Desde Sancti Spíritus alertan a los conductores de vehículos ante las grandes poblaciones de cangrejos rojos migrantes que cruzan el pavimento después de “las lluvias de los últimos días”.
Según un reporte de la radio local, la alerta es para conductores de vehículos que circulan por la carretera que une a la ciudad de Trinidad con la provincia de Cienfuegos, principalmente en horas de la mañana o de la tarde.
“Cientos de estos animalitos mueren aplastados por neumáticos, que a veces terminan ponchados también debido a sus fuertes tenazas”, apunta el reporte.
Los tramos de Yaguanabo, Río Hondo y Cabagán parecen concentrar la mayoría de estas migraciones, según testimonios ofrecidos para este reporte.
Aunque la migración de los cangrejos rojos en Cuba es un evento centenario, sigue llamando la atención de los especialistas, que se fascinan ante su paso del bosque a la costa para su reproducción.
Según abunda otra nota de Prensa Latina, cada hembra produce entre 300 mil y 700 mil huevecillos, que conserva adheridos al cuerpo y al momento de su nacimiento regresan al mar para su liberación.
“Si no queda otra alternativa que transitar por la carretera Trinidad-Cienfuegos se debe evitar hacerlo en horas de la mañana o de la tarde y a poca velocidad: así se estaría preservando la vida de estos animales y los conductores no lamentarían contratiempos en su viaje”.
Esta especie, conocida como cangrejo de tierra o cangrejo zombi, no es exclusiva de Cuba, y está presente en otros puntos del Caribe, pero, apunta el reporte, “son parte indispensable del paisaje en varios sitios de la isla, principalmente en la Ciénaga de Zapata”.
Hacen su vida en pantanos, ciénagas, manglares y otros terrenos blandos y fangosos, donde crean cavernas de unos 10 y más centímetros de diámetro y casi dos metros de profundidad.
El cangrejo rojo no se recomienda para consumo humano, pero los especialistas defienden su conservación desde el punto de vista ecológico, ya que sirven de alimento a otras especies terrestres y marinas.
La elección de este crustáceo como alimento traería consecuencias adversas para el hombre, pues su color rojo resulta de la acumulación de Tungsteno en su caparazón.