Proyecciones de Biocubafarma, una de las más jóvenes empresas de medicamentos en Cuba

El Grupo Empresarial de las Industrias Biotecnológicas y Farmacéuticas, conocido como Biocubafarma, tiene poco más de un año de creado. Le anteceden la experiencia del Polo Científico y Quimefa, las dos instituciones matrices, cuya fusión dio lugar a esta Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE), una especie de holding.

Sus objetivos quedaron definidos desde el primer momento: mantener e incrementar los estándares de salud y calidad de vida en la población cubana, y ser una fuente de capital y exportaciones, a partir de todo el potencial científico acumulado.

De manera general, la organización se dedica a desarrollar estrategias, tecnologías, productos y asistencia para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de múltiples dolencias. “Lo que nos diferencia de una multinacional o de cualquier empresa biotecnológico-farmacéutica tradicional -explica Norkis Arteaga, jefa del Departamento de Negocios-, es justamente el impacto en salud. Trabajamos muy cerca con el Ministerio de Salud Pública, en intervenciones complejas, en realizar guías terapéuticas para aplicarle a los pacientes”.

Biocubafarma fabrica más de 500 medicamentos, y entre productos y proyectos biotecnológicos suman 91: 33 oncológicos, 18 cardiovasculares, 33 vacunas contra enfermedades infecciosas, y 7 fármacos  para combatir la diabetes y otros padecimientos.

Los números confirman el prestigio de estos sectores en el ámbito internacional. Actualmente el Grupo cuenta con más de 1700 patentes concedidas en numerosos países y más de 2000 solicitadas. “Esto también nos da soberanía, podemos decidir qué hacer con nuestros productos sin que nadie venga a impedirnos actuar con respecto a ellos”, comenta Arteaga.

Asimismo se han realizado transferencias de tecnología a Brasil, Viet Nam, India, Sudáfrica, Venezuela, Argelia, Irán y China, sobre todo en el entorno de la cooperación Sur-Sur.

Existen 19 entidades en el extranjero regidas por Biocubafarma mediante distintas modalidades: empresas mixtas o totalmente de propiedad cubana, representaciones, entre otras. Sus producciones se comercializan en más de 50 países, y en varias regiones poseen más de 700 registros sanitarios; es decir, la aprobación que otorgan las autoridades de salud para usar el fármaco.

Las industrias biotecnológicas y farmacéuticas logran entonces exportaciones con alto valor agregado y de mayor nivel tecnológico. Su alianza estratégica con la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos (SMC) perfecciona esas posibilidades, pues las prestaciones se complementan con equipos, medicamentos, vacunas, con el fin de ofrecer un paquete integral.

Esto significa un salto cualitativo notable respecto al repertorio clásico de materias primas y productos tradicionales, como azúcar, níquel, tabaco y ron. Además, Cuba se coloca en la vanguardia mundial de un renglón altamente complejo y costoso. Téngase en cuenta que la primera empresa de este tipo nació en Estados Unidos, en 1976. Cinco años después aquí aparecía una institución con dicho perfil científico, y en 1986, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.

El surgimiento de Biocubafarma establece un hito en materia de inversiones, pues con ella se hace posible la incursión del capital foráneo en esta área, principalmente en la construcción de plantas, y en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.

“Nuestra organización hoy tiene mucha más potencialidad de generar producto que capacidad productiva instalada. Tenemos gran demanda de mercado y muchas veces no podemos satisfacerla porque las capacidades no son suficientes”, señala la jefa del Departamento de Negocios.

Algunas ventajas que ofrece el país a los futuros negocios en la rama son la flexibilidad en el porciento de participación, si fuera una empresa mixta, además del personal altamente calificado, la experiencia en el diseño de estas instalaciones, y una línea de productos importantes.

“Quiere decir que no estamos hablando de construir fábricas que no tuvieran contenido -puntualiza Arteaga-, lo que necesitamos es precisamente el financiamiento, porque la capacidad intelectual está presente”. De igual forma ambas partes aportarían el acceso a diferentes mercados.

Biocubafarma es una entidad autofinanciada, con empresas de ciclo cerrado, o sea, asumen todo el proceso de investigación, desarrollo, producción y comercialización. Directivos del Grupo han declarado que durante los próximos cinco años se proponen duplicar sus exportaciones, con estimados por encima de 5 mil millones de dólares.

Untitled

Salir de la versión móvil