Havana Challenge: 90 millas de diálogo

Con la llegada este sábado 16 de mayo de la regata Havana Challenge a puerto cubano se comienza a reescribir la historia de las relaciones náuticas entre Cuba y Estados Unidos: un vínculo natural que por siglos ha sido puente recurrente entre ambas naciones.

Tras 15 años de ausencia en aguas de la capital cubanas, el Havana Challenge se convierte en el primer evento de su tipo organizado tras los anuncias presidenciales del pasado 17 de diciembre, los cuales han abierto un espacio para la realización de este tipo de intercambios.

Esta regata para embarcaciones del modelo Hobbie Cats-16 —los conocidos catamaranes— retoma la idea inicial de sus fundadores, quienes hicieron la travesía en el año 2000, pero a partir de entonces fue imposible repetir la experiencia hasta hoy, especialmente por la Proclama Presidencial 7757 emitida en 2004 durante el mandato de George W. Bush.

Ahora han llegado a la Marina Hemingway cinco de estas embarcaciones ligeras que partieron de Key West acompañadas por otros 15 navíos, entre los cuales destaca la presencia de dos goletas, réplicas de embarcaciones del siglo XVIII.

Las 20 naves estarán atracadas hasta el día 21 de mayo en los canales de la Marina, sitio que servirá además como base para realizar las reparaciones pertinentes a los Hobbie Cats que las necesiten. Sin embargo, la esencia deportiva no quedará solo en la travesía de este sábado entre los cayos floridanos y La Habana.

La verdadera experiencia está prevista para el martes en la mañana, cuando las escuadras estadounidenses y otras cinco de cubanos (miembros del equipo nacional de vela y dos elencos matanceros) realicen la regata frente a las costas habaneras.

Ese día el Havana Challenge tendrá un escenario de lujo: a lo largo de una milla náutica (1852 metros aproximadamente) entre el Hotel Nacional y el Deauville diez equipos competirán para el disfrute de quienes asistan al malecón habanero, regalando un espectáculo a los amantes de las competiciones de velas —poco usuales ya en Cuba.

Según explicó el comodoro José Miguel Días Escrich, máxima figura del Club Naútico Internacional Hemingway de Cuba (CNIH), todos estos botes participarán también en una parada náutica prevista para el miércoles 20 de mayo, en la cual desfilarán engalanadas a lo largo del litoral norte de la capital cubana a la altura del malecón y donde la máxima atracción serán las réplicas de las goletas.

Dicho recorrido los llevará desde la Marina Hemingway hasta el puerto de La Habana, en donde girarán a la altura del sitio que ocupó inicialmente en los años 50 del pasado siglo el CNIH.

La organización de este evento entre las instituciones Key West Sailing Club, Key West Sailing Center y el CNIH, significa mucho para ambas partes aseguró Escrich, quien también agregó que “la posibilidad de retomar este evento después de 15 años y con la aprobación de las autoridades competentes de los Estados Unidos, nos llena de esperanza y optimismo; y no solo a nosotros sino también a la comunidad náutica norteamericana.

“Hoy ya son muchos los clubes de ese país que nos han enviado mensajes tratando de organizar su programa de regatas, tanto para lo que resta de 2015, como para el próximo año. Cada vez son más los clubes interesados en confraternizar con nosotros a través de este tipo de eventos”.

Proa al futuro

Además de esta regata, la capital cubana será sede hasta el próximo 30 de mayo de un conjunto de actividades náuticas entre las que se incluyen la regata de veleros Bone Island Race, entre Key West y la Marina Hemingway, y el 65 Torneo Internacional de Pesca de la Aguja Ernest Hemingway, uno de los más antiguos del mundo.

Esta regata, según explicó el Comodoro Escrich, se realizará con la presencia de cuatro embarcaciones, a pesar de que inicialmente estaba prevista la comparecencia de 30. Sin embargo, acotó, que en esos cuatro yates “vienen directivos del Sarasota Yacht Club para coordinar desde ahora la próxima edición de este evento en abril de 2016, para entonces se espera la participación de 100 embarcaciones”.

Por si fuese poco, José Miguel Díaz Escrich se muestra visiblemente optimista con las posibilidades que podría generar un flujo constante y abierto de embarcaciones estadounidenses hacia Cuba.

“Este fin de semana se ha reunido en Tampa más de 30 clubes, los cuales conforman el Consejo de Clubes Náuticos de las Florida y a quienes he enviado (a nombre de nuestro CNIH) un mensaje de amistad en el cual explico la disposición de estrechar relaciones; un mensaje que, hemos sabido, se esperaba de muy buen agrado por muchos de estos clubes”, aseguró.

A la pregunta de en qué sentido podría influir la el turismo náutico proveniente de los Estados Unidos, Escrich apuntó que “por cuestiones geográficas, históricas y de simpatía, el yatismo norteamericano es el mercado natural para el desarrollo de este tipo de actividad en Cuba; sobre todo si tenemos en cuenta que la industria náutica estadounidense representa hoy el algo más del 50{bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} de este sector en todo el mundo.

“En ese país hay más de 16 millones de embarcaciones de recreo, de las cuales un millón pertenecen a la Florida, la cual está a solo 90 millas de Cuba, convirtiéndonos en su destino por excelencia”.

Mas, a pesar de las visibles flexibilizaciones aún existen trabas legales que impiden que tal explosión ocurra. Las licencias de exportación que debe expedir el Departamento del Comercio a las naves de recreo estadounidenses que llegan a Cuba son un caso único que impide el acceso a este mercado. Por eso, explica el Comodoro, sería imposible pensar en un futuro promisorio si no es derogado el bloqueo económico.

“Ello solo podría ser posible en un contexto de normalizaciones, hoy solo hemos logrado que los barcos norteamericanos vengan con la licencia expedida por el Gobierno para participar en eventos de yatismo organizados, no a hacer turismo.

“Si se levantara el bloqueo y los estadounidenses pudiesen llegar a Cuba —como hacen con cualquier otro destino— estaríamos hablando de decenas de miles de embarcaciones que arribarían a nuestras marinas. En Cuba funcionan actualmente siete marinas internacionales, pero la realidad es que, aún si hubiese 100 de ellas, ante esta avalancha estarían copadas”.

Por el momento lo más sensato sería preparar el escenario cubano para esta posibilidad, pues llegado el momento “cero” las instalaciones de atraco y aseguramiento de embarcaciones podrían colapsar ante la demanda.

En tal sentido, Escrich explica que serán imprescindibles “fuertes inversiones en aquellas infraestructuras que aseguran la navegación de recreo, por ejemplo los astilleros de reparación, mantenimiento de varada y ferreterías náuticas. Todo ello obligatoriamente moverá la industria del yatismo recreativo en Cuba y el turismo náutico”.

Foto: EFE
Foto: EFE
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