Viruela símica: ralentización de los brotes y nuevos hallazgos sobre su contagio

El conocimiento sobre la viruela símica está en pleno proceso de revisión y actualización.

La viruela símica disminuye su contagio en las grandes ciudades de Europa y Estados Unidos, mientras nuevos hallazgos clínicos se muestran relevantes para comprender la enfermedad. Foto: Noticias R7.

En conferencia de prensa el director de la OMS Tedros Adhanom Ghebreysus, se mostró satisfecho de que los casos de viruela símica estén disminuyendo en Europa, sin embargo mostró preocupación por la situación que atraviesa América Latina. Según el alto funcionario de la ONU el número de casos del virus notificado se redujo un 20% a nivel mundial. “Hay indicios de que el brote está disminuyendo en Europa, donde una combinación de medidas eficaces de salud pública, cambio de comportamiento y vacunación están ayudando a prevenir la trasmisión”. Esto, añadió, “confirma lo que hemos venido diciendo constantemente desde el comienzo: que con las medidas adecuadas, este es un brote que puede frenarse… No tenemos que vivir con la viruela del mono”.

Del mismo modo, el director de la Oficina Regional para Europa de la OMS, Henry P. Kluge, ha señalado que se puede “acabar eliminando el virus” tras las primeras señales de ralentización del brote. “El objetivo es aprovechar la respuesta temprana a la viruela del mono en Europa, con el claro objetivo general de eliminar la trasmisión sostenida de persona a persona en la región”. Por su parte la directora del Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), Andrea Ammon explicó que “el aislamiento de los casos, el uso apropiado de las terapéuticas y de las vacunas, así como el compromiso de las comunidades afectadas” pueden garantizar el objetivo.

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Por otro lado, el número de casos en los Estados Unidos también ha disminuido en un 40% desde principios de agosto, según un artículo publicado en The New York Times. El promedio de nuevos casos reportados decreció de 465 el día diez del pasado mes a 281 el 31 de agosto. La caída en el número de contagios se expresa sobre todo en las grandes ciudades, como New York y Los Ángeles. Lo anterior se puede atribuir al cambio consciente en la conducta de las personas más afectadas por la enfermedad: los hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), grupo en el que se ha observado un reducción del 50% en el riesgo de enfermarse. El papel de las vacunas en la disminución en el número de casos, según expertos de Estados Unidos, también ha sido relevante. Hasta el 30 de agosto se habían administrado 352.675 dosis en todo el país.

Sin embargo, no todas son buenas noticias; mientras disminuye el número de nuevos contagios en las grandes ciudades como Miami, Los Ángeles y Nueva York, donde se reportaron los mayores niveles de incidencia, el número de contagios aumenta en ciudades más pequeñas, lo que podría hacer que el brote se extendiera en el tiempo, haciendo más complicado su control. Por otro lado, mientras la Casa Blanca anunciaba pasos adicionales para ofrecer estudios y vacunación en grandes eventos de la comunidad LGTBQ, autoridades sanitarias están preocupadas de que el virus pueda afectar algunas aéreas vulnerables como las comunidades negras, menos favorecidas por las campañas de vacunación. 

Mientras tanto, en América Latina, según el director de la OMS: “la insuficiente concientización de las medidas de salud pública se combinan con la falta de acceso a las vacunas para avivar las llamas del brote”. De hecho el 60% de los nuevos casos notificados pertenecen a nuestro continente. En este contexto Bavarian Nordic, compañía productora de la vacuna contra el virus, firmó un acuerdo con la OPS, que comenzará a hacerse efectivo a partir de septiembre y que busca “facilitar un acceso equitativo a la misma en países de América Latina y el Caribe”.

Comercializada con el nombre de “Jynneos”, se trata de una vacuna contra la viruela humana que es actualmente utilizada contra la viruela símica o “del mono”. Esta vacuna contiene el virus modificado y está aprobada para mayores de dieciocho años en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y algunos países de Europa. El esquema de vacunación consta de dos dosis en cuatro semanas. El fabricante danés tiene capacidad para producir 30 millones en un año y hasta el momento no ha rechazado ninguna demanda.  

Desde el inicio del brote, que ahora comienza a dar señales de ralentización, se han reportado en el mundo más de 50 mil contagios y 16 muertes en 101 territorios. De estos, 52 reportaron infectados en los últimos siete días. Los países con más casos reportados son Estados Unidos (17 994), España (6543), Brasil (4693), Francia (3547), Alemania (3467), Reino Unido (3413), Perú (1463), Canadá (1228). Los países con reportes de fallecidos son Nigeria (4), Ghana (3) España y República Centroafricana (2), Brasil, Bélgica, Ecuador, India y Cuba (1).

Precisamente en nuestro país se reportó el segundo caso de viruela símica durante la última semana. Se trata, según el Ministerio de Salud Pública, de un ciudadano cubano residente en los Estados Unidos, de 60 años, que arribó al país el 26 de agosto procedente de Miami. El pasado 28 comenzó con  los síntomas de la enfermedad, decidiéndose su aislamiento. El 31 de agosto se confirmó la infección por un estudio de PCR. Las autoridades sanitarias no han ofrecido más información sobre este caso ni sobre las personas que estuvieron aisladas a partir del primer caso diagnosticado en la Isla.   

Se revoluciona el conocimiento sobre la viruela símica

Uno de los aspectos más significativos del actual brote es el modo como ha variado la percepción acerca de lo que se sabía sobre la enfermedad. A principios de junio, científicos y autoridades sanitarias pensaban que conocían todo sobre la trasmisión, el período de incubación, síntomas clínicos y las comunidades susceptibles. Sin embargo, la realidad ha sido otra: en primer lugar, una enorme gama de manifestaciones clínicas que incluían una gran diversidad de lesiones dermatológicas así cómo la aparición de “síntomas nuevos” como dolor de garganta, dolor al orinar y en la región ano rectal, incluso en pacientes que no tenían lesiones en la piel, lo cual obligó a modificar los protocolos.

Lo relativo a la trasmisión también ha generado mucha controversia. Ahora se conoce que el virus puede encontrarse en la saliva, el semen y otros fluidos corporales, hasta varias semanas después de la desaparición de los síntomas. Además, se ha aislado mediante hisopado rectal en personas asintomáticas, lo que hace dudar del paradigma de que estas no son capaces de trasmitirla. Adicionalmente, el patrón epidemiológico, con más de 98% de los casos diagnosticados en hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), apuntan fuertemente a la trasmisión sexual. Como dato curioso, este comportamiento tampoco es nuevo: durante el brote ocurrido en Nigeria en el 2017, la enfermedad se había manifestado de manera similar, pero en aquel país la homosexualidad es ilegal y los pacientes fueron reportados como heterosexuales. De ahí que aunque aún no se ha demostrado la trasmisión sexual de la viruela símica, uno de los pilares para su control ha sido el cambio de las conductas sexuales en las comunidades más expuestas, especialmente la recomendación de reducir el número de parejas sexuales. A esto último se agregó la recomendación para el uso de preservativo hasta doce semanas después que desaparezcan los síntomas.

Como se ve, el conocimiento sobre la viruela símica está en pleno proceso de revisión y actualización. El hecho de que el virus abandonara los países endémicos en la región centroafricana para convertirse en el protagonista de una emergencia sanitaria internacional que afecta a centros geopolíticos como Europa y los Estados Unidos ha ayudado a conocerlo mejor. El camino hacia su definitiva erradicación pasa necesariamente por una mejor comprensión y es posible que en las próximas semanas este conocimiento se siga modificando ante la aparición de nuevas evidencias.

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