Cuba: Se acabó la sequía

La sequía de los últimos tres años terminó con las lluvias de 2017. Foto: Vicente Brito.

La sequía de los últimos tres años terminó con las lluvias de 2017. Foto: Vicente Brito.

Por más de tres años la sequía fue un azote para Cuba. Para quienes llevan los registros y estudian los patrones de lluvias, ha sido la peor del nuevo milenio.

En especial la padecieron los campesinos, que vieron como muchas cosechas se perdían en los campos sedientos, y también los miles de cubanos que necesitaron pipas y pipas para paliar la escasez de agua en sus hogares.

Sin embargo, al comienzo de 2018 el panorama es muy distinto.

Las abundantes lluvias de los últimos meses de 2017, sobre todo las que llegaron con el huracán Irma, mejoraron la situación en la Isla.

El promedio nacional de las lluvias en 2017 fue de fue de 1,527 milímetros cúbicos, lo que equivale al 114 por ciento del valor histórico anual, de acuerdo con el especialista del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) Argelio Fernández.

Respecto a 2016, cuando el promedio nacional fue de 1,284 milímetros, el crecimiento resultó de un 15 por ciento. El año pasado, los acumulados de lluvias superaron las medias históricas en todas las provincias y en un total de 143 municipios de la Isla.

Foto: Ramón Espinosa / AP.

En las tres regiones de Cuba los acumulados de 2017 estuvieron por encima de lo habitual. En occidente cayeron 1,534 milímetros (107 por ciento más que el promedio histórico), en el centro se registraron 1,584 milímetros (121 por ciento) y en oriente fueron 1,457 milímetros (114 por ciento).

Los números contrastan significativamente con 2016, uno de los cinco años más secos en las tres últimas décadas en Cuba. Entonces, el 32 por ciento de todo el archipiélago cubano mostró déficit en los acumulados de las lluvias.

Al iniciar 2017, más del 70 por ciento de los municipios estaban en distintas categorías de sequía hidrológica; de ellos, 52 en una condición severa y 53 en extrema, a lo que se unía la depresión de las fuentes subterráneas.

Sin embargo, tras los doce meses que siguieron en ningún municipio se registraron cifras por debajo del 50 por ciento de la media, mientras que las principales fuentes de agua subterránea que abastecen a las ciudades y polos turísticos del país se encuentran en estado normal.

Vacas sedientas en Camagüey

Las presas, antes y después de Irma

El aumento de las lluvias en 2017 permitió la recuperación de los embalses cubanos, que en los peores momentos de la sequía llegaron a estar por debajo del 40 por ciento de su capacidad.

En julio del año pasado, los más de 200 embalses del INRH contenían 3,662 millones de metros cúbicos de agua, lo que representa entonces el 40 por ciento de su capacidad total. La parte utilizable era de 2,984 millones, apenas el 34 por ciento.

Sin embargo, al cierre de 2017 almacenaban 7,532 millones de metros cúbicos, el 83 por ciento de su capacidad.

Fue ilustrativo el caso de la presa Zaza, la mayor de Cuba, ubicada en Sancti Spíritus. Con capacidad para 1,020 millones de metros cúbicos, la Zaza llegó a estar a solo al 11 por ciento de su capacidad, pero con las lluvias del huracán Irma abrió sus compuertas por primera vez en cuatro años.

En solo 24 horas durante el huracán, la presa recibió más de 450 millones de metros cúbicos de agua y los días siguientes continuó aumentando su nivel. La presidenta del INRH, Inés María Chapman, dijo que los acumulados de la Zaza después de Irma “son para que duren dos y tres años”.

Lluvias de Irma llenaron las presas cubanas

En total, en septiembre las lluvias superaron en 2,851 milímetros el acumulado de ese mes en 2016 y en 1,461 milímetros el promedio histórico.

De acuerdo con los especialistas, la sequía es un fenómeno cíclico causado principalmente por la escasez de precipitaciones. Estudios del INRH, el Instituto Nacional de Meteorología y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, apuntan a una transformación en el patrón de las lluvias provocado por el cambio climático.

En 2017 José Antonio Hernández, director de Uso Racional del Agua del INRH, explicó en televisión que el cambio climático está haciendo que llueva cada vez menos en el Caribe. Además, ha provocado un desplazamiento del período lluvioso, disminución de las precipitaciones en la montaña y el aumento en las zonas llanas y costeras, con efectos negativos en la acumulación de agua.

Fidel Castro, entonces primer ministro de Cuba, fuma durante su reunión con dos senadores estadounidenses, los primeros en visitar la Cuba después de 1959. La foto fue tomada en La Habana, Cuba, el 29 de septiembre de 1974. Foto: AP.

Cuba había adoptado estrictas políticas de ahorro y distribución del agua. Incluso se manejaron alternativas como emplear un avión ruso para “sembrar nubes” y provocar lluvias por medio de reactivos químicos.

Ante este panorama, las lluvias de los últimos meses parecen una bendición. No obstante, todos los excesos son malos.

El incremento lluvioso en el cierre de 2017 va teniendo en la zafra azucarera una víctima colateral. Recién se informó que una veintena de los centrales que debían moler en esta campaña seguían cerrados por las afectaciones provocadas por la lluvia en la caña.

El diario Granma fijó los daños en el 70 por ciento de las plantas, que no maduraron a tiempo y acumularon menos sacarosa de la necesaria por el exceso de humedad.

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