Yaima Espinosa: Miss Cuba en Europa

Me confesó ser hija legítima de nuestra Santa Patrona, Oshún. De todas formas, pienso que debe estar igualmente bendecida por la Virgen de Regla, Yemayá. Apenas contaba dos meses de nacida cuando recibió su primer chapuzón, señal inequívoca para una futura historia de vida signada por las aventuras en el mar.

Si me pidiesen una palabra que la describa no dudaría un instante: cubana. Yaima Espinosa es una mujer de esta isla. Emprendedora, dispuesta siempre a deshacer estereotipos en el afán de conseguir sus sueños.

Hija de padres separados, Santa Fé y las cercanías del Acuario Nacional en Miramar fueron los lugares que la vieron crecer. Siempre cerca del mar. Un día tomó la decisión de emigrar a Italia buscando nuevos caminos en la búsqueda de una felicidad total. Allí continuó su vínculo eterno con las aguas, ahora como profesora de natación y nado sincronizado.

Gracias a una amiga se enteró de la existencia del concurso “Miss Cuba en Europa”. Al conocer que entre los premios de la lid estaba un viaje a nuestra isla, no dudó un instante en llenar la solicitud. A solo unas horas de la final del evento, amablemente accedió a hacernos partícipes de esta singular experiencia, y al unísono contarnos un pedacito de su historia.

 Tu vida ha estado marcada por una relación especial con el mar y la práctica de deportes acuáticos.

Sin dudas. Empecé a practicar Yatismo a los catorce años de edad, en la base de Santa Fé. Allí conté  con el apoyo de mi entrenador Oscar Sánchez, a quien debo toda mi carrera. Llegué a ser medallista de bronce en Copas Nacionales y gané en una ocasión la famosa regata “La Llave del Golfo”. Recuerdo una vez que fuimos invitadas a una competencia en México pero: ¡no había presupuesto! Mi modalidad era la tabla (windsurf). Nunca pude acceder al equipo nacional, a pesar de estar entre las tres primeras de mi categoría…era difícil y no sólo por cuestiones asociadas a la calidad.

No solo fui atleta de Velas. Estuve también en el equipo internacional de Ski Acuático de la Marina Hemingway. Seguro escuchaste alguna vez de las competencias de motos acuáticas, viajábamos por toda Cuba. Al unísono creé el primer equipo de mujeres surfistas en la isla, se llamaba Cubanitasurf; y también el primero para niños menores de 16 años, Surfinf Oeste, que radicaba en Santa María del Mar. Ambos proyectos contaban con el apoyo de la Asociación Panamericana de Surf (PASA) y otras entidades.

¿Y eres en la actualidad entrenadora de Natación y Nado Sincronizado allá en Italia?

Sí, soy profesora de natación para niños entre cinco y ocho años; el año pasado tenía también un grupo de niñas a las que les impartía clases de nado sincronizado, aunque en este curso aún no hemos comenzado. Este trabajo, a pesar de ser poco pagado (en función de la responsabilidad que implica), es mi mayor satisfacción. No solo los resultados profesionales, sino porque adoro ver ganar a mis niños y niñas, me hace muy feliz…el afecto y la alegría de estos pequeños me distraen de la nostalgia de nuestra Cuba.

¿Cómo es que llegas a Miss Cuba en Europa?

La verdad fui muy afortunada pues no tenía la menor idea de la existencia de este concurso. Mi mejor amiga aquí en Roma, Yanaysi Pérez, en un día de entrenamiento me habló del evento. La admisión tenía edad límite y ella no podía participar, así que se dedicó a embullarme. Cuando conocí que entre los premios había un viaje a Cuba me dije ¿por qué no intentarlo? Llené entonces la solicitud con todos los detalles que se pedían y para suerte mía fui aceptada.

¿De manera general en qué consiste este concurso de belleza, Miss Cuba en Europa?

