio de los últimos siete días es de 35 mil casos. Sin embargo, las hospitalizaciones se han mantenido estables y en la mayor parte del noreste ha aumentado en un 10 %, o más. En cuanto al número de muertes, la tendencia es a una lenta disminución, pero desde septiembre se mantiene sobre 350 fallecidos diarios.

Al igual que en Europa una de las mayores preocupaciones es la coexistencia del SARS-CoV-2 con otros virus estacionarios, particularmente con el virus sincitial respiratorio (VRS) o “virus del resfriado”. Los  datos de vigilancia recopilados por los Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) muestran claramente un aumento en los casos de VRS en todo el país, acercándose a los picos de 2021. Esto se produce antes de lo esperado debido a que, en 2021, el VRS alcanzó su punto máximo durante el verano, por lo que el aumento repentino de otoño e invierno de este año marca un regreso a los patrones de circulación observados en los años previos a la pandemia, según un comunicado de la portavoz de los CDC, Kristen Nordlund. Este cambio se produce cuando otros virus respiratorios, entre ellos el coronavirus, que causa la COVID-19, los rinovirus, los enterovirus y la gripe, también generan más preocupación.

Entre tanto en Cuba, para el cierre del 21 de octubre se encontraban ingresados 40 pacientes, sospechosos 31 y confirmados activos 9. En el día se tomaron 1.502 muestras para la vigilancia, resultando positiva 1. El país acumula 14.181.584 muestras realizadas y 1. 111. 267 positivas. No se reportaron fallecidos; tampoco pacientes graves o críticos. En el país se han vacunado con al menos una dosis 10.707.644 personas para el 95 % de la población, mientras 9.996.067 cubanos están completamente vacunados, para el 88.32 %.

BQ.1 y BQ1.1: las nuevas subvariantes de Ómicron declaradas “de interés”

La subvariante BQ.1 y sus sub-linajes han sido declarados de interés por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) desde el 20 de octubre del 2022. Se espera que a mediados de noviembre y principios de diciembre estas subvariantes y sub-linajes sean responsables de más del 50% de los casos de SARS-CoV-2 y, para principios del 2021, más del 80 % de los contagios sean consecuencia de BQ.1/ BQ.1.1. El incremento de esta subvariante se debe, probablemente, a su capacidad para evadir al sistema inmunológico, por lo que se espera que con la llegada del invierno en el hemisferio norte en las próximas semanas haya un incremento en el número de casos de COVID-19. Sin embargo, según los datos disponibles, no hay evidencia de que esta subvariante y sus sub-linajes puedan asociarse con una forma más severa que la de las variantes BA.4/BA.5.

La agencia Europea recomienda que los países mantengan la vigilancia para detectar las señales de la aparición y distribución de BQ.1; así como el monitoreo continuo de las tasas de COVID-19, especialmente en personas de 65 años o más, y los indicadores de severidad como las hospitalizaciones, los ingresos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), la ocupación de las UCI y los fallecidos. También se recomienda continuar desarrollando campañas de vacunación y la administración de dosis de refuerzo, dando prioridad a los grupos más vulnerables de padecer las formas graves de la enfermedad, como los individuos inmunocomprometidos, aquellos que padezcan alguna condición médica y las embarazadas. También se deben considerar como grupos priorizados los trabajadores de salud y los residentes en hogares para ancianos.

 

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