Crecimiento estimado del 2 % en 2022 deja a la economía cubana lejos de niveles previos a la pandemia

Las previsiones oficiales indican un segundo año de crecimiento en el Producto Interno Bruto (PIB), aunque reconocen el escaso impacto de esos avances para revertir la profunda crisis económica que vive la Isla. Desde el Ministerio de Economía y Planificación (Mep) se proyecta un crecimiento del 3 % para 2023. Las autoridades preciben "condiciones" que favorecerían la recuperación.

Foto: Marcelino Vázquez/ACN

El gobierno cubano espera que la economía  cierre el 2022 con un crecimiento del 2 %, dos puntos por debajo de lo planificado, y un 8 % por debajo de los niveles previos a la pandemia de la COVID-19.

Durante la primera jornada del décimo período de sesiones de la actual legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), el titular del Ministerio de Economía y Planificación (Mep), Alejandro Gil Fernández, calificó el presente año de “duro y difícil”.

Al presentar el informe a los diputados sobre la marcha de la economía, expuso que, con respecto a 2019, el último ejercicio completo antes de la pandemia, las actividades primarias son actualmente un 32,8 % menores, las secundarias son un 17,9 % y las sociales se encuentran aún a un 6,8 % por debajo, de acuerdo con la reseña de la agencia Efe.

Gil Fernández aseguró, además, que en 2022 no se va “a concretar el crecimiento de las exportaciones” previsto, y que los ingresos en divisas y en moneda nacional van a ser “inferiores al plan”.

Asimismo, indicó que los ingresos por exportación de bienes (tabaco, ron y miel, principalmente) “prácticamente se han recuperado” a los niveles de hace tres años.

En cuanto al turismo, segundo pilar del PIB y que ocupa igual lugar entre las mayores fuente de ingreso de divisas a la economía, el funcionario aseguró que tampoco se logrará el objetivo de recibir 2,5 millones de visitantes extranjeros, pues como se reconoció antes la cifra solo llegará a 1,7 millones de turistas.

Sobre las principales causas de ese pobre desempeño, señaló la inflación, cuya cifra anual acumulada se fijaba al cierre de octubre oficialmente en un 28.76 %, y la actual crisis energética que atraviesa el país.

Indicó que se ha registrado un “incremento sin precedentes de los precios de las principales importaciones”, en referencia a alimentos y combustibles (Cuba importa aproximadamente el 80 % de los bienes que consume).

Además, reconoció que el Sistema Energético Nacional (SEN) ha atravesado este año un período “muy difícil” debido al encarecimiento del combustible.

Agregó que para no afectar excesivamente a la población con los apagones, se paralizaron de forma regular actividades económicas, de la industria a la agricultura, lo que a la larga perjudica a la ciudadanía porque hay menor producción y oferta. Esto atiza, dijo, la escasez y la inflación.

El ministro reconoció que las medidas implementadas para estabilizar la economía aún no han logrado los efectos deseados, aunque, dijo, están empezando a dar resultados.

No obstante, mencionó algunos logros en cuanto a decisiones relacionadas con el mercado monetario. Señaló que en solo cuatro meses de aplicación se compraron más de 15 millones de dólares, 10 veces más de lo que se adquirió anteriormente, según reseña la Agencia Cubana de Noticias (ACN).

Respecto a la participación de la inversión extranjera en el mercado mayorista y minorista, comentó que se trabaja en cerca de 60 proyectos.

En contraste, destacó que se cerrará el año con 480 empresas estatales con pérdidas, muchas afectadas por medidas del gobierno para topar precios, asunto que se debe revisar, dijo, pues “no todas son ineficientes”.

Cuba sufre una grave y prolongada crisis económica, agravada por los efectos de la pandemia de la COVID-19, el endurecimiento de las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos y el poco efecto de las medidas adoptadas para superar la compleja situación.

En medio de esas circunstancias, la población ha sufrido a lo largo de todo el año escasez de productos básicos (alimentos, medicinas, combustible), dolarización parcial de la economía y frecuentes y prolongados cortes en el suministro de electricidad.

Las previsiones para 2023 no parecen destinadas a cambiar el panorama, aunque el gobierno ha proyectado un crecimiento de un 3 % en la economía. De suceder, encadenaría una racha positiva, toda vez que ese índice fue de 1,3 % en 2021.

Al presentar a los diputados el Plan de la Economía para el próximo año, Gil precisó que en 2023 se va a “seguir avanzando en la recuperación gradual de la economía”, y auguró “un mejor desempeño” a partir de lo que identificó como “luces”, “alternativas” y “soluciones”.

A precios constantes, el Producto Interno Bruto (PIB) puede alcanzar en 2023, según el plan ministerial, los 53.931 millones de pesos cubanos (2.248,4 millones de dólares), frente a los 52.360 millones (2.182,9 millones de dólares) del estimado para 2022, los 51.334 millones de 2021 (2.140,1 millones de dólares), los 50.698 millones (2.113,6 millones de dólares) de 2020 y los 56.932 millones (2.373,5 millones de dólares) de 2019, de acuerdo con las cifras manejadas por Efe.

Gil apreció ciertas “condiciones” que favorecen la recuperación económica, como el control de la pandemia, la mejoría que se prevé para el sector turístico y los “resultados” de la gira internacional que realizó recientemente el presidente Miguel Díaz-Canel.

Díaz-Canel visitó en noviembre Argelia, Turquía, Rusia y China para sostener intercambios con las máximas autoridades de esas naciones sobre la reestructuración de la deuda pública y el suministro energético como principales puntos.

EFE/OnCuba

 

 

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