Criocirugía: ¿próxima novedad de la medicina cubana?

Equipo Crioeva, creado por el Ingeniero Elio Villarreal Acevedo. Foto cortesía del autor.

Equipo Crioeva, creado por el Ingeniero Elio Villarreal Acevedo. Foto cortesía del autor.

Un procedimiento barato, efectivo, válido para más de 150 patologías y 19 especialidades, capaz de ahorrar millones de dólares con la sustitución de procederes quirúrgicos tradicionales, pudiera ser el resultado para Cuba de un Proyecto de Criocirugía y Crioterapia previsto para comenzar en 2017.

No obstante, su puesta en marcha dependerá de la obtención del financiamiento necesario para producir a gran escala el equipo CRIOEVA, creado y perfeccionado por el ingeniero Elio Villarreal Acevedo, especialista con más de treinta años de experiencia. Con este dispositivo se aplica nitrógeno líquido a temperaturas de hasta -196 grados, que puede utilizarse en el tratamiento de diferentes enfermedades.

Según un estudio documentado con datos estadísticos del Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras –donde se usan equipos creados por Elio desde hace más de dos décadas– los resultados en el plano económico serían extraordinarios. El ahorro proyectado con su generalización en 84 hospitales generales y clínicoquirúrgicos de la Isla y en apenas tres patologías de la especialidad de Otorrinolaringología, sería superior a los 14 millones de CUC al año. Estas cifras multiplican sus dimensiones si se amplían las especialidades y las instituciones hospitalarias en las que podría emplearse.

“No existe nación del mundo con una aplicación pensada a estos niveles. Además, ya contamos con suficiente personal capacitado en estas tres décadas. Esta tecnología resulta ideal para los países pobres y para aquellos con una visión social de la medicina, como lo es Cuba”, afirma Villarreal, quien es autor y asesor del Proyecto Global CRIOEVA de Desarrollo de la Criocirugía y la Crioterapia en Cuba.

Para explicar el sentido del proyecto es pertinente decir que la Criocirugía es la técnica quirúrgica basada en la destrucción controlada de las células y tejidos patológicos mediante la acción de elementos refrigerantes a temperaturas bajo cero sobre los tejidos afectados. Por su parte, la Crioterapia consiste en la aplicación del frío con fines terapéuticos para provocar un amplio espectro de efectos como son analgésico, dilatación, contracción y otros, destinados a curar determinados padecimientos.

Para Elio la historia se remonta tres décadas atrás, cuando se conocía muy poco al respecto en la Isla. La introducción de estas técnicas en Cuba se debe en gran medida a su voluntad personal. Derribó puertas, visitó hospitales de todo el país, impartió cursos, conferencias y talleres, concedió entrevistas, divulgó toda la información que cayó en sus manos. Esta experiencia le sirvió para escribir un libro titulado “Criogenia, Criocirugía y Crioterapia” e incrementar así la popularidad de estos procederes, los cuales pudieran ser la próxima novedad de la medicina antillana.

La Dra. Marta Ortega Lamas se encuentra entre los médicos que han empleado las técnicas promovidas por Villareal. Especialista de segundo grado en Otorrinolaringología, profesor consultante y Máster en Ciencias, ella labora en el Hospital Hermanos Ameijeiras con uno de los equipos producidos por el ingeniero. Por los resultados de esta tecnología en su especialidad obtuvo recientemente el Premio Anual de Mayor Impacto Económico y Social, que otorga la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores.

“Las ventajas son incontables”, afirma Ortega Lamas. “Se hace en la consulta externa, libre de sangramiento y de complicaciones. Cuando el paciente se levanta de la silla, puede realizar todas sus actividades habituales, porque siente solo una molestia ligera, pero no requiere certificado”.

El Ing. Elio Villarreal Acevedo y la Dra. Marta Ortega Lamas en una sesión de criocirugía.
El Ing. Elio Villarreal Acevedo y la Dra. Marta Ortega Lamas en una sesión de Criocirugía. Foto cortesía del autor.

