De la gasolina especial y otras tribulaciones

Foto: Eric Caraballoso Díaz.

Foto: Eric Caraballoso Díaz.

La cara de la dependienta lo decía todo. Enarcó las cejas en un gesto de asombro que pronto se convirtió en sarcasmo. “Chico, ¿tú no vives en Cuba?”, le disparó al atribulado comprador, “¿nadie te dijo que la gasolina especial no se está vendiendo?”.

“Bueno…”, titubeó el hombre, “claro que lo oí, pero no perdía nada con preguntar. A lo mejor aquí quedaba todavía…”

La dependienta soltó una risita triunfal: “Pues no queda ni para los turistas. Tenías que haber venido ayer a hacer la cola, a lo mejor cogías algo…”

La escena no es ficticia. Ocurrió este sábado en una gasolinera del municipio Plaza, de La Habana. Su telón de fondo fue la entrada en vigor ese mismo día de una disposición de Unión Cuba-Petróleo (Cupet) que limita la venta de la gasolina especial o “Premium” en la Isla.

La medida indica que a partir del 1ro de abril solo se venderá este tipo de gasolina, de elevado octanaje, en efectivo y a los turistas, hasta que se agote la que permanece en inventario en las estaciones del monopolio petrolero cubano.

La circular de Cupet confirma que no se entregará gasolina especial a las empresas estatales, que en su lugar deberán consumir la gasolina regular en las mismas proporciones en que tenían asignada la “Premium”. Para esto, las tarjetas magnéticas que permitían a estas empresas comprar la gasolina especial serán sustituidas por otras habilitadas para adquirir la regular.

De acuerdo a la notificación circulada, la entrada en vigor de esta medida no exime a las entidades estatales de cumplir las actividades productivas y servicios previstos para estas.

Hasta el momento se desconoce si la afectación se extenderá más allá de abril. La prensa estatal cubana no ha dicho nada sobre la disposición de Cupet, sus causas y posible duración. Tampoco ha hecho referencia al cierre de algunos servicentros que vendían la gasolina especial ni a las colas que se multiplicaron antes de la aplicación de la medida.

Interrogados por OnCuba, trabajadores de varias gasolineras de La Habana dijeron no saber hasta cuándo podría prolongarse la situación. La notificación recibida oficialmente no hacía mención de ello. Muchos chóferes, sin embargo, no son optimistas.

Armando, quien maneja un Toyota, no esconde su preocupación. Como otros, solía alternar la compra de gasolina especial (1.20 CUC el litro) con la de regular (1.00 CUC) para cuidar su bolsillo, pero ahora ya no tiene esa alternativa. “Ya era bastante con que la especial muchas veces no lo fuera tanto”, dice, “ahora, solo con la regular, el carro lo va a sufrir a la larga”.

Para Geovani, chófer de un Lada que emplea como taxi, lo más preocupante es la causa. “El lío es Venezuela”, comenta. “La cosa está bien difícil por allá y en Cuba dependemos mucho del combustible venezolano. La escasez empezó por la gasolina especial –sigue, pero ¿y si se complica también la regular?”.

El temor de Geovani no parece infundado. La información sobre la medida de Cupet, publicada hace unos días por Reuters, establecía como detonante a “la crisis de combustible que atraviesa Venezuela”.

El petróleo y nuestra dependencia de cada día

Con una de las reservas petroleras más grandes del mundo, Venezuela atraviesa un difícil momento con su producción de gasolina. Los bajos precios del crudo a nivel internacional, las tensiones financieras generadas por ello, roturas y accidentes en las refinerías y problemas con la importación de los diluyentes necesarios, son algunas de las causas manejadas por los especialistas. Esto generó a fines de marzo un escenario de escasez en Caracas y otras ciudades del país.

Estas dificultades han tenido una indiscutible repercusión en Cuba, que depende en buena medida del suministro venezolano recibido como parte de los acuerdos de cooperación entre ambos países.

Según cifras de la empresa petrolera PDVSA, en 2015 Venezuela suministró a Cuba unos 87,000 barriles diarios de crudo y productos derivados con un valor total estimado en 1,467 millones de dólares. Estos envíos se redujeron en 2016 en medio de la crisis política y económica que atraviesa todavía aquel país, lo que incidió en el decrecimiento de la economía de la Isla en 0.9 por ciento.

Raúl Castro reconoció el impacto de esta situación en su discurso de fines de diciembre en la Asamblea Nacional. Antes, en su balance del primer semestre del año y ante la complejidad del escenario que se avizoraba, había reconocido “una determinada contracción en los suministros de combustible pactados con Venezuela” que provocaba “tensiones adicionales en el funcionamiento de la economía cubana”.

El presidente cubano llamó entonces a incrementar el ahorro y tomar medidas para “garantizar las actividades principales que aseguran la vitalidad de la economía, minimizando las afectaciones a la población”. Los apagones masivos y recortes al sector privado, que muchos temieron entonces, no llegaron a producirse.

Como respuesta, Cuba ha potenciado la búsqueda de otros suministros energéticos, tanto de combustibles fósiles –dentro y fuera del país– como de fuentes renovables, con la idea de reducir su dependencia de Venezuela. Para ello, el gobierno cubano no ha dudado en alentar la inversión extranjera como vía para catalizar el salto.

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Pero, a pesar de la reducción experimentada, los envíos venezolanos siguen siendo determinantes. Actualmente su aporte a la Isla se calcula en unos 55,000 barriles diarios. La posibilidad de que a corto plazo disminuyan más estos suministros ha quedado en el aire tras la suspensión de la venta de la gasolina especial y el silencio oficial al respecto. El fantasma de los apagones vuelve a despertarse.

En medio de tal incertidumbre, este lunes comienza en La Habana el VI Congreso de Petróleo y Gas “Petrogas 2017”. El evento reunirá a expertos y representante de compañías de Cuba, Australia, México, Canadá y Venezuela, entre otros países, y como parte del mismo se mostrará una actualización del potencial de hidrocarburos de la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México (ZEEC-GoM).

Además, se realizarán talleres relacionados con la tecnología de perforación de pozos horizontales y de largo alcance, la biotecnología y protección medioambiental y la aplicación de la química en la industria petrolera.

Los organizadores esperan que el congreso ayude a fortalecer los vínculos de la Isla con socios extranjeros, con vistas a relanzar los proyectos de prospección petrolera tanto en aguas profundas como someras. En la actualidad, Cuba produce unos 4 millones de toneladas de petróleo pesado y gas al año que cubren alrededor del 50 por ciento del consumo nacional, fundamentalmente la generación eléctrica.

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