Fernández de Cossío: EEUU sigue incrementando la hostilidad contra Cuba

El director general para Estados Unidos de la cancillería cubana comentó que en los últimos meses se puede hablar de "un estado de abierta hostilidad" por parte del gobierno estadounidense, el cual "se ha empeñado y comprometido a tomar acciones extremas" contra la Isla.

Carlos Fernández de Cossío, director general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. Foto: Minrex / Archivo.

Carlos Fernández de Cossío, director general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. Foto: Minrex / Archivo.

El director general para Estados Unidos de la cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, aseguró que la hostilidad del país norteamericano hacia la Isla sigue incrementándose bajo el mandato del presidente Donald Trump.

En conferencia de prensa, Fernández de Cossío comentó que en los últimos meses se puede hablar de “un estado de abierta hostilidad” por parte del gobierno estadounidense, el cual “se ha empeñado y comprometido a tomar acciones extremas” contra Cuba, reseña la Agencia Cubana de Noticias (ACN).

El diplomático opinó que la administración Trump ha aumentado la agresividad verbal, al “usar sin recato una alta dosis de falsedades, de mentiras”, a la vez que “ha estado tomando acciones de gran impacto, entre ellas el recrudecimiento del bloqueo, un aumento de la persecución de las transacciones comerciales de Cuba en cualquier parte del mundo, de las transacciones financieras de las que depende nuestro comercio exterior, de las que depende el funcionamiento de nuestra economía”.

También señaló que la Casa Blanca “ha tomado medidas tan excesivas como intentar impedir la llegada del combustible que requiere la economía cubana para funcionar” y “ha incrementado la acción negativa hacia terceros países, al comprometerse la actual administración con una aplicación extrema de la Ley Helms-Burton”.

Fernández de Cossío insistió en que Washington “se ha propuesto reducir al mínimo los intercambios bilaterales oficiales entre los dos países” y desmontar la cooperación que se impulsó tras el deshielo de 2014 “en temas tan sensibles como la aplicación y cumplimiento de la ley en el combate contra el narcotráfico y contra el terrorismo”.

Además, acusó a la actual administración de EE.UU. de haber puesto “la mayor cantidad de obstáculos posibles para los intercambios que no dependen directamente del gobierno: los académicos, culturales, religiosos, deportivos y científico-técnicos, y en materia de salud”, así como “trabas a los vínculos entre los cubanos que vivimos a ambos lados del estrecho de la Florida mediante la suspensión del tráfico aéreo y de los vuelos a diversas partes de Cuba”.

Dijo que se ha incrementado la persecución contra la cooperación de salud de la Isla con otras naciones, lo que calificó como “una acción inverosímil”, y que se trata de imponer la matriz de opinión de que el bloqueo/embargo contra la Isla no afecta el comercio con terceros países.

“Quienes están tratando de hacerlo están mintiendo deliberadamente, es un acto deliberadamente deshonesto”, afirmó.

Sobre la reciente inclusión de Cuba en una lista unilateral de países que “no cooperan en la lucha contra el terrorismo”, aseveró que se trató  de “un acto político, deliberado y profundamente deshonesto”, y calificó a esta relación como “un listado ilegítimo que no tiene reconocimiento absoluto por ningún foro internacional u órgano colegiado autorizado en temas de lucha contra el terrorismo, y que busca desacreditar a Cuba y presionar a terceros países en sus relaciones con la Isla”.

EE.UU. incluye a Cuba en lista de países que “no cooperan por completo” con la lucha antiterrorista

El funcionario reiteró, citando documentos de políticos norteños, que el bloqueo busca “crear penuria, escasez, una situación económica insostenible en el país para tratar de extraer concesiones políticas de Cuba”, algo que confirma la Ley Helms-Burton, cuya aplicación plena, con la activación de sus títulos III y IV, fue aprobada por el presidente Trump.

“Es conocido que Cuba no puede importar nada de Estados Unidos, ni adquirir productos en cualquier lugar del mundo si ese tiene más de un 10 % de componentes estadounidenses”, explicó Fernández de Cossío, algo “muy difícil” en una economía tan globalizada como la actual”.

Reconoció que las sanciones estadounidenses han dificultado garantizar los insumos que requeridos para enfrentar la Covid-19 en la Isla, y aseguró que la posibilidad de solicitar una licencia del Departamento del Tesoro para vender productos a Cuba en estos momentos de pandemia es “un absurdo” porque tramitar una licencia como esa “puede durar meses, incluso un año”.

Esta situación, dijo, “ha impedido la compra de ventiladores pulmonares producidos por subsidiarias estadounidenses, de donaciones provenientes de amigos de la Mayor de las Antillas, que han dependido de medios de transporte de la nación norteña”, según cita la ACN.

Título III de la Ley Helms-Burton cumple un año en vigor

Acerca del ataque a la embajada de Cuba en Washington el pasado 30 de abril, aseguró que “la noticia más importante es que al cabo de 20 días, el Gobierno de EE.UU. reúsa emitir un pronunciamiento público, y eso no es un hecho ligero o que pueda olvidarse tranquilamente”.

Consideró que este silencio “demuestra la complicidad de la actual administración en relación con dicho acontecimiento”, algo que apoyó en la idea de que “se han podido demostrar vínculos entre ese ciudadano [Alexander Alazo Baró] con grupos e individuos de trayectoria violenta en aquella nación, promotores actos agresivos contra nuestro país”.

Finalmente, sobre las próximas elecciones en EE.UU., Fernández de Cossío dijo que “es difícil pronosticar qué peso real va a tener [el tema Cuba] en los comicios de noviembre”, incluso en la Florida, y apuntó que según encuestas realizadas en Estados Unidos en los últimos años “hasta para los votantes cubanoamericanos, el tema de la relación con Cuba no es tan sustancial” y es antecedido en su lista de prioridades por los asuntos relacionados con la salud, el empleo, la seguridad ciudadana y la vivienda.

“Es difícil pensar que la mayoría de los cubanos respalde una campaña comprometida con entorpecer las relaciones con sus familiares, lo que nos hace pensar que la maquinaria política, sobre todo del Partido Republicano en la Florida, no toma demasiado en cuenta el criterio o la opinión de los cubanos, sino que los utiliza”, concluyó.

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