Es el clásico concurso de belleza, donde un jurado altamente calificado selecciona la representante cubana más bella entre todas las participantes. Quizás lo más llamativo o especial sea el hecho de que los organizadores buscan siempre convertirlo en una fiesta donde la cultura cubana se haga presente, y la ocasión no solo se resuma en evaluar medidas, rostros o el andar sobre una pasarela. En esta edición han llegado a la final 24 finalistas, que provienen de varias naciones europeas, todas cubanas por supuesto.

¿Es la primera vez que se realiza?

No, se viene efectuando desde el 2005. El evento fue creado por el italiano Vincenzo Tocccaceli y su socia cubana Dafne González. Esta es la octava edición.

Para Vincenzo “Miss Cuba en Europa” nace como un juego, pero ha ido adelante con mucha seriedad a pesar de innumerables dificultades en su andar. Por cierto cuando le comenté sobre esta entrevista quiso que te trasmitiera unas palabras suyas: “aquí queremos no solo reflejar la indiscutible belleza de las hijas de Cuba, queremos también dar a conocer elementos genuinos de la cultura cubana y sus tradiciones.”

La final será el 10 de noviembre en una discoteca enorme, muy famosa por la música latina que promueve. Se llama Palacavicchi y se encuentra cerca del aeropuerto de Ciampino de Roma.

Comentabas en Facebook que para ti como ex deportista era muy difícil ganar en este tipo de concursos. ¿Por qué?

Me refería a mi experiencia personal como ex atleta. Crecí en el mundo del deporte donde las cuotas de sacrificios entre los estudios y el entrenamiento diario, apenas dejaban tiempo para fiestas, maquillajes o moda. Entonces este evento se ha convertido en un aprendizaje total y difícil. Llevo días practicando cómo caminar a lo largo de una pasarela, con tacones y sin mostrar rigidez…ufff….igual me miro al espejo y busco motivos para ser sensual y encontrar los detalles más atractivos de mi femineidad.

¿Crees que estos concursos buscan solo reafirmar los modelos actuales impuestos por el mercado de la belleza femenina? Quizás por eso la idea de ver triunfar a una ex atleta te parezca difícil.  

Ufff…una pregunta compleja…Desde el punto de vista de lo que te exige por norma el mercado en cuanto a sus cánones de belleza y estilo, sí; y sin dudas se vuelve difícil ganar si no eres parte de ese mundo. Y más sin nos encontramos en un país capitalista y desarrollado como Italia, y para colmo la nación de la moda, donde el estilo y el benessere son fundamentales.

Ahora, si me apoyo en la finalidad de este certamen, que busca ver más allá de la belleza física, y se adentra en la cultura y en los elementos identitarios de nuestra cubanía, ¡creo que todas las posibilidades están abiertas!

¿Cuba?

Mi Cuba, nuestra Cuba. Para mi es la libertad de crecer alegres, sin zapatos…corriendo por los charcos que formaban los aguaceros, donde luego crecían los gusarapos pues las alcantarillas rotas no tragaban el agua. La tranquilidad de vivir sin episodios constantes de violencia, drogas o pistolas que nos hicieran daño…sin McDonald’s que nos pusieran gorditas…jjj (ni siquiera son tan buenas como dicen).

No teníamos fastuosas discotecas con capacidad para 2000 o 4000 personas…pero en cambio podíamos disfrutar de buena música en cada esquina, salsa, reggaetón, son, guantanameras, y si bailar no era mi fuerte de pequeña, siempre tenía la opción de jugar a los escondidos,  al kikirilata o al pon.

Un mensaje final para los lectores de la revista.

Gracias a todos…a ti Daniel por el interés, el apoyo y por darme la oportunidad de socializar esta experiencia única. Agradezco también a los que dedicaron unos minutos de su tiempo a leer mi historia, y ojalá hayan podido encontrar algo de ustedes en mis palabras.

Soy una cubanita que decidió vivir a catorce mil kilómetros de la isla en busca de nuevos sueños, como seguro ocurrió  a muchos de los lectores. Donde estoy soy feliz…pero nunca volveré a tener una vida plena de alegrías como la de mi adolescencia cubana.

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