Cuba busca expandir la industria del reciclaje “para la sustitución de importaciones y el incremento de los volúmenes exportables”, informa la agencia Prensa Latina.
De acuerdo con Mario Hernández, director de Desarrollo del Grupo Empresarial de la Industria Sideromecánica (Gesime), la recolección de materiales de desecho en la Isla cuenta con una estrategia de desarrollo, diseñada por estapas hasta 2030, para lograr un reciclaje “con altos estándares de competitividad”.
La estrategia “busca incrementar el valor agregado de desechos reciclables mediante el perfeccionamiento de la clasificación y compactación de desperdicios en su origen” y “persigue la disminución de los costos de transportación y almacenaje y un mayor procesamiento para la entrega de mejores productos”, aseguró.
Además, se espera la incorporación a esta industria de desechos con bajos niveles de procesamiento o que actualmente no se reciclan, como los neumáticos fuera de uso, la chatarra electrónica, las baterías, las lámparas fluorescentes, los envases con recubrimientos especiales, los escombros de la construcción y la madera.
El objetivo es incrementar el índice de recuperación global al 40 por ciento de estos productos, aseveró Hernández.
El director de Desarrollo de Gesime explicó que hasta 2020 “se prevé el inicio del manejo de los residuos sólidos urbanos“, para la obtención de desechos reciclables y la generación de energía eléctrica, proyecto que comenzaría por La Habana. Una empresa mixta aún en fase de negociación será la encargada de esta actividad, según dijo a Prensa Latina el director de Negocios de Gesime, Raúl Díaz.
La inversión superará los 500 millones de dólares y abaracará desde la recolección de los residuos sólidos en origen hasta la transportación y el procesamiento. Parte de esos residuos sólidos se destinarán a la generación de energía eléctrica y el resto se recolectará como materia prima para la industria, añadió Díaz.
Nuevo equipamiento
La política de desarrollo para la recuperación de materiales “debe favorecer el establecimiento de parques profesionales industriales de reciclaje y la entrada en vigor de sistemas de estimulación financiera para aumentar la conciencia respecto al acopio de desechos”, afirmó Hernández, quien agregó que hasta 2020 “deben incrementarse también las labores de desguace de embarcaciones”.
La estrategia cubana busca que antes de 2026 se perfeccione el sistema de reciclaje de los residuos sólidos urbanos en otras provincias de la Isla como Matanzas, Villa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba. También el establecimiento de nuevos sistemas de clasificación para los productos recuperados, “lo que favorecerá un crecimiento de la tasa de reciclaje de los residuos a niveles de entre el 60 y el 75 por ciento”.
De acuerdo con las proyecciones, deben incluirse mejoras a la tecnología disponible y a la política de logística actual para las capacidades de recuperación y el procesamiento de desechos reciclables.
Entre las prioridades están la instalación de un nuevo equipamiento de recolección y clasificación, de equipos de desguace y de plantas automáticas de procesamiento y de generación de electricidad.
Dentro de las transformaciones proyectadas se encuentra el aporte de caucho troceado, del cual la industria del cemento obtiene combustible, así como la obtención de “una gama más amplia de artículos para la elaboración de materiales para la construcción en vidrio, plásticos y productos resultantes del procesamiento de escombros”.
También se prevén mayores contribuciones a las industrias textil, de materiales de la construcción, de envases y embalajes y al proceso fabril del acero .
Juana Herrera, especialista del Ministerio de Industrias, dijo a Prensa Latina que para este año “se proyecta reutilizar 112 millones de envases de cristal, 61 millones más que los recuperados en 2013”, un incremento de más del 50 por ciento durante el último quinquenio.
