John Kerry: “El futuro de Cuba debe ser forjado por los cubanos”

Foto: Reuters

Nada más aterrizar en el aeropuerto José Martí, este hombre alto y prominente se declaró “encantado” de estar en Cuba y disfrutó la “increíble” condición de ser el primer Secretario de Estado norteamericano en viajar oficialmente al archipiélago en siete décadas.

El excandidato presidencial y jefe de la diplomacia norteamericana, John Kerry, ha sido este viernes el protagonista de más alto nivel de un acto simbólico, con escenas calculadas y muchos mensajes sugeridos. Un repartido balance entre mensajes de respeto a la soberanía de Cuba y la continuada decisión de producir un cambio político en el país llenaron los poco más de 15 minutos de exposición:

“Es un nuevo comienzo en la relación de Estados Unidos con el pueblo y con el gobierno de Cuba (…) el camino hacia unas relaciones normales es largo, por eso tenemos que empezar en este mismo instante. No hay nada que temer”, aseguró Kerry en una de sus frases más enfocadas en los recelosos, de ambos lados, por el acercamiento.

“Serán muchos los beneficios de los que gozaremos cuando permitamos a nuestros ciudadanos conocerse mejor,  visitarse con más frecuencia, realizar negocios de forma habitual, intercambiar ideas y aprender unos de los otros”, mencionó el secretario, para reforzar su tesis…y la del gobierno de Obama.

“Establecer relaciones diplomáticas normales no es algo que un gobierno hace como un favor hacia otro, es algo que dos países hacen para que sus ciudadanos se beneficien”, remarcó.

“Esto no significa que debamos olvidar el pasado. ¿Cómo podríamos? Por lo menos para mi generación, las imágenes son indelebles”, aseguró en una intervención leída en inglés pero con varios momentos en español, para que ninguna traducción desvirtuara el claro mensaje que quería enviarle al pueblo cubano. Muy cerca, varios cientos los escuchaban como espectadores atentos desde los límites impuestos por los cordones de seguridad, y otros millones, en todas partes, prestaron oído a través de los medios de comunicación.

“Seguimos convencidos que la gente de Cuba estaría mejor servidas por una verdadera democracia. Líderes en La Habana -y pueblo cubano- deben saber que EE.UU. seguirá siendo defensor de los principios democráticos”, deslizó el secretario, introduciéndose en las ideas más incómodas para el gobierno de La Habana.

“El embargo ha sido siempre una calle de doble vía. Las dos partes tienen que retirar los obstáculos que han mantenido apartados a los cubanos”, aseguró en una vuelta del discurso que pretendió compartir con el gobierno cubano las culpas de una medida unilateral como el Bloqueo.

Pero de inmediato la actuación retornó a la zona de comodidad. El Secretario de Estado agradeció a las personalidades que brindaron su apoyo para impulsar y hacer efectivo el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países y aplaudió al presidente Obama y al presidente Castro “por su interés en unirnos ante las comprobadas oposiciones.”

“Es el momento de acercarnos como dos pueblos ya no enemigos ni rivales, sino vecinos”, sentenció en otra de las frases memorables. Con este colofón, procedió a izar la bandera y solidificar un paso más en un proceso que apenas vive sus primeros momentos.

 

 

Salir de la versión móvil