Liberan tras más de 20 años de cárcel a Ana Belén Montes, espía confesa a favor de Cuba

Analista del Pentágono especializada en asuntos cubanos, la mujer de origen puertorriqueño nunca manifestó remordimiento alguno y explicó al juez que lo hizo porque la política exterior estadounidense está equivocada.

Ana Belén Montes.

Una ex analista de información del Pentágono, la estadounidense de origen puertorriqueño, Ana Belén Montes, ha sido liberada este sábado de una cárcel en Texas, tras cumplir 21 años de detención de una condena de 25, por espionaje a favor de Cuba, dijo el Buró de Prisiones.

Montes, quien se declaró culpable de la acusación, con lo cual evitó un juicio con jurado, estaba considerada la funcionaria estadounidense de más alto rango que jamás se haya demostrado que espió para Cuba. “De Cuba lo sabía todo”, dijo en esa época un funcionario de inteligencia.

Formalmente, Montes entonces de 45 años, se declaró culpable de conspiración para cometer espionaje después de que fue acusada de usar su posición como funcionaria de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA) para filtrar información a La Habana, tanto por contactos con funcionarios cubanos, viajes clandestinos a la isla o el uso de sofisticados sistemas de mensajería.

La mujer comenzó a trabajar para la DIA en 1985 y ascendió rápidamente hasta convertirse en el principal analista de Cuba de la agencia. Durante el juicio, el fiscal Ronald L. Walutes explicó al juez que Montes también recibió mensajes codificados de La Habana a través de un radio de onda corta, que posteriormente eran decodificados en una computadora portátil.

Ane Belén Montes, a la derecha, recibe un premio de manos del entonces director de la CIA, George Tenet, en un fecha no revelada. | Foto: Departamento de Defensa.

Montes fue arrestada el 21 de septiembre de 2001 directamente en su oficina en el Pentágono, 10 días después de los ataques a las torres gemelas de Nueva York y poco antes de que Estados Unidos invadiera Afganistán. Su abogado, Platos Cacheris, un destacado especialista en casos espionaje, enfatizó que ella había cooperado sin reservas.

En la audiencia de sentencia, Montes, quien nació en una base militar en la entonces República Federal Alemana, argumentó que había obedecido a su conciencia y que la política de Estados Unidos hacia Cuba era cruel e injusta. “Me sentí moralmente obligada a ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos por imponerle nuestros valores y nuestro sistema político”, dijo.

Al sentenciarla, el juez Ricardo Urbina, afirmó que ella puso en riesgo a sus conciudadanos estadounidenses y a la “nación en su conjunto” por lo cual decidió que Montes fuera puesta bajo liberad supervisada durante cinco años, con el acceso a Internet restringido y la prohibición de trabajar para gobiernos y contactar agentes extranjeros sin permiso.

Las autoridades no han informado si permanecerá en Estados Unidos o volará a Puerto Rico, donde tiene familia.

Cuba nunca hizo comentarios sobre el trabajo de Montes. Apenas al inicio del proceso el entonces canciller Felipe Pérez Roque dijo que sentía “un profundo respeto y admiración” por ella.

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