Más científicos niegan ataques acústicos

Turistas se desplazan frente a la embajada de Estados Unidos en La Habana. Foto: Ramón Espinosa / AP.

Turistas se desplazan frente a la embajada de Estados Unidos en La Habana. Foto: Ramón Espinosa / AP.

Un “amplio consenso” sobre las incongruencias de la hipótesis de los alegados ataques sónicos a diplomáticos estadounidenses en Cuba, fue el resultado este miércoles de la primera jornada del Foro Online “Intercambio científico sobre los supuestos ataques acústicos ocurridos en La Habana”, según medios de prensa cubanos.

El foro, que continúa hoy jueves, fue convocado por el Comité de Expertos cubanos que ha estudiado los incidentes referidos por gobierno de Estados Unidos y sus supuestas afectaciones a la salud de diplomáticos y sus familiares en la Isla; y en su primera jornada reportó más de 300 intervenciones.

La convocatoria tuvo lugar en la apertura del Primer Taller de “Cirugía Endoscópica Funcional de Senos Paranasales guiada por Navegación”, que se desarrolla el Centro de Entrenamiento de Cirugía de Mínimo Acceso de capital de La Habana, con especialistas cubanos y extranjeros. Una parte de ellos participó en el foro acogido por el sitio web de la Red Cubana de la Ciencia.

El debate online busca “intercambiar información y opiniones con la comunidad científica internacional u otros actores interesados”, para lo cual tiene como guía tres preguntas básicas:

¿Los síntomas descritos pueden ser consecuencia de agentes sónicos?

¿Otras enfermedades pudieron haber provocado tales síntomas?

¿Existe la probabilidad de causas de origen psico-social?

De acuerdo con Washington, los estadounidenses afectados por los supuestos ataques han sufrido síntomas como náuseas, cefalea, trastornos del equilibrio, pérdida auditiva, dolor facial y abdominal, trastornos de la memoria, y conmoción cerebral.

Los científicos respondieron las preguntas de los foristas, con argumentos que desmontan las acusaciones del gobierno estadounidense. Sus respuestas están en consonancia con la postura oficial de Cuba, cuyo gobierno ha negado en repetidas ocasiones su responsabilidad en los hechos.

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Respuestas, opiniones

Uno de los miembros del Comité de Expertos cubano, el Doctor en Ciencias Físicas Carlos Barceló, investigador y profesor titular del Instituto de Higiene, Epidemiología y Microbiología, explicó que los daños descritos no están en correspondencia con las muestras de sonido entregadas a Cuba por la parte estadounidense.

Barceló tuvo la oportunidad de analizar las grabaciones y señaló en el foro que solo se hallaron en ellas «sonidos continuos y fluctuantes», en niveles de intensidades moderadas que no excedieron los 80 decibeles. Esto le permite concluir que «no pueden existir daños permanentes en la salud de las personas expuestas».

Foro Online “Intercambio científico sobre los supuestos ataques acústicos ocurridos en La Habana". Foto: Twitter.
Foro Online “Intercambio científico sobre los supuestos ataques acústicos ocurridos en La Habana». Foto: Twitter.

De acuerdo con el especialista, los niveles moderados entre 60 y 80 decibeles pueden producir pérdidas auditivas transitorias entre otros efectos, de las que los afectados logran recuperarse por lo general cuando cesa la exposición sonora. Los daños permanentes, dijo Barceló, solo aparecen ante altas dosis de exposición, por encima de 85 decibeles, durante largo tiempo, o traumas acústicos, con frecuencia de sonidos de impacto, como golpes o explosiones, de los que hasta el momento no existen evidencias en este caso.

Esta posición es compartida por especialistas internacionales, quienes han dado su opinión en diferentes medios a partir de los reportes de los incidentes. Andrew Oxenham, psicólogo del Laboratorio de Percepción y Cognición Auditiva de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, ha comentado al respecto que “no hay forma de que un dispositivo acústico cause daño auditivo usando sonidos inaudibles”.

En su criterio, la única manera en que se le podría causar daño al oído interno sería “a través de la distorsión, la cual haría que el sonido fuera claramente audible así como muy fuerte”, lo que no es compatible con las pruebas y aseveraciones manejadas hasta el momento.

