¿Ataques sónicos en Miami?

La prensa local refiere supuestos ataques sónicos en Miami, pero sin aportar ni fuentes, ni datos precisos ni acusaciones concretas.

Embajada de Estados Unidos en La Habana. Foto: Alain Gutiérrez (Archivo).

Los misteriosos ataques sónicos que supuestamente se hicieron sentir, primero en Cuba, en 2016, en las misiones diplomáticas de Estados Unidos y Canadá, después en China, y posteriormente, en 2019, en Washington D.C., llegaron ahora a Miami. Al menos eso dicen.

El misterio es que, a pesar de que corren noticias en ese sentido, nadie se responsabiliza por ellas. Se cita al Gobierno Federal, que se encuentra, aparentemente, investigando el asunto, y se acusa a Cuba de promover el aludido ataque, pero no se aportan pruebas concretas. Todo se resume a “dicen”, “están investigando”, pero no identifican a quien. Ningún funcionario gubernamental estadounidense ha dado la cara. Usualmente, cuando el Gobierno Federal investiga un problema y no quiere hablar del asunto, lo resuelven con un “no comments”, pero al menos se sabe que “hay algo”. Se trata de una vieja táctica implementada con frecuencia ante estas circunstancias.

Los supuestos ataques ocurridos en La Habana contra diplomáticos estadounidenses fueron asumidos por el entonces secretario de Estado de la administración Trump, Mike Pompeo, en una audiencia congresional, en la que fue anunciada la formación de un grupo especial para investigar el inciente aludido, del que no se ha vuelto a saber nada.

Hace una semana, un portavoz de la Casa Blanca confirmó a CNN y The Hill que en 2019 hubo otros supuestos ataques parecidos en Washington. Entonces, un panel congresional abordó el tema sin que se haya tenido constancia de una investigación pública.

De eso a que apareceriera una versión sugiriendo que lo mismo habría sucedido en Miami, hubo un muy corto paso. En cuestión de días, el sur de Florida tuvo derecho a su propio ataque. El responsable —¿dónde si no?— estaría en La Habana. La cadena Telemundo ha sido la única que, hasta ahora, ha abordado el asunto; pero con pinzas. Los detalles son pocos, muy livianos: todo se queda —casi— en la nada. Apenas un líder del “exilio duro” ha reiterado ante las cámaras que hubo ataques y que se originaron en Cuba. Nada más. No se mencionan los posibles objetivos o víctimas. El público se queda sin saber nada.

“Lo único que te puedo decir es que en mi oficina no sabemos nada”, comentó a OnCuba un funcionario del Federal Bureau of Investigation (FBI) de Miami que suele intercambiar con miembros de la prensa.

Sin embargo, estas versiones surgen en un momento en que se especula mucho sobre otro “deshielo” en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. La Casa Blanca ha dicho repetidamente que Cuba no constituye una prioridad en su agenda y que se está “revisando” la poltíca hacia la Isla.

Hay, sin embargo, otro aspecto curioso alrededor de este tema. Los activistas que suelen asumir la defensa de La Habana y abogan por el deshielo, esta vez se han manifestado poco.

El líder de la Alianza Martiana, Max Lesnik, se remitió a un escueto comentario, que tampoco aporta mucho, pero se alinea a lo que ha ocurrido en situaciones parecidas. “Esto puede ser otro invento. Gente interesada en fabricar situaciones para no resolver esta anormalidad entre los dos países. Es impensable que el gobierno cubano haga algo en este momento con la cantidad de problemas que tiene, la verdad es que no lo veo”, afirmó Lesnik en declaraciones a OnCuba.

De todas formas, la narrativa no ha ido más allá. La forma en que ha sido encuadrada es coherente con situaciones similares que han tenido lugar en más de cincuenta años, pero lo que también llama la atención es que el Gobierno Federal no haya querido involucrarse públicamente en el asunto. Desde el miércoles hasta el viernes, llamadas realizadas a la Casa Blanca, al Departamento de Estado y al FBI nacional no fueron respondidas.

El misterio sigue. Toda una telenovela, una de esas que tanto les gustan a los cubanos,

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