Empresarios españoles, 20 años en Cuba

Xulio Fontecha, presidente de la Junta Directiva de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba (AEEC)

Xulio Fontecha, presidente de la Junta Directiva de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba (AEEC) / Foto: Roberto Ruiz.

Actualmente España es el tercer socio comercial de Cuba –tras Venezuela y China-, con un flujo global de importaciones y exportaciones cercano a 1000 millones de euros al cierre de 2013. El país ibérico figura entre los principales emisores de inversión a la Isla, y ocupa el primer puesto en los negocios mixtos en el turismo.

La conciliación en materia económica ha quedado refrendada desde 1994, mediante un Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRI). Asimismo, el Comité Empresarial Cuba-España, cuya sesión de trabajo número 19 tuvo lugar en diciembre pasado, contribuye a la regularidad de los vínculos.

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En tal contexto, la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba (AEEC), que ya cuenta con dos décadas de fundada, busca potenciar esas relaciones y afianzar la participación en el mercado nacional. La institución agrupa alrededor de 200 hombres y mujeres de negocios, representantes de compañías reconocidas, como el Banco Sabadell, Miguel Torres, Bankia, Sol Meliá, Iberostar, BBVA, Vima, entre otras. Xulio Fontecha, presidente de la Junta Directiva de la AEEC, conversó con OnCuba acerca de las perspectivas y el actual escenario de las relaciones económico-comerciales.

¿Cómo podríamos resumir, a grandes rasgos, la experiencia de los empresarios españoles en estos 20 años?

La Asociación de Empresarios Españoles es la única de su tipo en Cuba. Eso significa muchas cosas, en primer lugar, que España no es un país cualquiera para Cuba. Más allá de situaciones coyunturales de mercado, de geopolítica, etc., España tiene una importancia específica, no solo en el terreno cultural, histórico, familiar, sino también en el plano empresarial y económico. Contar con 200 asociados implica un peso fuerte en los suministros, el comercio, el turismo.

Al principio eran muy pocos empresarios, y luego fue creciendo el número. Hoy estamos en una cifra record, hay unos 30 empresarios que en 10 o 15 días se van a integrar en bloque. La idea es llegar al aniversario anunciando que somos 230 empresarios.

Alcanzamos esta fecha con muchos cambios, en un doble sentido: dentro de la asociación, que inició un proceso de reforma interna hace apenas cuatro meses, con una nueva directiva; y también una transformación notable en el contexto cubano, con temas como la Zona Especial de Desarrollo Mariel y la Ley de Inversión Extranjera.

En general se vive una sensación de apertura económica y de nuevas posibilidades, con fenómenos que se están viendo desde hace uno o dos años, como el trabajo por cuenta propia, la compraventa de propiedades, las mayores facilidades para varios procesos.

En su opinión, ¿qué nuevos negocios pueden vislumbrarse para los empresarios españoles a partir de la nueva Ley 118?

La ley es tan vasta y tan plural que puede haber de todo. España es la primera potencia en Cuba en materia de turismo, ya no en emisión de turismo sino en creación de plazas hoteleras, y todo parece indicar que con la Ley de Inversión Extranjera esto se va a multiplicar.

España tiene potencialidades que para el país pueden ser muy útiles, en sectores como la minería, la gestión de puertos y aeropuertos –que lleva a cabo en muchos lugares donde gana licitaciones-, en tecnología de energías alternativas. Cuba es un paraíso para la energía solar y eólica, que están poco explotadas.

En el tema agrícola y ganadero España es una gran potencia, como exportadora de alimentos de todo tipo. Entonces creo que ahora tenemos unas posibilidades inmejorables, al margen de que coyunturalmente economías como la china cobren un peso específico.

Me parece que España puede ser un excelente aliado económico y estratégico para el estado cubano, y con la Ley de Inversión Extranjera esto tiene que crecer. Nosotros recibimos muchas empresas españolas, incluso sin ser asociadas, que vienen a preguntarnos cómo está la situación, y en general están llegando de todos los sectores.