Esta foto provista por Chris Allen muestra la vista de La Habana, Cuba, desde su habitación 1414 en el Hotel Capri en abril de 2014. Chris Allen, quien visitó Cuba hace tres años y experimentó una repentina pérdida de sensación en sus extremidades, se suma a una lista creciente de estadounidenses que se preguntan si fueron víctimas de ataques misteriosos en La Habana. No hay pruebas de que los síntomas de Allen tengan relación con los 22 casos “confirmados médicamente” de los que habla el gobierno en Washington. (Chris Allen via AP)
Esta foto provista por el estadounidense Chris Allen muestra la vista de La Habana, desde su habitación 1414 en el Hotel Capri en abril de 2014. Allen visitó Cuba hace tres años y experimentó una repentina pérdida de sensación en sus extremidades. Ahora se suma a una lista de estadounidenses que se preguntan si fueron víctimas de ataques misteriosos en La Habana. No hay pruebas de que sus síntomas tengan relación alguna con los 22 casos “confirmados médicamente” de los que habla el gobierno en Washington. Foto: Chris Allen via AP.

En el foro, el Doctor en Ciencias Médicas Nelson Gómez Viera, Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Hermanos Ameijeiras y también miembro del Comité de Expertos de la Isla, aseguró que, según los estudios realizados y las pruebas entregadas por Estados Unidos, hay un síntoma que no es coherente.

De acuerdo con Viera, la conmoción cerebral –también llamada lesión cerebral menor– surge como resultado de un trauma craneal o un proceso de aceleración o desaceleración brusca del cráneo, y tiene una de sus características más visibles es la pérdida de la conciencia o el aturdimiento.

“Para que un arma sónica produjera una conmoción cerebral, tendría que comportarse como una onda de choque, lo cual no es el caso”, dijo el también Profesor e Investigador Titular, quien agregó que deberían reportarse, además, afectaciones no solo en el cerebro sino también en otras partes del organismo, que no han sido descritas en esta ocasión.

El Doctor en Ciencias Mitchell Valdés-Sosa, especialista de Segundo Grado en neurofisiología y director del Centro de Neurociencias de Cuba, insistió en que no existe ninguna base científica de los presuntos ataques acústicos y opina que estos hechos pudieran crear un precedente que comprometa los preceptos éticos de la ciencia en conflictos internacionales.

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En su criterio, el enfriamiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y las tensiones diplomáticas generadas por este episodio, así lo demuestran.

“Eso va en contra de las relaciones bilaterales y aunque en sus declaraciones dicen que no tiene nada que ver con los supuestos ataques, todo el ambiente que se creó alrededor de estos presuntos hechos crea el clima apropiado para moverse en esta dirección”, señaló.

Valdés-Sosa insistió en la necesidad de compartir datos “para que se puedan verificar, porque los datos justifican las conclusiones que se sacan de cualquier investigación”. Este criterio coincide con los reclamos de las autoridades cubanas, que han lamentado la falta de colaboración por parte del gobierno estadounidense al no compartir pruebas ni permitir a expertos cubanos Isla examinar a los afectados.

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Los supuestos ataques habrían dejado hasta la fecha una veintena de estadounidenses y canadienses afectados, y han motivado medidas por parte del gobierno de Donald Trump que han reducido al mínimo los servicios consulares entre los dos países.

Aunque Estados Unidos no ha acusado a La Habana de realizar los “ataques” sí han responsabilizado a la Isla de no cumplir con la protección de los diplomáticos estadounidenses en su territorio, algo que el gobierno cubano ha negado repetidas veces.

Cuba considera que el gobierno de Trump politiza el tema para “congelar” el acercamiento bilateral promovido por Raúl Castro y Barack Obama, y ha sido insistente en su disposición de continuar la investigación sobre lo sucedido.

Además del foro digital, se realizó un un documental que expone las conclusiones preliminares de los investigadores cubanos, según las cuales no existen evidencias que corroboren los hechos, ni se han identificado “posibles autores ni personas con motivación, intención o medios” para realizar los “ataques”.

A principios de octubre The New York Times publicó un artículo donde citaba a expertos en acústica afirmando que la teoría de los ataques sónicos «era más bien propia de una película de James Bond».

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