Otros beneficios de la Criocirugía y la Crioterapia son el no requerimiento anestésico en la mayoría de las aplicaciones, la reducción del dolor post-operatorio, una cicatrización excelente, además de un efecto inmunológico comprobado.

Su empleo facilita la operación de pacientes con problemas de coagulación y personas que por su profesión no admitan la cirugía clásica, como la Amigdalotomía en cantantes. A esto se suma su empleo, sin peligro, en ancianos, obesos hipertensos, cardíacos, diabéticos, post-infartados, pacientes cirróticos o con una gran insuficiencia hepática, pacientes de alto riesgo quirúrgico o con muy bajas defensas, pacientes con marcapasos, con problemas renales y aquellos que por distintas causas no pueden someterse a la anestesia general.

Junto a sus virtudes médicas, también resalta la factibilidad económica. La Dra. Ortega Lamas explica que un litro de nitrógeno líquido tiene un costo de apenas 40 centavos CUP en la Isla y con este, ella opera entre quince y treinta pacientes.

“Es tan barato por ser un subproducto de la obtención del oxígeno, que debes obtener de todas maneras, con el costo pequeño del almacenamiento. Se le usa muy poco, y el resto que no es posible almacenar se expulsa a la atmósfera”, confirma Elio.

La Criocirugía ha abierto nuevas posibilidades para la medicina en todo el mundo. Su empleo se ha extendido a muchas especialidades, más allá de aquellas como la dermatología y la ginecología en las que se utilizaba inicialmente. No obstante, quienes la prefieren, han debido enfrentar desconocimientos y prejuicios alimentados durante años.

En opinión de Elio, el carácter comercial de la medicina que prima en el mundo es una barrera para la sistematización de este proceder. “¿De qué vive un hospital en la economía capitalista? De reconocer al paciente, hacerle análisis y chequeo, ingresarlo, llevarlo al salón de operaciones, y después seguir con su hospitalización. Con esta técnica todo ello se elimina y no se puede cobrar tanto por un tratamiento sencillo”, afirma el especialista, Miembro Activo del Colegio Iberoamericano de Criocirugía.

No obstante, ha recibido muestras de interés de varios países latinoamericanos, lo cual confirma su teoría sobre las perspectivas de este procedimiento para la región.

Para la producción del CRIOEVA fue creada una empresa en Ecuador, gracias a lo cual se fabricaron varios equipos. Algunos de estos están repartidos en hospitales de la Isla, pero el fallecimiento del socio inversionista detuvo la producción.

“El proyecto está aprobado por el Ministerio de Salud Pública para comenzar a partir de enero de 2017”, comenta Elio sobre la situación actual, “pero buscamos todavía financiamiento. Ya tenemos pensado un sistema para la capacitación y el entrenamiento del personal médico. Funcionaría como un efecto dominó. Nosotros capacitaríamos a especialistas de otras provincias en La Habana, y estos lo harían luego en sus territorios.

“De lograr el dinero para la inversión, en un mes podríamos tener unos sesenta equipos en las manos, pero en Ecuador, que es donde está localizada la materia prima y se halla montada la tecnología. Obtenerlos en Cuba, con la calidad requerida, no es posible en estos momentos, aunque podría ser factible más adelante”, afirma el ingeniero, quien ya ha discutido el tema logístico con varias empresas nacionales.

Fuera de La Habana muchos esperan por los equipos. El Dr. Fidel Castro Pérez, especialista de segundo grado en Otorrinolaringología, es uno de los interesados. Médico del hospital del municipio de Sandino, Pinar del Río, recuerda cuando recibió una preparación sobre Criocirugía hace más de diez años. La falta de equipamiento detuvo entonces sus deseos de aplicar lo aprendido.

“Sin dudas es una técnica muy efectiva”, sentencia. “Ojalá algún día pudiera tener un equipo, para utilizarlo en mi hospital”. La generalización de CRIOEVA sería la respuesta a su aspiración.

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