Otro objetivo de la Ley es atraer know how, buenas prácticas y formas de gestión. ¿Cuánto podrían aportar los empresarios españoles en este sentido?

Para empezar, nosotros tenemos un código de ética que tiene que cumplir todo asociado. Somos los primeros que colaboramos en la lucha contra la corrupción, irregularidades y delitos. Si en nuestro país, donde lamentablemente ha habido tanta corrupción vinculada al mundo político, lo deploramos como ciudadanos, lógicamente no vamos a estar en Cuba apoyando ese tipo de prácticas. Y si un asociado nuestro es descubierto en acciones como esas, es expulsado; según los estatutos, no por decisión mía o de la junta directiva.

Además, en cuanto a gestión empresarial, know how, explotación de negocios, creo que España es un buen ejemplo. De hecho, hay sectores como el turismo, donde cada vez es más frecuente que las empresas españolas radicadas aquí organicen seminarios, cursos, formación de empleados, de directivos.

En mi opinión eso es algo muy bueno que Cuba está sabiendo explotar. Queda contemplado en la Ley de Inversión Extranjera que cuando se cree un nuevo negocio haya capacitación de los ingenieros y ejecutivos cubanos. Para el empresariado nacional es más fácil comunicarse con socios españoles que con colegas de otros países. Llevo 25 años en la Isla y lo veo así.

La próxima edición de la Feria Internacional de La Habana, en noviembre, promete ser un gran momento, porque ya funciona el Puerto de Mariel y está en vigor la Ley 118 ¿Cuáles son sus expectativas con el evento, qué tienen preparado para esos días?

Tendrá lugar la visita de un representante importante del gobierno español, que hace tiempo no viene a Cuba. La feria va a tener mucha representación del Instituto de Comercio Exterior de España (ICEX). Con el tema de Mariel, y sobre todo de la inversión extranjera, esta edición ha despertado mucha expectativa, al margen de las leyes norteamericanas, que siguen siendo algo real.

Estarán muchos empresarios, sobre todo para invertir, no solo para comerciar. Esta visita política es muy importante para fomentar las relaciones, eso se echaba en falta durante los últimos años.

Mariel es uno de los proyectos más ambiciosos del país ¿Cómo usted valora esa iniciativa?

Todavía hay confusión, a pesar de que el estado cubano ha organizado delegaciones empresariales que han visitado los países europeos, han estado en España, Italia, Francia explicando, dando conferencias. Nosotros como Asociación preparamos una charla sobre la Zona Especial de Desarrollo Mariel y otra sobre la Ley de Inversión Extranjera. Pero sigue habiendo confusión, sigue habiendo gente que habla de la Zona Franca de Mariel, y no tiene nada que ver.

Creo que tal vez ha habido algunos problemas de presentación del proyecto. Por ejemplo, si quieres ir a Mariel a ver aquello, es muy complicado verlo. Entonces a veces te cuesta trabajo pensar en invertir en un lugar que es tan difícil de acceder. También quizás el tema de Mariel tiene que ver con ser productor o proveedor de productos y servicios para la propia Zona, o para exportar desde ahí, y eso no es tan fácil.

Sin embargo, sí despierta mucho más interés la Ley 118, a la cual sí muchos nos podemos acoger con relativa facilidad. Porque a lo mejor me gustaría montar en Cuba una fábrica de mesas y sillas para vender a los hoteles y sustituir importaciones; y resulta que hay una fábrica en Boyeros, abandonada o que se pude reparar, y ahí puedo montar mi planta. Está ahí en Boyeros, y todo es como más fácil.

¿Hasta ahora hay interés por parte del empresariado español en radicarse en la Zona?

