Les Eclaireurs, ¿el faro del fin del mundo?

Con 11 metros de alto y 3 de diámetro, pintado con franjas rojas y blancas, se encuentra a 16 kilómetros de la ciudad de Ushuaia, el extremo austral de Suramérica.

El faro Les Eclaireurs fue construido entre 1918 y 1919. Lleva más de cien años en funcionamiento. Foto: Kaloian.

El faro Les Eclaireurs fue construido entre 1918 y 1919. Lleva más de cien años en funcionamiento. Foto: Kaloian.

En la región de Tierra del Fuego, donde los vientos antárticos acarician la costa y el Canal Beagle serpentea entre islas, en un peñasco solitario en medio del mar se levanta el faro Les Eclaireurs, una joya histórica, turística y cultural.

Con 11 metros de alto y 3 de diámetro, pintado con franjas rojas y blancas, el faro troncocónico de ladrillo se encuentra a 16 kilómetros de la ciudad de Ushuaia, el extremo austral de Suramérica.

Desde el muelle turístico de Ushuaia se zarpa para visitar el faro Les Eclaireurs. Foto: Kaloian.
Desde el muelle turístico de Ushuaia se zarpa para visitar el faro Les Eclaireurs. Foto: Kaloian.

Es conocido como el “Faro del fin del mundo”, pero geográficamente no lo es. El verdadero faro del fin del mundo (en el que se habría inspirado Julio Verne para su libro de igual nombre, publicado en 1905) es el San Juan de Salvamento, situado en el noreste de la isla de los Estados, provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Argentina.

 Navegando por el canal Beagle rumbo al Faro Les Eclaireurs. Foto: Kaloian.
Navegando por el canal Beagle rumbo al Faro Les Eclaireurs. Foto: Kaloian.

La novela de Verne describe un faro en el extremo austral de América del Sur en 1861. El San Juan era, en efecto, uno de los más aislados y peligrosos del mundo. Hacia 1900 dejó de funcionar. Con el tiempo se desvaneció, quedando solo vestigios en la memoria.

Por su parte, el faro Les Eclaireurs, de más fácil acceso, fue construido entre 1918 y 1919. Sin embargo, fue en 1920 cuando se puso en funcionamiento. Lleva más de cien años guiando a navegantes con haz de luz giratorio.

El faro Les Eclaireurs, en el Canal Beagle. Foto: Kaloian.
El faro Les Eclaireurs, en el Canal Beagle. Foto: Kaloian.

En abril de 1918 el buque de la Armada Argentina A.R.A Fidel Vicente López navegó varios días por el Canal de Beagle con la misión específica de identificar el lugar idóneo para la instalación de un faro. Tras exhaustivos análisis, se concluyó que el enclave óptimo sería un conjunto de islotes conocidos como Les Éclaireurs (los exploradores en francés). Estos islotes, bautizados años antes por el capitán de navío francés Louis Ferdinand Martial durante la expedición La Romanche (1882-1883), se revelaron como la ubicación estratégica perfecta para albergar el faro.

A pesar de su atractivo turístico, el faro se mantiene cerrado al público, controlado de forma automática, lo que agrega un aura de misterio a la estructura. Foto: Kaloian.
A pesar de su atractivo turístico, el faro se mantiene cerrado al público, controlado de forma automática, lo que agrega un aura de misterio a la estructura. Foto: Kaloian.

No solo sirve como guía para los marinos sino que además Les Éclaireurs se ha convertido en la postal que confirma a los turistas la llegada “al fin del mundo”. Las agencias de turismo, conscientes de la atracción que ejerce la toponimia, promocionan excursiones al faro bajo este nombre, aprovechando además que Ushuaia cuenta con la propiedad intelectual sobre el eslogan “El fin del mundo”.

 Durante muchos años, el Faro Les Eclaireurs fue el único faro en la zona y jugó un papel vital en la navegación por el Canal Beagle. Foto: Kaloian.
Durante muchos años, el Faro Les Eclaireurs fue el único faro en la zona y jugó un papel vital en la navegación por el Canal Beagle. Foto: Kaloian.
El islote de piedra en el que se alza el faro está habitado por aves y lobos marinos. Foto: Kaloian.
El islote de piedra en el que se alza el faro está habitado por aves y lobos marinos. Foto: Kaloian.
Aves marinas en el islote de piedra donde se alza el faro Les Eclaireurs. Foto: Kaloian.
Aves marinas en el islote de piedra donde se alza el faro Les Eclaireurs. Foto: Kaloian.

La ubicación estratégica del faro en un islote en el Canal Beagle facilita su acceso a través de excursiones lacustres que parten del Muelle Turístico de Ushuaia. Este faro, a diferencia de su contraparte histórica, cuenta con tecnología moderna; sus equipos luminosos son controlados de forma remota, y su energía proviene de paneles solares.

 La ciudad de Ushuaia desde las aguas del Canal Beagle. Foto: Kaloian.
La ciudad de Ushuaia desde las aguas del Canal Beagle. Foto: Kaloian.

La linterna del faro, ubicada a 22,5 metros sobre el nivel del mar, irradia luz blanca y roja a intervalos de 5 segundos. Con un alcance óptico de 7,2 millas náuticas, cumple su deber de guía.

A pesar de su atractivo turístico, el faro se mantiene cerrado al público, lo que agrega un aura de misterio a su imponente estructura.

 El Canal Beagle alberga un gran número de aves marinas dada la riqueza de sus aguas. Foto: Kaloian.
El Canal Beagle alberga un gran número de aves marinas dada la riqueza de sus aguas. Foto: Kaloian.

Les Eclaireurs se erige como un faro no solo en el sentido físico sino también en el simbólico. Guía a los navegantes a través de las aguas peligrosas del Canal Beagle y, al mismo tiempo, ilumina la imaginación de aquellos que lo contemplan desde la costa de Ushuaia mirando hacia el extremo sur de América.

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