¿Dónde hay? Soluciones cubanas en WhatsApp ante la escasez

En tiempos en que faltan los alimentos básicos, acceder en tiempo real a la información de dónde se pueden adquirir es una gran ventaja.

Foto: Kaloian Santos Cabrera.

Si durante los años 90 del Período Especial una vecina podía avisar a la puerta o con un grito que vino pollo a la carnicería, hoy las tecnologías y el internet, a cambio de un precio todavía injusto, trasladan y amplían el barrio al celular en una nueva forma: los grupos de WhatsApp.

“¿Dónde hay?” es uno de esos grupos, creado primero entre amigos, y que ahora reúne a cientos de personas.

“El grupo surge porque ya yo pertenecía a otros de varios temas y los vi tan útiles y tan activos que se me ocurrió aprovechar lo que teníamos a mano para ayudar con la crisis que tenemos ahora mismo”, dice Dalma Martínez, una de las administradoras, refiriéndose a la escasez de alimentos que el gobierno intenta paliar con medidas de racionamiento.

Martínez explica que el objetivo principal “justo como dice el nombre, es ubicar los productos de comida en La Habana, ya que sacan los productos en diferentes tiendas y horarios y nos ayudamos y podemos ir directamente a buscar lo que necesitamos”.

En tiempos donde los alimentos básicos escasean y las deficiencias en el transporte son un problema, acceder a la información en tiempro real de dónde se encuentra un producto determinado resulta casi imprescindible para ahorrar tiempo, dinero, energía y, por supuesto obtener lo que se necesite, sea comida, materiales de construcción, detergente, y otros, explican las creadoras de “¿Dónde hay?”.

“Ahora puedo ir directamente a donde sé que hay el producto; antes tenía que caminar 20 tiendas distintas para buscar algo y la mayoría de las veces no lo encontraba. Ahora es mucho más fácil”, comenta Martínez.

El grupo surgió primero entre amigos o conocidos, pero se fue ampliando hasta incluir a cualquier persona que desee colaborar o necesite la información.

“Al principio se llamó ‘¿Dónde hay comida?’ pero cuando fuimos abriendo los otros grupos, lo dejamos en ‘¿Dónde hay?’ porque la gente necesitaba saber de más productos”, dijo Rosana Vargas, otra de las administradoras en WhatsApp.

Como el máximo de personas permitidas en un grupo de WhatsApp es de 256, los administradores de los grupos han tenido que crear hasta tres en pocos días, con el mismo nombre pero con números que los identifican.

Funcionan de una forma básica y responden a una dinámica “no escrita” pero que todos parecen conocer: nada de política, nada de publicidad o spam no relacionado con las necesidades del grupo, nada de chistes o mensajes en cadenas, etcétera.

Martínez explica que “la necesidad hace que las personas se hayan concentrado muchísimo en el objetivo del grupo, aunque siempre entraba alguien que se va del tema, sobre todo al inicio, y se ponía a debatir las causas y consecuencias de la situación que estamos viviendo, pero al final se aclaraba que el grupo no era para eso y la mayoría se ceñía al objetivo”.

Si alguien transgrede esas “normas comunitarias”, es excluido del grupo, explicaron sus organizadoras.

Vargas cuenta que el uso de esta modalidad en WhatsApp en su caso va desde grupos de reunión para dueños de perros Labradores, promoción de proyectos de artistas, además de otros grupos de amigos y familiares como es normal en esta plataforma de creciente popularidad en Cuba.

Luego de haber creado estos grupos dedicados solo a encontrar productos en La Habana, Vargas supo de otros que existen con el mismo objetivo, con nombres como “Basic”.

Martínez explicó que al ser de la rama de la tecnología, valora mucho la utilidad de interconexión a través de los móviles.

“La llegada de Internet a los celulares en Cuba, aunque tardía, puede ayudarnos muchísimo en miles de cosas. En estos momentos de crisis tan grande que hay en la isla sin duda es prioridad para la mayoría aprovechar al máximo las bondades de Internet y poder estar comunicado”, añadió.

En cuanto a la relación costo-beneficio de utilizar WhatsApp en lugar de mensajes o llamadas tradicionales por celular, la balanza se inclina completamente a favor de la primera opción.

La periodista especializada en ciencia y tecnología Gabriela M. Fernández comparó a inicios de este año lo que significaba hacer una llamada por Whatsapp con hacer una llamada por el servicio de telefonía de Etecsa.

“Si hicieras una llamada tradicional a España costaría 1.20 CUC el minuto. O sea, hablas 10 minutos y consumes 12 CUC. Sin embargo, con 10 CUC de tu saldo principal compras 1GB de datos para comunicarte un mes entero con llamadas, videollamadas y chat con tu familia y amigos.”

Las tarifas de Etecsa muestran el cambio reciente de costo por un megabyte, pues anteriormente representaba 1 CUC y ahora es 0.10 CUC para navegar por internet.

Conectarse a Whatsapp y enviar mensajes o llamar a través de la aplicación representaría un ahorro considerable respecto al uso de mensajería SMS o llamada “normal”. Sin mencionar el alcance a muchas más personas en el mismo tiempo.

Si bien no todos los cubanos tienen acceso a Internet ni pueden permitirse el lujo de la conexión móvil, Martínez insiste en que el alcance va mucho más allá de los miembros del grupo en sí.

“Una persona puede avisar a varias más y así se distribuye más rápido la información. El cubano es el mismo de siempre, busca soluciones y alternativas y se ayuda entre sí”, dijo Martínez.

“Nuestros padres buscaron alternativas de igual modo en el anterior Período Especial, aunque era más difícil porque no había ningún producto en las tiendas, o sea, había que ingeniárselas más”, comentó Martínez y añadió: “Estamos aquí y todo lo que podamos hacer para ayudarnos un poco con la situación será agradecido”.

Por su parte, Vargas concluyó: “Si estos grupos ayudan a las personas, seguiremos apoyando, aunque haya que abrir 100 más”.

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