Hay más interés por la Ley de Inversión Extranjera que por la Zona Especial de Mariel, globalmente, no podría dar cifras, pero sí hay más interés por la ley. Porque, por ejemplo, si eres un inversor en energías alternativas, el parque eólico o solar tienes que montarlo donde el viento sopla o donde el sol aplasta, no necesariamente en Mariel.

Si quieres invertir en temas de ganadería, debes irte a Camagüey, que es la mejor región para eso; si quieres hacer algo de pesca, pues tienes que ir a Batabanó o Cienfuegos; si quieres explotar níquel tienes que ir a Moa. La inversión extranjera en general no está focalizada, está vinculada a lo que quieras hacer. Por eso digo que Mariel es algo más específico y más complejo.

¿Cómo usted valora los atractivos y desventajas fundamentales del mercado cubano?

El bloqueo parece que no existe hasta que te toca. Es como las enfermedades o como el accidente de tránsito: te crees que nunca te va a pasar, y un día vas manejando y te das un “leñazo”. A veces se exagera un poco, aquí justificamos cosas, pero es real que nos afecta y es un problema que muchos sufrimos.

En eso somos como los cubanos, no aguantamos que nos presionen. Represento a una compañía multinacional inglesa, que está también en Estados Unidos, y personalmente me han aplicado el bloqueo, me han multado a mí y a mí empresa, estamos en listas negras, y me ha obligado a dar vueltas con las cuentas bancarias, a hacer operaciones trianguladas… No es que seamos más valientes que otros, pero aquí están los principales bancos de España, las primeras cadenas hoteleras, y entonces no pueden estar en Estados Unidos.

La burocracia, dicha así, se ha reducido mucho en Cuba en estos años. El proceso de toma de decisiones se ha centralizado y ordenado, y creo que eso lo percibimos casi todos los que estamos aquí, y quienes vienen y nos lo comentan. Es decir, no das tantas vueltas como antes, ahora ya te dicen: “sí” o “no”, “no pierda tiempo usted”. Me parece que en general toda la actividad de inversión y de comercio exterior se ha regulado bastante bien. Hay numerosos países mucho más complejos para trabajar.

Otro aspecto es que Cuba no está muy boyante desde el punto de vista económico, entonces claro, si no tiene una bonanza de divisa convertible y demás, lógicamente compra poco. Pero ahora al menos en el país se compra lo que se pude pagar, o sea, el estado, a través de sus redes de importación, está honrando los compromisos; y eso es importante, hace años no era así. Ahora, nadie puede venir aquí y de un día para otro hacer un negocio multimillonario, eso es imposible, pero es que en España tampoco lo haces.

Otro proceso importante que atraviesa el país son las negociaciones con la Unión Europea. ¿Cuáles son sus expectativas al respecto? ¿Qué beneficios traería para los empresarios españoles un progreso en este sentido?

Todo acercamiento político de España y de la Unión Europea hacia Cuba favorece el comercio, la actividad empresarial y de intercambio.

Cuba está viviendo una etapa de cambios en su economía bastante significativos. Si a usted le consultaran acerca de la próxima transformación, ¿cuál recomendaría?

Creo que sería muy importante, imprescindible, la unificación monetaria. Eso hoy está siendo una preocupación para cubanos y para inversores extranjeros. Es dificilísimo, después de tantos años, pero es un problema.

Me parece que a este impulso dado por el estado cubano a la práctica de oficios particulares, por cuenta propia, creo que le hace falta un estímulo, vinculado en parte a la unificación monetaria, y en parte a la posibilidad de importar mercancía; para evitar fraudes, intermediaciones, conflictos legales, aduanales, etc.

Es decir, si montas una peluquería, pues que legalmente puedas pedir una autorización para importar secadores, tintes, sillones, o bien que el estado cree una red para suministrar a precios preferenciales a las personas que tienen negocios privados. Habría que ayudar más al desarrollo de estos cuentapropistas, esa red de pequeña empresa es muy importante en Cuba, está solucionando muchos problemas.

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