Inversión extranjera en Cuba, perspectivas de la Ley 118

Luego de casi un semestre completo de aplicación, la Ley de Inversión Extranjera comienza a demandar nuevos cambios administrativos y legales. Así lo confirman tres disposiciones complementarias publicadas por la Gaceta Oficial, que norman los salarios en esta actividad, el tipo impositivo a una parte de sus trabajadores, y el funcionamiento de las agencias empleadoras.

Durante las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular los diputados cubanos recibieron información sobre el estado actual y perspectivas de la implementación de la ley. Déborah Rivas, directora general de Inversiones del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX) explicó que las acciones se encaminan a aquello que la parte cubana sí puede resolver, más allá de obstáculos como el bloqueo, la falta de divisas y fallas de años anteriores.

Esto se traduce básicamente en eliminar trabas burocráticas y renegociar y liquidar deudas con socios extranjeros. En tal sentido, Rodrigo Malmierca, titular del MINCEX, anotó que los principales promotores de la entrada de capitales foráneos son esos inversores que ya están radicados aquí.

Rivas insistió en el papel proactivo que deben jugar las contrapartes nacionales para concretar las iniciativas presentadas en la  . “No hacemos nada con tener organizada la política, normas actualizadas, menos tiempo de aprobación, si no logramos que las empresas presenten proyectos para incorporar en esa cartera”.

Entretanto, la ruta de implantación de la ley pasa por su armonización con respecto a los convenios externos firmados por Cuba, uno por uno, proceso que debe finalizar en el primer trimestre de 2015. Estas acciones revisten especial importancia, por la preminencia de tratados internacionales sobre la legislación de carácter nacional, además de evitar posibles demandas. Téngase en cuenta que la Isla es signataria de al menos 62 Acuerdos de promoción y protección recíproca de inversiones (APPRI) y 11 Acuerdos para evitar la doble imposición fiscal, entre otros.

Otro punto señalado en la agenda es capacitar a asesores legales, técnicos, funcionarios, economistas, y todo el personal relacionado con la inversión foránea. “Hay que preparase en derecho de todo tipo, porque cada cláusula de un convenio o de un estatuto social es una doctrina en particular, tiene detrás muchas implicaciones”, señalo Rivas.

Asimismo habrá que estandarizar las estadísticas, modelos y formularios solicitados a los inversores, a tono con lo que se les pide en otras parte del mundo. La promoción de oportunidades de negocios resulta clave, y para ello existe una estrategia aprobada hace dos meses, la cual correrá a cargo de la Cámara de Comercio de la República de Cuba y el Centro de Promoción del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (CEPEC).

En estos momentos se revisa la resolución que establece el régimen especial de las viviendas construidas en las inmobiliarias de los campos de golf, así como un proyecto para el control de los contratos de administración y comercialización hotelera.

Rivas mencionó, como retos más inmediatos, proponer proyectos integrales, con énfasis en los materiales de construcción y la agroindustria. En estos últimos las cooperativas podrán participar directamente.

Deben incrementarse las oportunidades de negocio en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, 25 actualmente, mientras se preparan otras siete para incorporar en la cartera. Además se prevé identificar posibilidades de impulso al comercio y para la exportación de servicios médicos.

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